Normas para aplicar la ley anti-talanquera

1 Para montar talanquera, necesitas ante todo saber dónde. Los estatutos partidistas precisan sin excepción que persiguen la felicidad del pueblo. Algunos se atreven a añadir que conseguirán que todos tengan pero sin quitarle a nadie. Otros llegan al extremo de proclamar que ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Los que osan sugerir medidas concretas por lo general son ilegalizados. Para saltar una talanquera, hay que estar en alguno de sus lados. Pero con límites conceptuales tan definidos, las talanqueras tendrían que ser de goma. Una barrera debe separar zonas distintas. La talanquera mixta no existe.

2 Talanquera debería tener firmeza. Vale decir, si piensas retener militantes saltarines, deberías evitar talanqueras brinconas. Organizaciones que se bautizaron revolucionarias terminaron imponiendo paquetes neoliberales. Movimientos que se definieron ultras acabaron de tropa de choque de Fedecámaras. Equilibristas y parapetos por lo regular brincan hacia la derecha, e intentan exterminar a quienes no saltan con ellos. En los años sesenta y setenta, fosas colectivas y teatros de operaciones terminaron llenos de adecos que creyeron que su partido era antiimperialista. Antes que ponerle barreras a los compañeritos, habría que fijar semáforos, policías acostados y límites de velocidad a talanqueras imprudentes que aceleran por las calles ciegas de la falta de ideología.

3 Fijar la altura de la barrera es estimar la del militante. A los bolcheviques se les exigía ideología, disciplina, compromiso, firmeza ante la persecución. Pocos se inscribieron, pero bastaron 15 mil para tomar el poder en Rusia. Cuando lo perdieron, casi todo el partido estaba formado por jubilados y amas de casa. Talanquera que deja pasar a todo el mundo también deja salir a todos.
4Encerrar a alguien es sospechar que cambiará. Quien monta talanquera teme la voltereta. La duda ofende. En la última década, legiones completas cambiaron de camiseta. Intente el lector recordar uno solo remarcable por sí mismo. Judas no es notorio por lo que es, sino por lo que deja de ser. Quien desea la traición, eleva al que carece de ideología, de obra y de trayectoria. Diente roto y bate quebrado son los perfectos saltarines. Bate quebrado y diente roto se pasaron desde la derecha sin dejar nunca de estar en ella. Son responsables de la promoción de casinos, las leyes para privatizar las aguas y las sentencias para someter a Venezuela a tribunales extranjeros. Al venderse nada pierden, quien los compra nada gana. Su único compás es el son que les toquen. Su eterna posición es donde "haiga". La culpa no es del saltarín, sino de quien le da la garrocha. Nombra nulidades, cosecharás traiciones.

5 No hay que confundir posición ideológica con disfunción hormonal. Se tiende a perder la próstata y los ideales al mismo tiempo. La ideología y la libido bajan acompasadamente. Un programa de computadora proyecta a partir de la foto de un joven el aspecto de carcamal que tendrá en 40 años. Ninguno predice desde un cuadro ideológico actual el Retrato de Dorian Grey que podría devenir con la andropausia. La experiencia enseña que el más gritón será el primero en pasarse al enemigo. Al perder ideología, nada queda de él salvo el aspaviento. Ninguno de los que brincaron desde el radicalismo ha llegado a nada. Ni la izquierda los siguió, ni la derecha los aceptó. Si necesitas encerrar a alguien para que te acompañe, es que nunca estuvo contigo. El salto de altura reviste por ello una función sanitaria. Una talanquera no debe estar hecha para retener nulidades.

brittoluis@gmail.com


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Luis Britto García

Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo. http://luisbrittogarcia.blogspot.com

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