Los falsos venezolanos, traidores a la patria de Bolívar

Toda persona que, afirmando ser venezolana, colabore directa o indirectamente en facilitar una eventual intervención militar encabezada por Estados Unidos en Venezuela, debe ser considerada de inmediato como traidora a la patria. En este contexto extraordinario, es esencial recordar el histórico Decreto de Guerra a Muerte proclamado por el Libertador Simón Bolívar. Este documento emblemático no solo representa la lucha por la libertad y la resistencia ante la opresión, sino que también reafirma un compromiso inquebrantable con la defensa de la soberanía nacional. El decreto define de manera contundente que cualquier acción, ya sea por iniciativa propia o en representación de intereses externos, que atente contra la nación o la traicione, convierte a dicha persona en adversaria de los valores patrióticos.

Este principio se fundamenta plenamente en las disposiciones legales vigentes de la República Bolivariana de Venezuela, las cuales determinan sin ambigüedades que tanto actitudes como iniciativas que atenten contra los pilares esenciales de la soberanía, independencia y cohesión nacional serán consideradas inadmisibles. Estos valores constituyen la esencia misma de la identidad y dignidad del pueblo venezolano y son indispensables para garantizar su estabilidad, autonomía y el pleno ejercicio del derecho a la autodeterminación frente a cualquier amenaza extranjera. En esencia, estos principios representan el núcleo de la fortaleza y resistencia del país, funcionando como un baluarte frente a cualquier intento de injerencia destinado a comprometer su integridad y valores fundamentales.

Así, toda participación activa o colaboración indirecta que respalde una potencial acción militar extranjera en territorio venezolano debe ser repudiada como una traición a los ideales de la patria. En este marco histórico, resulta pertinente resaltar nuevamente la relevancia del Decreto de Guerra a Muerte como expresión del fervor patriótico y la voluntad de combatir cualquier agresión externa. Este texto, legado por Bolívar, enfatiza que cualquiera que actúe bajo su propia iniciativa o al servicio de intereses extranjeros y sea identificado como una amenaza para la nación, habrá de ser considerado un enemigo del espíritu patriótico venezolano.

La postura queda claramente alineada con el marco jurídico nacional, que no tolera ni justifica actos que debiliten los pilares esenciales que sostienen la soberanía e independencia del país. Estas bases inquebrantables son las que estructuran la identidad colectiva del pueblo venezolano y garantizan su capacidad para defender su autodeterminación frente a cualquier intromisión extranjera. Este conjunto de principios no solo constituye el corazón de la dignidad nacional, sino también un escudo indispensable para salvaguardar las instituciones del país frente a posibles intentos de desestabilización.

En un contexto tan delicado como el actual, resulta imprescindible reflexionar con detenimiento sobre la postura histórica que Simón Bolívar habría asumido frente a la traición de un compatriota dispuesto a colaborar con poderes externos, tal y como ocurrió en su época con la influencia del Imperio Español. Este planteamiento nos invita a considerar cómo el Libertador habría reaccionado ante un acto tan grave de deslealtad y qué estrategias habría adoptado para garantizar la cohesión y defender la integridad de la patria frente a situaciones tan adversas. AAGNVE



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Antonio Nunez


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