En materia de geopolítica, interpretar los llamativos eventos de las últimas semanas puede desconcertar a muchos. Y ello se comprende, ya que una cosa es ver los acontecimientos y otra diferente analizarlos correctamente. Por más de tres años, principalmente en boca de los grandes medios de comunicación, hemos estado escuchando un relato donde el "criminal" de Vladimir Putin es el supervillano que todos odian y se regodea masacrando al pacífico e inocente pueblo ucraniano. Además, los medios insisten en aclarar que ese genocidio y violación masiva de toda humanidad, no se parece en nada a lo que Netanyahu hace con Palestina. Lo del hebreo sionista es defensa propia y la de su nación, para nada semejante a lo que hace el ruso. El judío cumple la voluntad de Yahvé, el ruso la de Satán. Día tras día, se nos grita que los rusos son incivilizados, asesinos, terroristas, malos, malignos, perversos, demoníacos y casi que un error de la naturaleza. Se nos pide que apoyemos o al menos recemos, por los buenos y justos militares de Ucrania que, con las armas que la generosa OTAN/NATO les provee luchan con honor y coraje.
Y todo luce bien, pero de pronto, en cuestión de meses y especialmente en las últimas tres semanas, empiezan a surgir hechos que ponen en duda la narrativa que a diario se nos ha inoculado. ¿Qué está pasando se pregunta más de un ciudadano común?. ¿Cómo es que el adalid de la libertad, democracia y bondad, el nuevo gobierno de EEUU, recibe y negocia con el terrorista de Putin?. ¿Cómo el bueno, desvalido y valiente Zelenski pudo ser dejado al margen, cuando se negocia los términos en que acabará la guerra que asola a su bella nación?. ¿Cómo Trump no escucha a sus aliados buenos, justicieros, valientes, solidarios y defensores de los mejores valores de la civilización, los europeos?. ¿Está Trump loco, ha sido presa de un maleficio, lo están chantajeando?. ¿No habíamos escuchado repetidamente que Putin y su camarilla debían terminar enjuiciados por crímenes contra la humanidad y tal vez colgados?. ¿No se nos insistía en que Ucrania debía salir de la guerra como un miembro pleno de la Unión Europea? ¿No debería recuperar todos sus territorios ocupados por los villanos rusos?. ¿Acaso no escuchamos cientos de veces que Europa y el mundo libre, también se jugaba su libertad en Ucrania y que por eso no podían permitirse al tirano y maligno de Putin, que lograra uno solo de sus propósitos? ¿Cómo dejar que el malo de la película se salga con la suya? ¡Por Dios!
Bien, vamos a decirlo en modo muy llano para que se comprenda; no es nada de eso, es mucho más simple. El asunto es que el relato que se nos ha impuesto, no es cierto. Al igual, que tampoco lo es el del maligno Hamás que obligó al bueno de Netanyahu. Esas son enormes mentiras repetidas una y otra vez para que la mayoría no piense en lo que sus sentidos le dicen. No hay buenos, rebuenos, recontra buenos y malos, retemalos y perversamente malos. La vida no es así. La política internacional no es una historieta de superhéroes y villanos. Deliberadamente nos han confundido día tras día y en modo masivo. La triste y dolorosa realidad, es que siempre se trató de naciones con intereses y conflictos, de la geografía que puede ser favorable para el comercio, los negocios, las industrias o asunto de ventaja territorial con repercusiones políticas. Siempre fue cosa de recursos naturales, de dominar a tus vecinos. Siempre fue asunto del poder y aquí se juega parte del poder mundial.
Fue un relato con medias verdades, sesgado y deliberadamente trastocado, para justificar a los globalistas, jázaros y straussianos, que políticamente representaban entre otros los Biden, los Obama, los Clinton, los británicos, los alemanes, Macron, el PP, Vox y Milei. También estaban atrás, gente con fortunas monumentales de millones, cuyas caras muy pocos conocen, pero que con un plumazo acaban con continentes. Los grandes financieros y los que engrosan fortunas con el sufrimiento y dolor humano. A menudo son dueños de los grandes medios informativos. De forma que ellos impusieron una narrativa maniqueísta, reduccionista y banal, que se extendió y atornilló de tal modo, que ahora esos mismos actores no pueden deshacer. Y aquí llega a escena otro sujeto, Donald Trump, cabeza de otro grupo de poder mundial.
Para nada inocente, ni nada de rebosante de bondad, por el contrario, juzgado y condenado en los tribunales de su propio país, que parece estar metido hasta en el horrible lío del millonario pedófilo Epstein, y que llegó a derrumbar el relato mundial y mediáticamente firme, para imponer el suyo. Estoy salvando a los EEUU y si ese país se salva, el planeta entero se salvará. Ese es el destino de grandeza y liderazgo, que se ha manifestado para esa nación bendecida por la divinidad. Trump es un tipo tan frío, engreído y egoísta, que no le importa dejar en la estacada a miles de muertos en batalla, millones desplazados, una pila de facinerosos en el gobierno títere de Ucrania, a los sumisos y secuaces gobiernos europeos, para recibir con respeto, honores y cordialidad diplomática a Vladimir Putin. Para él, ese sujeto Putin simplemente es un político más, que se ganó la rabiosa antipatía de otros peores que él. Unos europeos que se aprovechan del esfuerzo y del dinero que su país, EEUU, gasta para mantenerlos libres y democráticos. Una cadena de vividores y mantenidos. Entonces, aquí cabe la pregunta ¿será Trump un ingenuo o los conocerá a todos muy bien? ¿Usted qué cree?
Así pués, Trump tiene otros deseos que por el momento no establecen como prioridad acabar con Rusia. De forma que la razón, negocios e interés del gringo, más bien es en este momento, buscar un aliado para detener al dragón asiático que lo asalta en sus pesadillas. Un intento para tratar con los dos monstruos que los globalistas, torpemente, lograron poner como enemigos comunes de EEUU. Bajo este actual escenario, él lleva las de perder. Puede que si todo no le resulta bien, cambie de rumbo y busque la excusa para guerrear con Rusia, incluso pudiera aliarse con China, pero eso lo atenderá a su tiempo y según se den los acontecimientos. El sujeto y su camarilla no son improvisados, son peligrosamente calculadores y los guía su dios, el dinero.
Por otra parte, es claro que Trump no va a poner la escena en términos de "perdimos la guerra contra Rusia", a lo sumo dirá que los Obama, los Biden y los subordinados europeos crearon una guerra absurda, la manejaron mal y la perdieron. El detuvo la masacre rusa y merece un premio por eso, el nóbel de la paz. Los artífices de este desastre tampoco lo dirán en modo claro, cambiarán su relato día a día, variando en sentido opuesto hasta alinearse con el de Trump. Con la esperanza de que la gente no reconozca la mentira mundial. Apostarán a los grandes medios a su favor, a la censura de aquellos que no respalden su narrativa cambiante, que para eso hasta vetaron cadenas noticiosas en Europa y entre saludos y declaraciones, girarán hasta quedar en posición contraria. Una farsa parecida al cuento de las armas de destrucción masivas en Irak. Tal vez y con un poco de mala suerte para los usados en este conflicto bélico, a esos líderes que ahora andan en su salto de talanquera, nada les pasará.
A esos pillos que engañaron deliberadamente, cuando sabían que el verdadero trasfondo era negocios, riquezas y poder mundial, es posible que nadie les increpe sus crímenes. Que les exijan responsabilidad por el mal que hicieron. Y es que el plan de ellos parecía funcionar bien, pero por las elecciones pasadas en EEUU, subió otro grupo al poder de esa nación, que desea hacer otra cosa con el mundo y no les importa tratarlos como inferiores, como sus peones o como países de tercera. La derrota de Kamala Harris fue la zancadillal que los globalistas temían. El derrumbe de sus planes de guerras por doquier, ventas de armas, balcanización de Rusia y posterior, pelea con China. Todo eso cambió, ya que Trump prefiere iniciar con los chinos y posteriormente atenderá a los rusos.
Entonces, el pasado viernes 15, en Alaska vimos surgir un esquema de áreas de influencia geopolítica de tres grandes países, EEUU, China y Rusia. Donde el bloque europeo fue dejado atrás al igual que ellos han hecho con África, América Latina y algunas naciones del medio oriente. Una aproximación donde los conflictos ahora se resuelven con los dueños del circo, no con los payasos. Posiblemente se repartan, a veces en negociaciones secretas, naciones, océanos, aire y espacio. Y dejen colar en imágenes, tal como hoy lunes 18 le hicieron a Zelenski, un mapa con lo ya acordado, previamente, entre grandes que previamente hablaron. Eso, siempre y cuando deseen que ello se sepa.
Dos horas y media reunidos en Alaska, después de un viaje largo y costoso, no es para apretarse las manos y beber café. Si usted cree eso, porque en la rueda de prensa dijeron poco, entonces es un ingenuo. A eso otro, se le llama "política" y tiende a ser más secreta si hay más en juego. Además, es parte de la guerra fría, una guerra para influir y ver si derrotas al otro grande, sin llegar a las bombas nucleares y a la mortandad de cientos de millones de humanos. La guerra donde los pequeños sufren directamente las consecuencias y son usados como piezas de un tablero mundial. Guerra donde se permite sufrimiento de terceros siempre y cuando no desborde cierto nivel de violencia. Guerra donde hay límites de lo que puedes y no puedes hacer. Guerra que los rusos conocen bien, ya que por cerca de 7 décadas, la ejercieron bajo el nombre de "CCCP", que son las letras que Serguei Lavrov lució en su vestimenta.
¿Qué puede venir ahora? Es difícil predecir, hay fuerzas empujando de uno y otro lado. Tal vez veamos más negociaciones, alianzas, traiciones y el forcejeo propio de una guerra fría. O puede que los globalistas, intentarán jugar con la fuerza; tal vez paralizando países, puede que al modo del atentado en Pensilvania, o con tribunales. Quizás con el congreso en Washington o en bloques de terceros, de alguna forma que dilate el avance del grupo MAGA. La intención será ganar tiempo hasta que llegue el siguiente período gubernamental, revertir decisiones tomadas y posiblemente retomar el relato de buenos y malos.
Lo crucial es saber que la mayoría de los relatos son interesados, engañosos, llenos de espejismos y pueden girar de improviso, hasta quedar al contrario. No espere que se lo expliquen, obsérvelo con sus propios sentidos y use su cerebro. Este juego, hace ver a los grandes magos como principiantes, pero las consecuencias de las decisiones y negociaciones de los poderosos de hoy, pueden destruir a millones de seres en un único instante y sin explicación alguna. Lo hacen porque se creen impunes. Es el planeta sobre la cuerda floja. ¿Pero acaso no ha estado así por siempre?