Con asombro veo su vago e irresponsable comentario, al decir que la carne que nutrió a los 30 millones de venezolanos y venezolanas (que los opositores bastante degustaron por la excelente calidad) está podrida. Con los pantalones bien puestos y con el corazón en mi extremo izquierdo le digo que la única carne podrida que fue importada fue la que su señora madre parió (usted).
Le recalco Paparoni que esa carne que se trajo desde la República de Brasil, es de excelente calidad, cumpliendo con todos los parámetros sanitarios para ingresar al país y luego ser comercializada a la población.
Da vergüenza tenerlo a usted en el Poder Legislativo de la República Bolivariana de Venezuela y afirmo que usted da asco por sus comentarios destructivos; sabe qué es lo que pasa Paparoni, lo que pasa es que usted no conoce a su país y nunca ha trabajado por la nación y desconoce cómo es la operatividad que tiene la nación que usted intenta destruir con su locura por querer derrocar el Gobierno que el Pueblo eligió soberanamente.
Como venezolano y residente de mi país, le exijo que se sumerja en un tanque con zumo de limón e hipoclorito de sodio para ver si sucede el milagro de quitarle lo podrido que tiene su cuerpo, alma y mente.
De igual manera, le expreso mi rechazo contundente por sus declaraciones, su familia será la única que le aguanta sus caprichos y falacias enfermizas pero el pueblo patriota de Venezuela no se la cala más; aquí está un Pueblo en resistencia y a la vanguardia para enfrentar cualquier ataque que su mugrienta ideología política le pretende quitar a nuestra población.
magutierrezjimenez@gmail.com