Los drones como tecnologías de guerra - terrorismo y de beneficios para la agricultura

He tenido la suerte de haber iniciado muy temprano mi curiosidad por los avances científicos y tecnológicos, pero más de haber estado en contacto con colegas que siempre hicieron el esfuerzo por monitorear los avances en diferentes áreas de la agricultura; y también haber contado con la insurgente presencia de Chávez en la escena política nacional que incitó a descarnar el tema tecnológico, motivó una discusión prolífica entre el interés de la humanidad y el interés por la dominación y la muerte. En todo caso, en Venezuela esta discusión tenuemente se venía dando en al caso de las tecnologías; se habían presentado los estereotipos de investigadores acuciosos por aproximarse a la verdad y que esta sirviera para transformarla en algo útil para la humanidad; pero también se tuvo un largo tiempo llevando la carga de las comiquitas donde un malvado científico hacía lo posible por apoderarse del mundo y para ello nada mejor que las tecnologías destructivas de la guerra. Es decir, las discusiones sobre la ciencia y los logros tecnológicos han girado en los extremos del bien y del mal.

Veamos algunos ejemplos comunes: La radiación atómica tiene importantes aplicaciones a la salud, al desarrollo energético y en la agricultura, pero la carga histórica de Hiroshima y Nagasaki donde la guerra mostró su inhumanidad la mantienen siempre como alerta y peligro latente. El potencial atómico de los países con ese poder bélico puede destruir totalmente el planeta tierra. Otro ejemplo importante es que hemos avanzado mucho en tecnología de fermentaciones para multiplicar especies de microorganismos beneficiosos para la humanidad; sin embargo esas mismas tecnologías sirven para generar armas biológicas potentes. La modificación de organismos biotecnológicamente para lograr producir biomoléculas útiles en farmacología se utiliza para producir los OGM de cultivares donde el interés es meramente mercantil, de dominación y dependencia tecnológica, con posibles efectos deletéreos sobre los humanos y el ambiente. El desarrollo de la química de síntesis ha permitido igualmente favorecer el desarrollo de moléculas útiles a diferentes procesos de interés humano, pero también se utiliza para la síntesis de estupefacientes que envenenen a los jóvenes del mundo y para lograr sustancias muy tóxicas que envenenen aguas, suelos y afectan la biodiversidad del planeta. Esos son simplemente ejemplos conspicuos del debate de la utilidad de las tecnologías y la pecaminosa posibilidad de hacer de estas un recurso maligno.

Como hemos podido ver recientemente varios drones, o equipos para vuelos no tripulados, gobernados a distancia estuvieron a punto de asesinar al Presidente de nuestro país. Nicolás Maduro hubiera sido el primer presidente de un país en morir a causa de un ataque tecnológico con drones. Eso no es un privilegio, es una fatalidad. Estos equipos son muy versátiles en cuanto a las posibilidades de uso en espionaje, seguridad nacional, monitoreo de espacios, ciencia y tecnología y se pierde de vista su utilidad. Se estima que es una de las tecnologías en expansión que mayor crecimiento tiene actualmente. Pero (siempre hay un pero) esa tecnologías en manos de terroristas y de políticos descerebrados que quieren resolver los asuntos de los países liquidando a sus líderes y a comunidades enteras, son un peligro para el mundo. Sorprende a la condición humana que algunos países hayan desarrollado drones minúsculos, para ataques masivos a la población, bajo el concepto de "solo mata gente".

Ya en Venezuela, durante las guarimbas, se prohibieron los drones en manos del público porque se usaron para gobernar las movilizaciones, trazar rutas, fotografiar a la gente de seguridad del Estado, y se temió la posibilidad de ataques incendiarios y explosivos, etc. Sin embargo, nuevamente se descuido la tenencia y uso de los drones, los cuales han de requerir al menos de una certificación de posesión y de operarios. Sin esta regulación la posibilidad de otros intentos de atentados a la seguridad del Estado, podrán continuar ocurriendo. Esperemos que lo drones sirvan para algo mejor que matar gente; se puede usar para ayudar en la planificación de ciudades, en negocios inmobiliarios, en seguridad de Estado, en los negocios fílmicos, y en el tema que nos ocupa, para el mejoramiento de la agricultura, ojo no solamente la agricultura industrial, sino aquella que acompaña al desarrollo sustentable del territorio nacional, de la agricultura familiar y de las comunas. Veamos esta lista de aplicaciones en la agricultura:

  1. Mejoramiento genético

  2. Fumigación de precisión

  3. Dispersión de controladores biológicos de diferente tipo

  4. Control de aves o espantapájaros

  5. Inspección de campos

  6. Determinaciones de niveles de humedad en el suelo

  7. Predicción de cosechas

  8. Insectos electrónicos polinizadores

  9. Supervisión contra hurtos en las unidades de producción.

  10. Catastro

  11. otras aplicaciones

Me detendré solamente en la primera. Recientemente un talento nacional con un alto cargo a nivel internacional en mejoramiento genético de arroz dictó una excelente conferencia sobre los retos del equipamiento para avanzar en mejoramiento genético. Y en algún momento, después de tratar profundamente el tema de la genómica, se refirió al recurso de los drones, provistos de cámaras especiales, emisión de ondas y captura de imágenes que pueden ayudar en las etapas de selección en la generación de nuevas variedades o cultivares. A partir de esto nos percatamos que no se trata solamente de los drones y su capacidad de moverse sin piloto, sino de los aditivos tecnológicos que procuran diversificar su uso.

Así, teniendo tantas aplicaciones en asuntos positivos en la vida, como estos malvados han intentado utilizarlos en un magnicidio que hubiera podido comenzar con la muerte del Presidente Maduro, pero no imaginamos cuántos centenares de miles de muertos hubiera podido generar el estallido de una guerra civil, innecesaria en tiempos donde la paz es la consigna y la recompensa para un ambiente de diálogo franco en la sociedad en crisis.

Después de esta insensata y criminal acción que no se nos ocurra como país matar la tecnología de los drones. El Estado debe procurarse normar su uso, certificar su tenencia y operarios, regular sus aplicaciones por áreas del interés nacional y no escatimar en invertir en apoyo de estos "bichos" a la agricultura nacional.



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Miguel Mora Alviárez

Profesor Titular Jubilado de la UNESR, Asesor Agrícola, ex-asesor de la UBV. Durante más de 15 años estuvo encargado de la Cátedra de Geopolítica Alimentaria, en la UNESR.

 mmora170@yahoo.com

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