La incultura científica retarda las leyes, las tergiversa o pervierte

Explicación de dos muertes

La incultura o la ignorancia científica, preocupaba al hombre de pensamiento como Platón, quien en el libro VII de LAS LEYES, ya anciano i conociendo muchas cosas de la realidad del mundo que habitaba, las matemáticas, el conocimiento de los astros, los movimientos del sol, la luna i las estrellas e infinidad de nuevos descubrimientos para la época, se avergonzaba, decía, no solamente por él de haberlas conocido demasiado tarde, sino de los atenienses que seguían en la ignorancia, I la ignorancia se suplanta por las supersticiones, los dogmas religioso, la magia, la brujería i cuanta basura o pseudociencia envuelva a las comunidades humanas. En una obra que muchos que no son propiamente científicos, pero si hombres de presencia en sociedad, como los políticos o los religiosos, debería leer libros como EL MUNDO Y SUS DEMONIOS, de ese maravilloso autor científico que fue Carl Sagan, de la Universidad de Cornell i uno de los cerebros teóricos de la NASA.

I no se crea que esto solamente sucede –la ignorancia cultural i científica- al ciudadano común, sino a muchas personas que se creen superiores en la escala social arbitraria; el mismo autor señala, por ejemplo, que Ronald Reagan i su esposa, consultaban adivinos i brujos. Por eso señala también que la ignorancia científica de los atenienses, los hombres de la democracia de Atenas, declinaron o decayeron como pueblo, por esa misma ignorancia. Para los griegos, en numeración, más allá de diez mil, era infinito, mientras los Mayas llegaron a manejar cifras más allá de cuatrocientos mil. Empero, seguir en este tema me desviaría de la idea central de este artículo. Por ejemplo, dejando a un lado la historia del desarrollo del conocimiento i de la ciencia, Sagan insiste en que, en nuestros días, es cada vez más peligrosa la ignorancia científica, especialmente para los políticos, los hombres que hacen leyes, los abogados, los sociólogos (cuando hacen “filosofía” social), porque, expone textualmente” ES TEMERARIO QUE EL CIUDADANO MEDIO MANTENGA SU IGNORANCIA SOBRE EL CALENTAMIENTO GLOBAL, LA REDUCCIÓN DEL OZONO, LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE, LOS RESIDUOS TÓXICOS Y RADIACTIVOS, LA LLUVIA ÁCIDA, LA EROSIÓN DEL SUELO, LA DESFORESTACIÓN TROPICAL, EL CRECIMIENTO EXPONENCIAL DE LA POBLACIÓN. Esto para señalar los mayores peligros que amenazan al planeta i a la vida humana i que posiblemente tarden todavía, no así las guerras como la que sucede en el Medio Oriente, con armas terribles i prohibidas; empero tenemos muchos otros peligros o conflictos en la vida social i política que son más inmediatos, como los problemas sociales inesperados, por trasgresión tanto de leyes científicas como leyes jurídicas. Otras veces he repetido esta sentencia de Russell: “LOS CIENTÍFICOS TRATAN DE HACER POSIBLE LO IMPOSIBLE; LOS POLÍTICOS TRATAN DE HACER IMPOSIBLE LO POSIBLE.

Desde hace unos cuarenta años atrás, antes de ir a Lovaina donde confirmé mis ideas, me manifestaba partidario del llamado despectivamente “maltusianismo”, teoría sobre el crecimiento desmesurado de población en el mundo (denominador común de casi todos los grandes problemas mundiales) expuesta por el sacerdote Ch. Maltus, quien lo simplificaba diciendo que, la población crece en proporción geométrica (2,4,8,16, etc.) mientras los alimentos crecen en proporción aritmética (1,2,3,4,5…); i una de las refutaciones era que cada día se incorporarían más tierras de cultivo (que no pasaban del 4% mundial) con soluciones como la represa de Assuam i que los alimentos los transformaría la ciencia para que sean mejores i en mayor número. Ya tenemos el gravísimo problema de los alimentos transgénicos. Oponerse al maltusianismo, sobre todo la Iglesia super ignorante, era ir contra la doctrina de que sólo se hace el amor para procrear (el disparate que señalé a Pío II) i la guerra declarada contra el Condón, cuando ya hace creo que más de medio siglo, en los parques de Europa (yo los vi por primera vez en Copenhague) había máquinas como dispensadoras de chicle o de refrescos, con todas las variedades de condones; se introducía una moneda i eran expedidos).

Sin embargo, en mis Foros de mi Cátedra de Sociología Médica (para enseñar a los médicos la realidad social donde ejercerían i que fue arbitrariamente eliminada) por hablar de métodos anticonceptivos me llamaron hasta asesino. Hoi vemos la propaganda hasta en televisión i en la Tienda de artefactos sexuales del Club Le Chat Noir de Estocolmo, prácticamente hai un museo enorme de condones, i se les nombra hasta en los chistes de Jaimito. I espero que los sacerdotes no me hagan relatar ciertas anécdotas, algunas de ellas, bien conocido el teatro de operaciones.

Pues bien, este largo preámbulo es porque quiero referirme a dos casos de connotación sexual con muerte agregada, sacerdotes brutos, i acaecidas estas tragedias, en Maracaibo recientemente i que, fuera de sus responsables personales, los verdaderos culpables no son ellos, sino la ignorancia científica, el dogmatismo, la “religiosidad” de abogados i forjadores de leyes que tapan su ignorancia, con sus aparentes ideas morales. Murió una muchacha de 16 años, Jenireé, embarazada por su novio, al practicársele indebidamente un aborto clandestino, porque no existe una correcta, completa i científica legislación sobre el aborto. Recordemos la Asamblea Nacional, donde después que el Dr. Olavarría, habló una serie de estupideces, mentiras i propuestas anticientíficas por su crasa ignorancia en ese terreno, tuve que protestar públicamente contra el mediocre e ignorante presidente Luis Miquilena, cuando me negaba la palabra para responder (siendo especialista en gineco obstetricia, profesor universitario en medicina por 33 años, profesor de ética médica, etc., etc.,) porque lo había convenido con otro ignorante religioso, como era el tristemente célebre Cardenal Velasco, el mismo que atribuyó a un castigo de Dios i culpa de Chávez, la tragedia del Estado Vargas. Esa negativa a legislar viene desde el año 1982 cuando se aprobó la Ley del Ejercicio de la Medicina, en Asamblea de la FMV en Maracaibo; el entonces arzobispo Monseñor Roa Pérez, realizó hasta marchas por la avenida el Milagro. Pues bien; para mí, esa muchacha murió por falta de leyes i de Comisiones de Ética en los hospitales. La iglesia vive siglos de retraso, por lo menos la venezolana (que es apostólica i romana), pues comparada con la belga, no es así. Si se hubiese hecho hace años una buena lei sobre aborto, para penar al aborto criminal o clandestino, no para el científicamente indicado; esa lei no lesionaría en nada a los creyentes fanáticos, pero beneficiaría i salvaría muchas vidas, en los que no comparten esas ideas absurdas i anticientíficas. Lo mismo, leyes sociales para combatir estupideces como las que practican sectas cristianas i paganas, de cuyos desastres tenemos muchísimos ejemplos a nivel mundial. Aquí, acaba de fallecer un joven adolescente, emponzoñada su mente por creencias estúpidas, de una curandera, vidente o santera que, padeciendo el muchacho de una afección cardiaca, le ordenó suspender los medicamentos i el control médico, para ofrecerle una curación milagrosa inspirada en la virgen. Es cierto que algunos sacerdotes conscientes no apoyan estas cosas, pero sin embargo en otras muchas ocasiones sí, como los milagros i apariciones de José Gregorio Hernández, el culto comercial que se tiene en Isnotú, las beatificaciones que se apoyan i muchas otras cosas absurdas. Para todo esto no hai leyes adecuadas, porque eso se le deja a “lo divino”. La misma señora que ocasionó la muerte de la adolescente Jenireé, embarazada por su novio Ángel, si tuviese otra cultura i conociera una lei específica para resolver esos problemas, no hubiese producido un aborto séptico que, según sabemos los médicos obstetras, aborto infectado, casi seguro ciento por ciento, muerte irremediable. Entonces quedan las consecuencias también irremediables, para personas o familias destruidas para toda la vida.

Las leyes son a la salud de la sociedad, lo que los tratamientos científicos son a la salud del cuerpo. Por eso, dice Sagan, “los tratamientos científicos son cientos o miles de veces más eficaces que los alternativos”, aunque hasta oficialmente o por política, se permiten irregularidades i comercio con la salud, como con la llamada “Medicina Sistémica” que últimamente ha vuelto a la carga con una avalancha de publicidad i, el Ministro de Salud, el doctor Armada, quien en el mismo ministerio me lo describieron como un gran opositor a esta medicina neoliberal, ahora la ignora i no ha movido un dedo. Por lo que estamos viendo, ni el aborto clandestino i criminal; ni las sectas de “curiosos” con peligro para la salud tanto física como mental, ni la medicina alternativa, parecen tener oposición. I, finalmente, el complemento de todas las profesiones humanas, como es la ética, o Ética con mayúscula i no cartillas de moralidad bobalicona, parece ser una disciplina práctica, filosófica i científica, totalmente ignorada. Por ello es que Sagan, al referirse a tantos conflictos sociales, producto de que no tenemos claras las reglas del ajedrez civilizado, habla o titula su libro EL MUNDO Y SUS DEMONIOS.


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Roberto Jiménez Maggiolo


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