La responsabilidad del partido político CEV

“Ante todo respetaos a vosotros mismos”
Pitágoras

Para hablar de la responsabilidad de los “ensotanados” de partido político venezolano CEV, no quise hacerlo en artículos seriados que, a veces, algunos lectores me dicen que les cansa seguirlos, o que si pierden de leer alguno, pierden también la ilación o continuación. Por eso, lo dicho en anterior artículo, mostrando que no tienen responsabilidad ni con su misma religión, o el contrato económico con el Imperio Vaticano, lo complemento con algo más filosófico, suponiendo que algunos miembros de esa oposición “cristiana” hayan leído un poco más allá de Santo Tomás o San Agustín.

Aunque el concepto de responsabilidad es relativamente reciente según algunos, posiblemente como definición de alguna virtud del hombre de palabra i honorabilidad, como ideas posiblemente es mui antigua, remontándose hasta los tiempos griegos. En los tiempos actuales, una de las definiciones más claras o precisas, la encontramos en Nicolai Abbagano cuando dice que, responsabilidad, es “La posibilidad de prever los efectos del propio comportamiento y corregir el comportamiento mismo a partir de tal previsión”, lo que muchos confunden con imputabilidad que es, “la atribución de una acción a un agente como su causa” que ya cae más en el Derecho, que en la conciencia personal de cada uno. Siempre que vamos a actuar, si tenemos en mente principios éticos, lo primero que acude al pensamiento es prever (no “preveer” como dicen la mayoría de los políticos i periodistas todos los días; pues el verbo es VER i el prefijo PRE) las consecuencias de nuestras decisiones o acciones. Se dice que el término responsabilidad fue usado por primera vez en 1787, pero otros creen que fue mui reciente, en la Constitución de México en 1943, o en una revista internacional de Filosofía, en 1957, siendo su primer uso político, al hablarse de gobierno responsable. Cuando se busca el concepto de responsabilidad en libros o diccionarios de Derecho, encontramos que está asociada o confundida totalmente con la imputabilidad (que obviamente es algo que debemos tomar en cuenta en las consecuencias), porque académicamente responsabilidad es deuda, obligación de reparar, corregir errores, satisfacer reclamos porque todo es causa o consecuencia de un delito, una culpa o una causa legal. Todo ello está extensamente contemplado en los textos de Derecho Civil i Penal, tomando ideas que vienen desde el Derecho Romano; empero, desde la Filosofía, de las ciencias humanitarias, la psicología, etc., la responsabilidad es cosa de nuestra mente cultivada o no; desde los sentimientos morales o de los principios éticos que hayamos aprendido, puesto que moral i ética no son la misma cosa, pese a que ambas palabras deriven del griego “ethós” o del latín “mos, mores” que significan hábitos o costumbres. Lo ético es filosofía o reflexión razonada i metódica sobre lo moral, lo cual no proviene ni del hogar ni de las religiones, ni tampoco del llamado “sentido común” que no tiene vigencia o prestigio en la ciencia. ¡Señores, tienen que estudiar! ¡No “parir” cerebralmente escíbalos! ¡Atiendan a Pitágoras: ante todo respetaos a vosotros mismos!

Mas, continuemos esta sencilla clase de ética i moralidad. Si dejamos a un lado el aspecto jurídico, la penalidad i la imputabilidad, vamos a lo psicológico, terreno en el cual tanto miedo infunde la iglesia i ciertos clérigos apartados de Cristo, a los ignorantes fieles. Primero, siguiendo a M. Blondel, asentemos que “el sentido psicológico y moral de la palabra, es anterior al sentido social, civil o penal. La responsabilidad es la solidaridad de la persona humana con sus actos, condición previa de toda obligación moral o jurídica”. Como vemos, es cuestión de fondo como les gusta decir a ciertos hombres de leyes, sin haber nunca leído cómo es el juicio en la Teoría del conocimiento kantiana (Crítica de la Razón Pura), ni menos aún, haber leído que la ética es esencialmente práctica i por ello expuesta por el mismo célebre filósofo en la Crítica de la Razón Práctica. Obviamente que el 98 % de los sacerdotes cristianos, no leen estas cosas ni mucho menos Más allá del bien y el Mal de Nietzche. Todavía andan en tiempos aristotélicos de la Edad Media, preguntándose qué es la substancia i si Dios es substancia o no. Los hombres de pensamiento filosófico moderno o contemporáneo, pensamos como Wittgenstein: “Substancia es una palabra, y se acabó el problema”. Por eso considero también que sería inútil discutir de estas cosas con cualquiera de esos hombre de sotana en el cuerpo i en el cerebro, porque éste está cerrado a las nuevas ideas i, desde el empirista Locke, quien “estableció los límites de la experiencia”, nada hai en nuestro cerebro que no haya pasado a través de los sentidos, con lo cual la iglesia i muchas religiones, sufrieron un duro golpe, al tener que abandonar la idea absurda de ser Dios, una idea innata. Por ejemplo ¿Creen los clérigos políticos del CEV que George Bush, (a quien ellos obedecen o respaldan) puede tener en su “churumen” una idea innata de Dios? Convencido estoi que es peor que Hitler, pero muchísimo menos inteligente.

La RESPONSABILIDAD, pues, siguiendo a F. Mentré, citado por Lalande, “implica la REFLEXIÓN anterior a las repercusiones de nuestros actos, no tanto desde el punto de vista legal como desde el punto de vista natural. Sólo es responsable el que puede prever. La medida de la responsabilidad es proporcional a la medida de la previsión, que es siempre incompleta, pues. En este sentido, la responsabilidad se relaciona a los efectos directos o inmediatos de nuestros actos, se añaden efectos indirectos y lejanos estrechamente con la convicción que tiene el hombre de ser libre”. El hombre, o los hombres pues, deben aceptar las consecuencias de sus actos para ser verdaderamente libres i dignos ciudadanos.

Para saber a ciencia cierta qué son los valores i las ideologías, hai que estudiar mucho, i no creo que ningún texto de Teología o Catecismo cristiano llenan este requisito. Con solamente la responsabilidad de dictar ética médica, tengo una bibliografía sobre ética que, seguro estoi, ni la imaginan muchos altos prelados de la Iglesia. Por eso retrasan todo el avance científico de la Humanidad, aunque a la larga gana la ciencia. I vemos recientemente las ambigüedades del terrorista Bush contra el desarrollo científico de las células madres, una veces aceptando i otras rechazando. Auque tenga asesores, como la decisión final e imperial es de él, hai que concluir que, “el que es bruto es bruto i se acabó”. De lo contrario no sería el primer terrorista del mundo, no sería genocida a escala planetaria i no estaría destruyendo al mundo ecológicamente. Según las malas lenguas, parece que hizo una sentencia filosófica de corte “calíguano” o de su colega Calígula, parecidos en que el romano puso un caballo de ministro i, el norteamericano una yegua; la sentencia es: “cuando el mundo se acabe, yo no estaré aquí”. Menos mal que habrá clero suficiente para que, con sus eficientes oraciones, lo lleven al cielo. Señores del CEV, ¡Registren el partido i recibirán más dólares! ¿Por qué si son responsables de sus actos, no firmaron todo el adefesio de Documento de Exhortación PENSAMIENTOS DE PAZ Y DE NO AFLICCIÓN? ¡IRRESPONSABILIDAD O CULILLO?...¡Es lo mismo! ¡VADE RETRO SATANA! Saludos de San Marcos.




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Roberto Jiménez Maggiolo


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