Ética Médica, Política i Verdad

La ciencia como ética o sin ella

“El deber de la humanidad es más exactamente

el compromiso que tiene el médico de adaptar la

ciencia que posee al paciente que se confía a él”

Jean Bernard

Ω

En mi anterior artículo sobre las consideraciones éticas, la enfermedad del presidente de la República Bolivariana de Venezuela i los disparates en los cuales incurre la oposición pitiyanqui, no hubo demasiado espacio o tiempo, para profundizar algunos puntos fundamentales o importantes, nunca del mismo modo que, en una cátedra, donde las interrogantes o dudas que surgen, pueden llevar el tiempo que consideremos prudente. Son tantos los libros que se ocupan o esto, o las reflexiones que siguen, a las exposiciones científicas que, ya de lo que algunos califican de socialización de los diálogos con el enfermo, al insolvente –como lo clasificábamos antes− se le podían dar explicaciones a medias, a él o a sus familiares en las “casas de beneficencia” dispensarios u hospitales públicos. Sin embargo eso no debe depender de la condición económica o de analfabetismo en ciertos grados, sino de la cualidad humana i cultural del enfermo, así como se ha tratado el problema en un libro que primero apareció en folletos, i luego en texto empastado, titulado AQUELLOS ENFERMOS QUE NOS GOBERNARON. Lo cierto, puramente humano es que si la vida lo permitirá (una existencia llena de conflictos, odios i guerra a favor de los poderosos) al enfermo lo deberíamos considerar como decía Weiszäker i otros autores: “es un ser especialmente situado en la existencia que necesita ayuda”. I esta alianza, dice el autor que acabo de mencionar, “esta alianza de la ciencia i el amor es necesaria en todos los casos, prescindiendo de la forma de medicina que se ejerza”. ¿Qué pensaría de esto, un energúmeno, bestia de sacerdote, como el Padre Palmar?

El común de la gente, aunque todos han pasado sin excepción por el post operatorio de un familiar, sea para curar o para morir, no imagina siquiera lo que eso significa, i menos si es en los Centros de Cuidados Intensivos de hoi que, afortunadamente han sido un adelanto maravilloso, cuyas precauciones deben exagerarse para evitar más complicaciones imprevistas. Sin embargo, un político, como el caso de Antonio Ledezma (de pasado bien obscuro) o el diputado Richard Blanco, no deberían exhibir tanta ignorancia, tanto odio, tanto rencor i deseos de clase depravada o desprovista de sentimientos, para hacer las declaraciones o peticiones absurdas que les muestra como analfabetos culturales del peor nivel. ¿No se les ha ocurrido hacer una junta internacional, de médicos i diversos profesionales, que vayan a comprobar si la renuncia del Papa por falta de fuerzas, es cierta la causa o es que se quiere ir a descansar i evitar los peligros de la mafia vaticana? Por eso, del libro que he mencionado arriba, quiero referirme solamente a dos casos para abreviar, i para que me demuestren cuanta información pormenorizada hubo en sus casos.

Primero tomo a un hombre de fama internacional como pocos, durante su vida política, durante la II Guerra Mundial, i luego el período que le siguió de guerra fría que no pudo soportar el Primer Ministro Attlee, i volvieron a recurrir a quién paso a mencionar. Se trata de carismático, humorista fino, hombre de guerra i quizá luego, Primer Ministro i defensor de la patria, del grupo de reyes inútiles de Gran Bretaña, que se llamón Sir Wiston Churchill. Este señor, ya para 1947 (terminado el conflicto bélico) había padecido de pequeños trombos en su circulación, tenía arterioesclerosis moderada de vasos retinianos, i otros achaques del fumador empedernido de tabacos como era. En 1950 uno de esos pequeños ACV, pasada la guerra que le produjo bastante desgaste físico i mental, sufrió una pequeña afasia que bien tratada mejoró relativamente rápido; pero ya para 1951, tenía establecida una arterioesclerosis, i vio consumirse al rei Jorge VI, con inflamación del pulmón izquierdo, fiebre elevada i finalmente cáncer, i como le habían quitado un pulmón en los esfuerzos quirúrgicos, le recomendaban también a Sir Wiston abandonar el tabaco, pero los fumó toda la vida, incluyendo habanos. Los llamaba, “puros”. De todos modos participaba en política, en el parlamento i cuando a Mr. Attlee, no pudo con las circunstancias i estaba abatido de no poder convencer a Eisenhower (apoyado por el monstruo de J. Foster Dulles) finalizar la guerra fría que mantenía, dejó el ministerio i fue Churchill el llamado a sustituirlo, pese a haber padecido períodos de amnesia, i aunque el de 1954 ya no era el de antes i con frecuencia tenía contradicciones, aunque también humor. Un mal retratista le hizo un cuadro que descubrieron en la Cámara de los Lores, i el referirse a la obra dijo: “pese a que me han hecho un cuatro de pintura moderna”, despertando la risa de todos. Por eso es que el médico colombiano Henrique de la Vega, en su obra ASÍ SUFRIERON, dice que se inspiró en personajes del pasado, i cita a Rebeláis cuando dice “Reíd, reíd, que la risa es lo propio del hombre” i es natural porque el hombre es el único animal que ríe, con excepción de algunos miembros de la MUD. Por eso este hombre de política i de guerra, al fin se retiró en 1956, i desde 1965 hasta cumplir los 92 años, tuvo un largo post operatorio de muchos achaques.

El otro es más conocido para muchos de habla hispánica. Fue Francisco Franco, el feroz caudillo de la Guerra Civil contra los republicanos, quien padecía de una grave insuficiencia cardíaca por años, especialmente lado derecho del corazón, o ventrículo derecho. Sin embargo salía al comienzo a cazar venados en un coto de caza donde se los amarraban. Sufría de hemorragias intestinales, infartos intestinales i un hígado insuficiente. Pero seguía mandando, i no hubo un Ledezma español, ni un Richard Blanco que manchara el apellido del poeta que ganó un gran premio en 1921 ó 23, con EL CANTO A ESPAÑA, que hubiese pedido reportes diarios, i por lo menos un asomo a un balcón, en aquellos tiempos sin televisión. Ignoran lo que es el respeto a la jerarquía médica i a los principios éticos. Franco tuvo post operatorio largo (pese a su edad i debilidad) que no es la del presidente Chávez, que se recuperará para felicidad de la nación. Cuando Franco, padeció además de hemorragia gástrica, algunos médicos serviles hasta proyectaron un pabellón quirúrgico en el palacio para operarlo, pese a tener un racimo de complicaciones entre ellas tromboflebitis del muslo izquierdo, innumerables transfusiones, etc., hasta que murió. I un país ridículo a veces, porque tiene estos residuos medievales i que está en crisis gravísima (con un 27% de desempleados i suicidas por quiebre económico o desalojo de viviendas), tenga en basuras de papel impreso como EL PAIS i el ABC, periodistas antiéticos, propagando mentiras, calumnias i excremento impreso, carece de autoridad moral i ética para atacarnos constantemente.

Aquí unos zánganos, payasitos de calle (con el perdón de los auténticos), los de manitos i culitos blancos como el pupilo de Ravell i algunos sicarios de oficio, pretender que ellos pueden presionar para descubrir mentiras o verdades i que el presidente se vino a Venezuela, al Hospital Militar por su fingida presión de “estar con cadenas” frente a la cámaras.

Por eso, esta líneas no son para burdéganos cachorros, sino para los analfabetos culturales, los enfermos de comunismo sarampionoso como María Corina o Carla Angola, los corruptos con delitos comunes en el exterior, que se hacen llamar perseguidos políticos, i cuanta alimaña como el Padre Palmar, Baltasar Porras o Roberto Lückert, estén deseando la muerte del Comandante de la Revolució. Algunas palabras más sensatas o con autoridad moral como las de Laín Entralgo (que no saben quién es) son las siguientes:

1.- El diagnóstico médico lo hace el médico o una junta, un conjunto de colegas, donde siempre debe haber un jefe como primer responsable de las decisiones i de lo que se debe asentar en el informe que necesitan, principalmente, por no decir únicamente los familiares i de acuerdo con el paciente.

2.- La regla de oro entre médico i paciente, debe ser ayudar i no dañar,

3.- Si el paciente está en uso suficiente de sus facultades mentales, tiene el derecho a conocer la verdad de la dolencia que padece, así como el derecho a no conocerla. La enfermedad pertenece primariamente al paciente.

4.- El médico (s) tiene conocimiento de esto i la comunicación i observación del secreto médico, es modulada por las circunstancias.

El presidente Chávez está lúcido, en plenas facultades mentales i sigue dirigiendo al país, porque aunque no se haya realizado algo protocolar como la juramentación, aunque el Tribunal Supremo de Justicia ha dado continuidad a su mandato, su gabinete está nombrado por él, i fundamentalmente el Vicepresidente de la República, de modo que simplemente tiene un permiso de la AN para recuperarse completamente, en el tiempo que su equipo médico lo considere prudente, i todas las insinuaciones de vacío de poder, de ilegalidad de los actos ejecutivos, etc., no más son estupideces como las que repite un corrupto internacional, ladrón i traidor como el señor Diego Arria de pasado bochornoso, hasta en la vida familiar.

Por eso, señores opositores desesperados, convencido de que por los votos jamás llegarán al poder, si saben hacer trampas e irrespetar el Derecho i la Leyes, respeten los principios éticos de la más ecuménica, bella i digna de las profesiones humanas.

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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