Embajadores de EEUU en Venezuela

Los candidatos de la derecha representan al poder económico y empresarial

     Latinoamérica es una sociedad polarizada. El continente más desigual del mundo siempre ha sido dominado por la más rancia aristocracia, tras el proceso de Emancipación colonial. La estructura política y económica, soporte de los más poderosos, no está dispuesta a ceder espacios a movimientos emergentes. En Venezuela la derecha está ansiosa de mando y se encamina a recuperar espacios perdidos con la “democracia” como valor fundamental.

     La mayoría de los precandidatos presidenciales vienen del sector económico y empresarial. Están alineados a la doctrina de Estados Unidos, en la cual fueron transformados políticamente. Aspiran dirigir un país marcado por la controversia. Nunca se han identificado con el pueblo pero hablan en nombre de la masa popular.

     Mujeres y hombres que pertenecieron a los gobiernos de AD, Copei y Convergencia quieren enfrentar a Hugo Chávez y destronarlo como sea. Conforman hipócritamente la Mesa de la Unidad; pero están más desunidos que nunca. Varios grupos económicos, enriquecidos históricamente con dineros del Estado financian sus aspiraciones al igual que su patrono del Norte.

  El pueblo no es pendejo. Ya saben de qué pata cojean y el bojote se le nota nada más moverse. Aplauden cada sanción que impone EE UU a Venezuela. Y defienden la injerencia extranjera en nombre de la “democracia”.

     La derecha criolla no tiene vida política fuerte. La marea roja los arropó. Carecen de candidato que se identifique con el pueblo. Todos pertenecen al sector económico clasista y retrógrado y solo tienen contacto con un negro o una negra para emplearlos como personal doméstico. La palabra afro descendiente no tiene cabida en el disco duro de la ignorancia.

     Tienen discursos aprendidos de tecnócratas. Son líderes en su sector. Los hijos de empresarios no calan en la mayoría, en ese lumpen que tildó alguna vez uno de los más recalcitrantes de la derecha criolla. Tendrán que trabajar duro para posicionarse. Su discurso no llega. Son insípidos, inodoros, incoloros y amorfos para presentarse al pueblo que históricamente oprimieron junto a los partidos políticos.

     El reto es grande y tendrán que convencer al pueblo que la “democracia representativa” es mejor que el Poder Popular. Por mucho poder de los medios de comunicación del sector económico es difícil llegarle a una gente que sabe lo que quiere y a dónde va.

     Los tres candidatos más representativos de la derecha venezolana se focalizan en Enrique Capriles, Leopoldo López Mendoza y María Corina Machado. Los tres viven en el este de Caracas y pertenecen a las familias más pudientes de Venezuela. Los otros son pichacheros que tienen vida pero no alma política.

María Corina Machado Parisca (44 años) es hija del empresario Enrique Machado Zuloaga. Fue recibida en 2005 por George Bush como representante de los venezolanos.

Henrique Capriles Radonski (39 años) Su padre es el empresario Henrique Capriles García y mezclado al Grupo Editorial Capriles de dónde recibe apoyo mediático.

Leopoldo López Mendoza (40 años). Hijo de Leopoldo López Gil y Antonieta del Coromoto Mendoza, sobrina de Eugenio Mendoza, dueño de Empresas Mendoza. Este candidato tiene el apoyo del Grupo Cisneros, Empresas Polar y el grupo de Henry Ramos Allup. El candidato recibió beca cuando su padre fue Leopoldo López fue presidente de Fundayacucho.

Pablo Martín Pérez Álvarez (Pablo Pérez) tiene 42 años. Era el secretario privado del ilustre letrado  Manuel Rosales y ahora Gobernador. Su riqueza la ha acumulado en los últimos años, gracias  a la excelente labor que ha desempeñado en cargos públicos.

Eduardo Fernández (71 años) representa al socialcristianismo conservador europeo en Latinoamérica y Opus Dei español. Amigo de José María Aznar y empleado eterno de la Fundación Konrad Adenauer.

Oswaldo Álvarez Paz (69 años). Abogado y representante histórico del poder económico zuliano y socialcristianismo. Perteneció a la casta de dirigentes de Copei y fue execrado por Caldera. Es uno de los más recalcitrantes representantes del ala radical.

Antonio José Ledezma Díaz (57 años) no necesita presentación. Fue ministro de Carlos Andrés Pérez y líder del Partido AD. Se graduó de abogado en la famosa Universidad Santa María.

Cecilia Sosa Gómez (68 años). Fue presidenta de la Corte Suprema de Justicia del último gobierno de Rafael Caldera. Pertenece al ala radical y conservadora del socialcristianismo y Opus Dei.

Fuentes: wikipedia, información propia

jotaele9292@yahoo.com

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José Luis Carpio


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