Francisco de Miranda, perseguido por la “Santa” Inquisición española muere postrado en su catre de La Carraca, Antonio Jose de Sucre, el Abel de América, ofrenda su vida ante los disparos traidores de la conspiración santanderiana: el mismo Bolívar es abatido por la miseria colombiana y exclama moribundo: ¡He arado en el mar!
Hoy, cuando los siglos y las sociedades avanzan, emerge Hugo Chávez como un actor dialéctico de postín. En el complejo entramado de la política internacional y con la razón y el humanismo de su lado, grita al mundo la injusticia del imperio y, con destrezas de lo que se podría denominar una “guerra asimétrica” en la política, ha propinado magistrales derrotas al imperio y a su capo Bush.
A los lacayos de la oligarquía paramilitar colombiana, único sistema de violencia económicamente rentable que ha costado más de 2 millones de muertos durante 50 años de guerra, Chávez ha sorprendido con magistrales “jabs”, “uppers” y ganchos al hígado, poniendo de su parte al oprimido pueblo colombiano y liberando magistralmente a 2 secuestradas pese a los desesperados esfuerzos de Uribe por detener la operación salvadora, aún cuando esto significara la pérdida de vidas inocentes. Pero la herida bestia imperialista no se queda de brazos cruzados.
Las más “brillantes” cabezas de la no tan inteligente CIA han tomado el teléfono para dar instrucciones a sus lacayos de la oligarquía neogranadina. Han coordinado planes y maniobras mediáticas y políticas. Han dispuestos de dólares debiluchos, pero muchos dólares al fin, para detener al paisano de Sabaneta. Y es que ya han empezado a tomar a Chávez en serio.
Para muestra, un juego de botones. Luego de la visita de un militar gringo a tierras del traidor Santander, se ha abierto la respuesta narco-para-militar. Se ha abierto una moción en el congreso para juzgar a la valiente y sufrida Piedad Córdoba por traición a la Patria, han instalado “misteriosas” vallas en las calles de Bogotá que dicen “Chávez, cállate” y en Venezuela han hecho un fotomontaje para hacer creer que las FARC ponen collares-bomba a los secuestrados.
Intentos de verdad infructuosos por su carencia de creatividad, frivolidad y estupidez que no lograrán adormecer al pueblo colombiano que despierta del narcótico sueño del capitalismo gringo. Son los pueblos que se levantan contra el opresor secular, son las víctimas de la injusticia que claman en Colombia, es Chávez que, como subversivo de la vida, agita las conciencias de los americanos. Y por eso están con el rabo ardiendo.
