La diplomacia, según Donald Trump

Desde una perspectiva filosófica, la conducta diplomática de Donald Trump, especialmente en un evento tan crítico como la guerra provocada por Israel contra la República Islámica de Irán en el Medio Oriente, pudiera ser analizada considerando diferentes corrientes filosóficas de la diplomacia internacional:

La teoría del realismo político y el pragmatismo diplomático, se fundamenta en la preferencia por el Interés Nacional en lugar de la Ideología: un análisis realista sugiere que Trump coloca en primer lugar lo que él considera el interés nacional de Estados Unidos. En este contexto, implementa tácticas para prevenir un aumento significativo de las tensiones en el Medio Oriente que pudiera involucrar a EE. UU. O afectarlo (precio del petróleo). Está consciente que, para el grupo de presión armamentista sionista, esto representa una gran oportunidad comercial, pero no busca un conflicto que se extienda, ya que con Ucrania, bajo Biden, ha probado todo el arsenal que tiene en el mercado bélico, y solo le queda exhibir, lo cual hizo, según informes de inteligencia estadounidenses, aunque sin mucho éxito, puesto que el nivel de destrucción no fue satisfactorio en términos de lo desastroso que podría haber sido para Irán el ataque aéreo realizado, así como el celebrado triunfo posterior.

Por otro lado, su elección de implicar a Estados Unidos en bombardeos de instalaciones nucleares en Irán, y posteriormente intentar negociar un alto al fuego, podría interpretarse como un enfoque práctico para alcanzar un objetivo específico (reducir el programa nuclear iraní o debilitarlo considerablemente) sin entrar en una guerra en tierra.

Por consiguiente, su estrategia diplomática se basa en la utilización del Poder y la Fuerza como tácticas de negociación. El presidente Trump a menudo opera desde una perspectiva de "calma por medio de la fuerza". Su acción incluyó bombardeos directos en Irán, estableciendo que Estados Unidos estaba dispuesto a usar su poder militar para proteger tanto sus propios intereses como los de sus aliados. La concepción aquí es que, mostrar firmeza puede favorecer el diálogo y la prevención, en lugar de evidenciar debilidad.

Un enfoque adicional que emplea Donald Trump es el de la diplomacia transaccional. Su forma de interactuar diplomáticamente se basa en tácticas similares a las de los negocios, donde busca presionar, negociar y alcanzar acuerdos. En el marco del conflicto entre Israel e Irán, la propuesta de Estados Unidos para mediar un alto el fuego podría verse como un "pacto" en el que ambos lados reciben beneficios (Israel, menor amenaza nuclear; Irán, una manera de mitigar la escalada y quizás un camino para negociar en el futuro sin la amenaza de una guerra absoluta), mientras que Estados Unidos se presenta como el "mediador" que facilita el acuerdo. Así, el próximo paso podría ser una nominación al Premio Nobel de la Paz.

Es importante mencionar que Trump no está interesado en eludir lo que él llama "guerras sin sentido", que representa un compromiso electoral, y que refleja su visión sobre la política exterior. Su desagrado hacia lo que él describe como "guerras sin sentido" o "guerras interminables" en el Medio Oriente ha sido evidente. Aunque dio el visto bueno a ciertos ataques, su rápida transición hacia negociar un alto el fuego y su renuencia a incrementar la intervención militar en tierra, corresponde con el concepto de restringir el papel militar de Estados Unidos en conflictos en el extranjero. Esta postura tiene como objetivo conservar los recursos de Estados Unidos y prevenir pérdidas humanas innecesarias. Esta estrategia está relacionada con su deseo de obtener un premio que anhela para su colección de logros.

De forma similar, su estrategia nacional fundamentada en el principio "Estados Unidos Primero" da prioridad a las cuestiones internas y al bienestar de la población estadounidense. Prevenir un conflicto caro y prolongado en el Medio Oriente se ajusta a esta perspectiva, facilitando que los recursos y la atención se concentren en problemas domésticos, que son numerosos, como el tema migratorio, que ya le genera dificultades debido a su enfoque práctico que podría impactar en su anhelado reconocimiento.

Lo que analizamos respecto a este mandatario es su falta de previsibilidad en la estrategia: El enfoque de Trump frecuentemente ha sido definido por su inconstancia. Esta inconstancia, aunque desaprobada por numerosos críticos, también podría interpretarse como una estrategia intencional para mantener a oponentes y socios en una posición de incertidumbre, generando dudas que podrían ser utilizadas en las negociaciones. En el marco del conflicto bélico, su variabilidad entre un discurso conciliador y advertencias bélicas podría haber formado parte de un plan para impulsar a ambas partes hacia un entendimiento.

Por lo tanto, el empleo de plataformas sociales como herramienta de diplomacia indica una dependencia de Trump en estas para realizar anuncios diplomáticos cruciales (como el alto al fuego). Aunque esto representa un cambio drástico respecto a las convenciones diplomáticas habituales, se podría considerar, desde una perspectiva filosófica, como un intento de hacer la diplomacia más accesible, o por lo menos de esquivar los métodos tradicionales para interactuar directamente con el público y las partes en disputa, buscando una respuesta más rápida y, posiblemente, una mayor presión del público para alcanzar sus metas, aunque ello implique infringir leyes federales, como la necesidad de obtener aprobaciones del congreso de Estados Unidos para declarar la guerra.

Trump se percibe a sí mismo como un "mediador", con su reputación como "negociador". Esto le otorga en el ámbito político de su partido la imagen de un líder excepcional. Su papel en la búsqueda de un alto al fuego entre Israel e Irán se alinea con esta autopercepción. La idea central es que, con la determinación y la habilidad para ejercer influencia, es posible alcanzar acuerdos, incluso en enfrentamientos sumamente difíciles.

Por último, el comportamiento de Trump se opone a visiones más abiertas o constructivistas en el ámbito de las relaciones internacionales, que ponen énfasis en la colaboración a múltiples niveles, las instituciones globales, la normativa internacional y una diplomacia fundamentada en valores comunes y conversaciones continuas. Su método, frecuentemente unilateral y centrado en el poder, se presenta como un contraste a estas concepciones.

Autores consultados para la elaboración de este artículo.

  1. Hans Morgenthau, uno los padres fundadores del realismo clásico.

  2. Kenneth Waltz: Principal exponente del neorrealismo (o realismo estructural). Su teoría se enfoca en cómo la estructura del sistema internacional (la anarquía) influye en el comportamiento de los estados.

  3. Nicolás Maquiavelo: "El Príncipe".

  4. Henry Kissinger: Escritos sobre la negociación, la diplomacia de puerta trasera y la importancia de la flexibilidad táctica en las relaciones internacionales. .

  5. Roger Fisher y William Ury: Autores de "Obtenga el Sí" (Getting to Yes), un texto fundamental sobre la negociación basada en principios. El concepto de la MAAN (Mejor Alternativa al Acuerdo Negociado).

  6. John Mearsheimer: Un prominente realista ofensivo que critica la promoción de la democracia y la intervención liberal.

  7. Jan-Werner Müller, Cas Mudde: exploran cómo los líderes desafían las normas establecidas y priorizan una conexión directa con "el pueblo", operando fuera de los canales tradicionales.

 

*Magister en Gerencia y Dr. en Ciencias de la Educación

 

drloyophd@gmail.com



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Renny Loyo

Doctor en Educación. Dramaturgo

 drloyophd@gmail.com

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