El fracasado Almagro

Aún cacarea el fracasado Almagro. No tiene vergüenza quien se supone que debe defender los principios contenidos en "La Carta" de la Organización de Estados Americanos. Allí se señala claramente el principio fundamental de este organismo de "lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia". Bajo el mandato de Almagro nada de esto se ha cumplido. Este triste personaje se ha convertido en un nefasto carrito chocón que ha postrado a esta institución hasta subordinarse totalmente a los designios del gobierno norteamericano. La agenda imperial, defendida por Almagro, supone la pérdida total de autonomía e independencia de los gobiernos de América Latina. Sus infaustas actuaciones han excedido sus funciones en el cargo que ocupa, actuando impúdicamente al margen de la ley y la diplomacia internacional, atacando con saña a los países soberanos que defienden su derecho a la autodeterminación.

Almagro pasó de ser un funcionario de la estructura burocrática de la OEA a convertirse en actor político beligerante, apoyando descaradamente a facciones de la extrema derecha continental. Sus acciones de injerencia en absolutamente nada han contribuido a la integración, a la concordia, a la paz o al bienestar de la región. Por el contrario, ha apoyado el bloqueo económico y financiero para asfixiar a países miembros y respalda a actores políticos claramente embarcados en la agenda del golpismo, la intervención militar y la usurpación de funciones, que hampones (como la banda de Guaidó y Leopoldo López), han pretendido imponer sin contar con el voto del pueblo. Solo los respalda el capricho y el odio de los inquilinos de turno de la Casa Blanca. Bajo el mandato de Almagro hasta se permitió la usurpación de la propia representación de la República Bolivariana de Venezuela ante la OEA. Todo un exabrupto legal que ha generado un precedente negativo en el espíritu de respeto, unidad e integración del organismo regional para con los Estados participantes.

Almagro no menciona para nada, ni se queja, de la nefasta presencia de bases militares, tropas y armas de Estados Unidos en muchos países de América Latina y el Caribe. Claro, el lacayo va corriendo sumiso bajo el mandato de la Doctrina Monroe. Eso explica que entre sus disociaciones psicóticas descargue todas sus rabietas y frustraciones por "La inaceptable retórica de Rusia nos da otro ejemplo de cómo minan la seguridad y paz hemisférica los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua". "América para los norteamericanos", casi que grita a todo pulmón el peón Almagro, pretendiendo censurar las decisiones diplomáticas que cada país soberano puede tomar en el marco de sus alianzas geoestratégicas.

Eso sí, el arrodillado Almagro sale presto a celebrar en sus redes sociales la designación de la nueva "agente" de la USAID para Latinoamérica, Marcela Escobari, diciendo (con su nariz de Pinocho) que van a trabajar juntos en la "promoción de la democracia, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la seguridad para más personas en el Hemisferio". Que inmensa falacia. Todo el mundo sabe que donde los gringos meten sus garras solo sale muerte y destrucción.

Las rabietas y frustraciones del lacayo Almagro van a incrementarse en los próximos años. Que se prepare, pues la correlación de fuerzas políticas en el continente va cambiando rápidamente hacia gobiernos progresistas que abogan más por el respeto y la solidaridad, que por la injerencia y la política del garrote. Nada más a la vuelta de la esquina está el retorno victorioso de Lula en Brasil, escenario que de seguro se aparece en todas las pesadillas y amargos humores del fracasado Almagro.



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Richard Canán

Sociólogo.

 @richardcanan

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