A esos tipo es fácil ganarles una guerra. No hay que poseer submaricos nucleares ni ojivas BUSHCleares, ni "guerra de la galaxia". Un gobierno, aun subdesarrollado, con tan solo un poquito de imaginación, puede joder a esos bravucones sin mucha vaina. Por ejemplo, todos sabemos que a ellos les gustan los "superhombres". No hay nada que los vuelva más locas que un tipo fortachón, de sonrisa dulce, ay, mi pana, los interiores por fuera, para no perder tiempo quitándoselos, visión de rayos x, fuerte musculatura, anchos muslos y dientes duros, donde… ¡no entran caries! Bueno, es cuestión de que se haga "casting" en cualquier pueblo y se elija al hombre más alto.
Ese hombre se lleva a un campo deportivo y allí se le suministran todos los alimentos necesarios, fuertes ejercicios y se le aplican todas las picardías bobaliconas posibles. Por ejemplo, se le enseña a masticar chiclet con cara de idiota, moviendo la boca como un burro de Arkansas y alcance. Hacer muecas al propio estilo de Jerry Lewis, coño, con eso hasta alcanzan fuertes orgasmos. También se les da clases de manejo, donde el susodicho aprenda a andar chirriando los cauchos por la calle 42 de New York, mientras choca con patrullas, cuyos policías (actores) tendrán cara de bobos cibernéticos; él, el idiota, corre por una carretera de tierra donde nunca puede haber otro carro que no sea el suyo y de repente se detiene en una venta de hamburguesas, atendida por un viejo llamado Ohara.
Después de que el tarado haya aprendido toda clase de idioteces, se le busca una novia que tenga dos sobrinitos, que no se sabe de dónde carajo salieron. Los carajitos tendrán que ser rubios, como los gemelos de El Fantasma (duende que camina, para los que llegaron tarde). En una noche tan bella como ésa, se toma un avión con rumbo a Washington. Se llega a un hotel de mala muerte hasta la mañana siguiente. Cuando salga el sol y comience el mundo de marlboro, la pareja debe abandonar el hotel, no sin antes fumarse un par de cigarrillos en la cama sin lavarse la boca y como es natural, sin bañarse. A los gringos nunca se les ve bañándose, porque nunca lo hacen. Con un apretadito mono y el interior por fuera, el personaje escogido, debe empezar a tongonearse por las calles. Ahí mismo, los gringos, al verle el bojote, se irán aglomerando, mientras suspirarán con sus "hot dog" en mano..
La muchacha y los catiritos comenzarán a llorar. Eso llegará a la "casaguai". El presidente Bush, de seguro dejará a un lado su marihuana y dirá, "Oh, qué pasar allá afuera". Se asomará por la "güindo" y verá la aglomeración. Llamará a su corte de guardaespaldas y saldrá en fila india, oh, no, en fila india no, en fila rubia, debe recordarse que ellos son racistas. Cuando llegue adonde está el "sabrosote" , la muchacha y los catiritos se les tirarán a los pies. En ese momento el fortachón aprovechará para musitarle a Bush: "Señor, señor, ¿quiere ver lo que tengo dentro del interior?" Y Bush no aguantará dos pedidas. Eso es un gran secreto que tiene otro de sus grandes ídolos, conocido en el mundo de la fantasía como Supermán: nadie sabe si tiene machete o cuchara. Bush los invitará a la "casaguai" y allí en la oficina oval, el personaje se pegará a Bush y lo secuestrará, pidiendo al mundo que si Bush sigue invadiendo y masacrando pueblos, no le enseñará lo que tiene dentro del interior rojo. Así se ganará la guerra. Una familia de la comarca, adoptará a la muchacha y a los catiritos. The end.
