El crepúsculo de los dioses republicano

Los republicanos, quienes dentro de poco controlarán ambas cámaras del Congreso, muy pronto tratarán de empujar al mundo hacia el borde de la guerra. Los halcones de la guerra, neoconservadores que pronto controlarán los comités del Senado de relaciones exteriores, defensa e inteligencia forzarán al máximo la confrontación con naciones que los neoconservadores perciben como enemigos mortales de Estados Unidos. A sus ojos, la confrontación final está cerca –el crepúsculo de los dioses—emergiendo a partir de un alza en las tensiones entre Estados Unidos y aquellos que se oponen a sus políticas imperiales. El mundo está a punto de convertirse en un lugar sumamente peligroso.

El consentido de los neoconservadores, el senador por Arizona, John McCain, se presume que tomará la presidencia del Comité de los Institutos Armados del Senado. Trabajando con el senador derechista de Tennessee, Bob Corker, el cual presidirá el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien hará todo lo posible para presionar al hombre de paja del gobierno de Obama para que le envíe armamento avanzado al gobierno fascista-sionista de Ucrania y aumentar el apoyo a las agrupaciones aliadas del Estado Islámico para derrocar al gobierno de Bashar al Assad en Siria, regañando a los funcionarios de gobierno durante incesantes audiencias públicas y pasando resoluciones en el Senado para adosarlas a la importante legislación presupuestaria.

El presidente del Subcomité del Senado de Asignaciones para la Defensa será Thad Cochran de Misisipí.

A pesar que Cochran recibió apoyo afro-americano demócrata en su estrecha llegada en las primarias contra el postulante del Tea Party, rápidamente olvidará cómo los progresistas lo libraron de una muy segura derrota. Cochran se adhiere a todos los planteamientos políticos neoconservadores como ser mantener el Gulag de Bahía de Guantánamo y el apoyo máximo de Estados Unidos para Israel contra Irán y para Ucrania contra Rusia.

Cuba estará en el primer plano de la crítica bajo Cocker y su presidente del Subcomité para el Hemisferio Occidental, el senador por La Florida, Marco Rubio y el saliente presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Robert Menéndez, ambos hijos de emigrantes cubanos derechistas. La vocinglera minoría cubana en Estados Unidos, al igual que la minoría judía se han asegurado que los comités del Congreso que sostienen sus causas favoritas, es decir, Cuba e Israel respectivamente, estén presididos por miembros de sus propias agrupaciones étnicas.

Como presidente del Subcomité supervisor de la política de Cuba-Estados Unidos, Rubio será tan hostil –y sino aún más—hacia el gobierno cubano. A pesar que el Menéndez demócrata, fue un fiero opositor de las conversaciones de bajo nivel del gobierno de Obama con el gobierno cubano. Menéndez incluso acusó a Cuba de estar detrás de un informe primeramente publicado en una página web republicana, que sostenía que Menéndez se relacionaba con prostitutas en la República Dominicana. De hecho, el gobierno cubano no necesita fabricar nada acerca de la falta de ética de Menéndez. Menéndez se destaca en uno de los condados más corruptos –el Condado de Hudson—en uno de los estados más corruptos de Estados Unidos –Nueva Jersey.

La derrota del ex gobernador de La Florida, Charlie Crist por el actual republicano, Rick Scott, envalentonará el cabildeo anti cubano. Crist a diferencia de Scott y Rubio, favoreció la apertura comercial entre La Florida y Cuba.

El control sobre el Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado para Asuntos del Cercano Oriente y el Centro-Sur Asiático, podría ser para el senador Jim Risch del estado extremadamente conservador de Idaho. Se espera que las arcas de su campaña política se hinchen con dineros provenientes desde fuera del estado de parte de contribuyentes judíos de Nueva York, Los Ángeles y el sur de La Florida. Habrá una intensa competencia por esta presidencia en vista de los donantes financieros judíos que van junto con ella.

El senador por Carolina del Norte, Richard Burr, títere de la comunidad de inteligencia norteamericana, devendrá

en presidente del Comité de Inteligencia. A puertas cerradas en audiencias confidenciales, Burr y sus colegas republicanos presionarán a la Agencia Central de Inteligencia, CIA para que incremente las actividades clandestinas contra gobiernos como el de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Brasil, China, Rusia, Irán, Yémen, Zimbabue y cualquier otro gobierno que contraríe los deseos de Washington. Se podrá esperar que Cochran y su comité van a pedir más medidas punitivas contra Rusia y países como Hungría y posiblemente hasta Austria que la apoya. El Comité de Inteligencia convenientemente también olvidará que la CIA lo espió a través de agentes humanos y cibernéticos violando la Constitución. La Agencia Nacional de Seguridad y sus aliados de CINCO OJOS, agencias de recolección de inteligencia alrededor del mundo, respirarán más tranquilas luego que uno de sus más acres críticos, el senador demócrata Mark Udall de Colorado fue derrotado.

Quizás si adelantándose a la presión del senador McCain y otros neoconservadores republicanos pro Israel, el Jefe del Comando Conjunto, General Martin Dempsey, algunos días antes de la victoria electoral de los republicanos, declaró ante el Consejo Carnegie para la Ética en las Relaciones Internacionales, que él creía que "Israel ha hecho esfuerzos extraordinarios para limitar el daño colateral y las bajas civiles en Gaza". Las opiniones de Dempsey estuvieron en marcado contraste con sus anteriores declaraciones en las cuales señaló que Estados Unidos no debía atacar a Assad en Siria al tiempo que también atacaba al Estado Islámico. McCain calificó al vocero de asuntos públicos en el Pentágono, Vice Almirante John Kirby, como un "idiota". El ex prisionero de guerra en Vietnam que supuestamente entregó a sus captores norvietnamitas la programación de seis meses de futuros bombardeos navales norteamericanos, ha sido un abierto crítico de Dempsey y de su jefe el Secretario de la Defensa, Chuck Hagel.

Aunque Hagel apoyó la postulación de McCain a la presidencia el año 2000 y era su amigo, los dos veteranos de la guerra de Vietnam han tenido un amargo desenlace. Los recientes comentarios de Dempsey sobre los ataques israelíes sobre Gaza, fueron obviamente dirigidos hacia congraciarse con McCain y su socio, el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham, quien también está pautado para convertirse en presidente del Subcomité del Senado para Relaciones Exteriores sobre Operaciones Exteriores y el Estado.

De seguro que Graham instalará bloqueos en los procedimientos para cualquiera de las nominaciones de embajadores de Obama que no cuenten con el visto bueno de la política neoliberal de Washington. En este cuarto de calderas de la política, figura el Instituto Empresarial Norteamericano, el Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente, la Fundación Heritage, el Instituto Hudson, el Instituto Israelí para Asuntos de Seguridad Nacional y el Comité para los Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC sigla en inglés).

Las primeras descargas en las escaramuzas de parte de los republicanos del congreso para promover acciones militares en el Medio Oriente, se produjeron cuando se supo que el presidente Obama había enviado una carta al Jefe Supremo de Irán el Ayatola Alí Jamenei el pasado mes de octubre, planteándole la cooperación iraní-norteamericana en la lucha contra las fuerzas del Estado Islámico. La política de Obama fue de inmediato condenada por los republicanos del congreso luego que detalles de la carta fueron filtrados por una fuente del gobierno al vocero propagandístico parlamentario republicano y neoconservador, The Wall Street Journal. Mientras tanto, en Teherán el pasado mes de septiembre este reportero urgió a funcionarios oficiales iraníes cercanos a Jamenei que respondieran favorablemente la petición en torno a una lucha conjunta contra el Estado Islámico. No obstante, cualquier reconciliación entre Washington y Teherán resulta un anatema para los israelíes y para sus aliados neoconservadores en Estados Unidos, como también para los sauditas, turcos y cataríes, quienes al igual que Israel apoyan al Estado Islámico financiera, militar y logísticamente.

Los norteamericanos han votado a favor de la instalación de un partido guerrerista en el control de la rama legislativa de su gobierno. Tendrán su guerra a menos que el senador generalmente anti neoconservador, Rand Paul de Kentucky pueda convencer al jefe de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, que frene a los neoconservadores. El senador Paul brindó ayuda a McConnell cuando fue enfrentado en las primarias por el candidato del Tea Party, por lo que McConnell mantiene con Paul una enorme deuda política. Sin embargo, en la medida que Paul agite su campaña presidencial del 2016 resulta muy posible que el nuevo senador de Kentucky empiece a vacilar para convertirse en un neoconservador "light".

En tal caso, sería inevitable una guerra de múltiples frentes.

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Traducción desde el inglés por Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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