La OEA acoge a María Corina

Sabido es que, María Corina Machado, como lidereza de la oposición, se
presentará y actuará en la OEA, a más tardar este viernes 21 de marzo,
motivo por el cual, viajó a Panamá a agradecer a su gobierno, aliado
como su cómplice al concederle la oportunidad que le dan de intervenir
indirectamente como exponente oligárquica de su país en esa
Organización de Estados Americanos por iniciativa abierta por la
representación de Panamá que, ella personalmente como exponente de
narrar y especificar las actividades pacíficas que se suscitaron por
días y que todavía continúan en la República Bolivariana de Venezuela,
durante -dirá- de la permanencia del régimen
castro-comunista-madurista de la dictadura actual y con fuero de
diplomática prestada por Panamá, hará su delirio imitando, tal cual,
Bolívar sobre El Chimborazo, como se deducirá:

Señor presidente y, distinguidos representantes de los países acá
presentes, menos los que no quiero mencionar en particular que nos
desprecian y nos injurian al no compartir y aplaudir nuestra presencia
con un desdén de viejos arquitectos de la diplomacia chatarrera, miope
y enquistada que peca por demás, de injusta que sonríe sin risa
laudable y, se persignó y continuó: ¡alabados sean los que me oigan y
entiendan mis angustias que de ellos será parte de nuestro futuro que
pende de su comprensión y determinación en estas horas que se pueden
estirar en años si ustedes no se ajustan al devenir norteamericano!
¡Amaos como yo los amos! Por lo que:

He de confirmarles sin atenuantes engorrosos que, soy una libérrima
ciudadana que suda y padece de angustia poderosas que, como diputada,
por un alto porcentaje de electores, que soy y, que ejerce una función
compartida hacia el pueblo que me eligió y el que no también, para
que, con claridad brumosa y, con la verdad por delante, los defienda a
capa y espada con mis lágrimas plañidas de esperanza que como sudor de
mi dignidad de mujer que respira a diario los tres colores de la
bandera nacional invertidos de paciencia y, que apegada a sus ideales
contrarrevolucionarios, cuyo currículo es imposible reflejarlo en este
ámbito de libertad por lo extenso, nada modesto de detallar del mismo
del que me siento humildemente reflejada, por lo que nadie conoce mi
integridad ni sabe de lo que soy capaz cuando me tiran al ruedo del
descrédito informático en defensa del régimen involutivo que comienza
a gatear de incapacidad en nuestro país y que tiene que caer pronto
por la gravedad de la fuerza de la oposición y sus aliados
internacionales que tienen como medio de sustentación marchas
desarmadas, pero valientes en resistencia, por lo que me siento
perseguida al querérseme despojar de mi curul por el terror de la
intimidación sin causa propia y, mandarme al Olimpo del olvido como
castigo a mi indocilidad de heroína de barro y de hierro como una
levantina de una nación en peligro que hoy clama por un SOS de
vanguardia.

Por lo tanto, me he permitido, liderar con la verdad por delante que
es mi guía espiritual como lo es también el excelente profesor Carrera
Damas que embalsaman mi alma de inquietudes rebeldes, fortaleciendo mi
cine intimo en tercera dimensión que es la lanza de acercamiento a la
que me he acostumbrado dentro de la oligarquía indómita que nos une en
ley de oferta y demanda de producción, en que producimos bienes de
consumo que han hecho posible que todavía en nuestro país marchemos
libremente en paz por la grandeza de la Patria como querían nuestros
libertadores. Patria que nos cobija de amor como sus amantes nivelados
por el nivel de su cariño y atracción que nos da la fe de seguir
adelante sin desviarnos del grito que ensordece la furia de la lucha
que estamos dando sin cuartel y, que seguiremos dando, aunque hay un
desgaste físico que necesita del ungüento mundial como es la táctica
informativa y perseverante de la derecha y de sus medios y, que nos
llevará a transitar los caminos de la grandeza neoliberal como la
disfruta Europa actualmente guiados por el interés y la astucia
comedida de los EEUU.

¡Señor Presidente! Me disculpo a la n-ésima potencia, por haber hecho
el papel de María Magdalena que vino a buscar la cura política en
vuestra presencia y, que le implora con el Sermón de la Montaña en mi
voz su aprecio a mis palabras que, quizás serán tomadas y,
transformadas como el Sermón del Llano por los Tiberios del
descontento y la componenda cómplice por muchos de los presentes que
más que odiosa, seguro estoy que no serán olvidadas por los
representantes de EEUU ni de Canadá ni muchos menos, los de Panamá.
Aplausos por esos mismos representantes y, alguien cerca de ella
gritó: "La lucha sigue" y, otro respondió, con "Maduro y sin
guarimbas".


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Esteban Rojas


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