Las tres guerras coetáneas de Washington

"Washington está tratando de llevar a cabo una nueva gran demostración
de fuerza: organizar cambios de régimen en tres Estados al mismo
tiempo en diferentes regiones del mundo. En las operaciones
organizadas contra Siria, Ucrania y Venezuela, la narrativa
estadounidense reposa exactamente sobre los mismos principios: acusar
a los gobiernos de matar a sus propios ciudadanos, calificar a los
opositores de "demócratas", adoptar sanciones contra los "asesinos" y,
al final, concretar un golpe de Estado".

Así lo pone de manifiesto enjundioso artículo el periodista y
politólogo francés Thierry Meyssan, presidente y fundador de la Red
Voltaire y de la conferencia Axis for Peace, publicado bajo el título
de "¿Puede Washington derrotar a tres gobiernos a la vez?"

"El movimiento comienza siempre con una manifestación en la que mueren
opositores pacíficos y ambos bandos se acusan mutuamente de los
hechos. En realidad, fuerzas especiales o elementos a las órdenes de
Estados Unidos o la OTAN, ubicados convenientemente, disparan a la vez
contra la multitud y contra la policía. Así sucedió en Deraa (Siria)
en 2011, al igual que en Kiev (Ucrania) y en Caracas (Venezuela) en
los últimos días."

Meyssan recuerda que, en el caso de Venezuela, las autopsias
practicadas demostraron que dos de las víctimas -un manifestante de la
oposición y otro favorable al gobierno- fueron baleadas con la misma
arma.

Recuérdese que en ese país el 80% de los medios informativos
venezolanos están en manos privadas y que en abril de 2002 ellos
fueron los realizadores de un golpe de Estado contra el gobierno
democrático de Hugo Chávez. Todo empezó del mismo modo: llamados de la
oposición a protestar, muertos de ambos lados, condena general de los
medios privados, rumores de sublevación de una parte del ejército y
ejecución del golpe de Estado.

Calificar a los opositores de "demócratas" es simple retórica. En
Siria se trata de takfiristas (una corriente sectaria dentro del Islam
sunita que goza del respaldo de una facción de la familia real de
Arabia Saudita aliada a Estados Unidos e Israel contra el régimen
laico sirio); en Ucrania, son unos cuantos sinceros pro europeístas
estimulados por un montón de nazis y, en Venezuela, son jóvenes de
familias acomodadas respaldados por estudiantes contestatarios que no
son representativos del mundo universitario y milicias a sueldo de
dueños de empresas.

Otra coincidencia es que, en todos los casos, en los tres países, está
presente la proclamación de su solidaridad con los opositores locales
de John McCain, el ex candidato republicano a la presidencia
estadounidense, apunta Meyssan.

Del guión para el manejo mediático de los acontecimientos se encarga
la National Endowment for Democracy (NED), una agencia financiada por
el Congreso de Estados Unidos a la que se presenta como organización
no gubernamental (ONG).

Meyssan revela que la NED fue creada por el presidente Ronald Reagan,
en asociación con Canadá, Gran Bretaña y Australia. La dirigen el
neoconservador Carl Gershman y Barbara Haig, hija del general
Alexander Haig (ex comandante supremo de la OTAN y posteriormente
secretario de Estado con Reagan).

En este esquema participa otra supuesta ONG, financiada por la OTAN,
irónicamente nombrada "Albert Einstein", creada en 1983 por la NED,
dedicada a la formación de agitadores profesionales en diversos
países.

En todos los casos, dos figuras claves del equipo del Consejo de
Seguridad Nacional de Presidente Obama, la consejera de seguridad
nacional Susan Rice y la embajadora ante la ONU Samantha Power, han
desempeñado destacado protagonismo.

"Las dos son maestras en el uso del lenguaje "democrático" y, durante
años, se han especializado en aconsejar la injerencia en los asuntos
internos de otros Estados con el pretexto de prevenir genocidios.

Ellas adoptan invariablemente la misma pose de justa indignación antes
de dictar la adopción de sanciones -a la que rápidamente se suma la
Unión Europea- cuando en realidad son ellas mismas quienes se dedican
a promover los actos previos de violencia", denuncia Meyssan .

Con tan amplias y peligrosas representaciones escénicas en las que los
golpes de Estado no siempre llegan a concretarse, Washington busca
demostrar al mundo que sigue siendo el amo, según criterio del afamado
politólogo y periodista francés.

Para garantizar los resultados -en opinión de Thierry Meyssan-
Washington emprendió las operaciones en Ucrania y en Venezuela
mientras se desarrollaban los Juegos de Sochi. Contaba garantizar que
Rusia no tomaría medidas de respuestas que provocaran algún tipo de
atentado por los terroristas islamistas en perjuicio de la fiesta
olímpica. Pero los Juegos deportivos de invierno en Sochi ya
terminaron. Y ahora le tocaría jugar a Moscú.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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