USA quiere implantar su democracia en todo el planeta y en la galaxia, qué riñones

Ya no basta imponer su economía dolarizada y dolarizante. No sentirse los superiores. Ya no es imponer un mundo unipolar en lo económico. No, tienen que obligar a todo el mundo a pensar y actuar como ellos. Dicen que deben cuidarse de los grupos de izquierda porque ideologizan en base al marxismo y todas esas cosas populares que propugnan, sin clase, sin abolengo. Y prefieren continuar ideologizándonos con su exceso de consumismo, gastivo por demás. Y tienen las bolas de decir y proyectar en el mundo, como cosa despreciable, inaceptable, contaminante, que Hugo Chávez está llevando su ideología por América y el planeta.

Los mismos ciudadanos estadounidenses por haber crecido en el mundo de la competencia, de lo espectacular, de lo que impresione -que de paso es de los hombres lo que atrae a las féminas de allá, vacías casi todas, “el más alto, el más fuerte, el más valiente, el más… marico”-, como desconocen otros valores, sólo los bajos, los aceptan ciegamente y así los ponen a pujar.

Pujar para conseguir un estatus a como dé lugar. Atropellando compañeros. Pasando por encima de amigos y familiares. Empeñando hasta la manera de caminar para llegar a alcanzar el “sueño americano”.

USA, en base a presiones económicas (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, etc.), y asomando la fuerza militar, ha conseguido el respaldo del llamado concierto de las naciones occidentales. Y atemoriza a los países pequeños, en Centroamérica y en las islas del Caribe, con quitarles el apoyo económico, pero sólo para explotarles sus materias primas. Como ha sido la concepción imperialista a través de los tiempos de la Historia.

Prevalece la ideologización del dólar. La vileza es su estandarte.

No han invadido a los países del África Negra porque no cuentan con riquezas minerales suficientes -ya que los han desangrado sus aliados en la explotación de los diamantes, por ejemplo-. Sí han invadido a los del norte de África, los musulmanes, porque poseen el preciado oro negro. También con los países del medio oriente, invadidos y aniquilados sus jefes porque se habían convertido en líderes en contra de USA, capaces de causarle daños como los de la Torres Gemelas de Nueva York. Y todas apoyándose maniobreramente en falsos positivos, en inventos, aun costándoles la muerte a sus compatriotas, pero para que les duela más a los pobladores y con ello respalden sus atrocidades contra otros pueblos allende de los océanos.

Pero eso lo económico ya está bien trillado por nosotros y por el mundo informado por la mass media canalla. Lo que nos llama la atención es que USA, con sus aliados de la OTAN, ha acentuado sus razones para invadir, y para vender o regalar armas –con lo que pretenden, como en otras crisis, mejorar un poquito sus alicaídas economías capitalistas, en estos años de verdadera crisis mundial- metiéndose hasta con las costumbres, las maneras de vivir, con las religiones, meterse con todo. Quieren que los países árabes, los cristianos y más los musulmanes, copien su democracia. Su comportamiento social. Se afincan en la manera como se entienden hombres y mujeres, y como lo han hecho desde tiempos inmemoriales. No aceptan, ni tampoco las nuestras, que las mujeres anden con las caras tapadas y con el cuerpo cubierto de telas -que es su manera de pudor- que lo que les permiten ver son los ojos y las cejas. Tampoco que un hombre puede tener varias esposas -siempre y cuando pueda mantenerlas-. Quisieran que los hombres tengan sólo una esposa, como los norteamericanos, sin mencionar ni considerar que tengan sus amantes, que en USA ya es un asunto socialmente aprobado. Hasta presidencial y senatorial. Es más, de quitarse los velos las mujeres pueden competir con las infidelidades de los hombres que en el mundo occidental ya los superan en más de un 50%. No entienden ni aceptan que oren todos los días, 5 veces cada día orientados hacia la Meca y en honor a Alá. Quisieran que imiten la occidental costumbre religiosa cristiana de ir a misa los domingos, arregladitos, y purgar sus sinvergüenzuras con unos golpes de pecho y permitir la presencia de curas homosexuales, que no importaría que posean esa tendencia sino es porque violan a niños y jovencitos.

A los gringos les parece absurdo que no consuman licor. Y son ajenos al dolor de la humanidad por miles de niños que a diario mueren de hambre y ni siquiera les envían un portaviones de comida, sí de bombas y cohetes.

Ellos, los gringos, quisieran que esas naciones copiaran su democracia con todas “esas maravillas” que poseen y que también hemos copiado en nuestros países en la misma medida en que nos han trasculturado, con apoyo mediático-comercial, casi al extremo de perder nuestras identidades como naciones. No las hemos perdido del todo, o sólo la han perdido parcialmente aquellos pitiyanquis, porque han existido y existen personas y personajes que respaldan nuestras cosas hermosas del folklore, de la costumbres, de la gastronomía, etc., de nuestros pueblos. Los gringos no respetan tradiciones populares de otras naciones, no las valoran, sólo las suyas. No respetan a los pobladores. No respetan a nadie. Solamente los países que les parezcan valen la pena. Ah, a menos que les inviertan todo el dinero a ellos. Los gringos quisieran que las mujeres árabes se quitaran los trapos, las pañoletas, los velos, y que comenzaran a usar hilos dentales -trajes de baños iguales-, actualizar permanentemente sus vestuarios para estar a la moda, maquilladas hasta las metras con pestañas postizas y labios inyectados, que tomaran clases de modelajes y puedan caminar en tacones altos y con costosas carteras llena s de cuanta pendejada requieren, con costosos lentes oscuros de marcas importantes, de producción de la OTAN, “OTAN modas”. Por supuesto, que se hagan las tetas y las nalgas, y que sean tan buenos copiando esos estereotipos que como acá en Venezuela hasta las niñas -mujeres- de quince años exigen sus prótesis. Que las niñitas árabes se inicien en la coquetería desde chiquitas y las aplaudan y les compren los mismos modelos que usan las mujeres adultas. Que las copien en las sandalias, en los pantalones ajustados, en las gafas. Que caminen como mujeres, perdiendo su niñez, oscuras, y que sean niñas de las pasarelas como en los concursos de la carne. Para allá irán. Y lo más importante, que simpáticamente se abracen de los varoncitos y se besen, con lo que reirán los padres, familiares y amigos, plasmándolas en fotos y películas que circularán por Facebook. ¡Very nice!

Así, alejadas de ese estúpido pudor, andar en libertinaje, perder la virginidad a los 12 años con la justificación de que eso es normal en nuestros días, siendo un acto entreguista, hasta de cobardía, por no dedicarle los padres el tiempo a la formación de valores, aun luchando desigualmente contra del enemigo social más grande, más dañino, como son los medios de comunicación privados y desbocados y sus comerciales proconsumistas en exceso. Puede que alguna, al mejor estilo hollywoodense, sea exitosa por demás y llegase a posar desnuda en una revista Play Boy. Una conejita musulmana. O, un poco más audaces, o con menos suerte, y se inicien en la prestigiosa carrera de las fotos y videos pornográficos que son una “industria productiva”.

Bueno y que se metan en el mundo elegante del cigarrillo –aunque un poco menos ahora-, junto con el licor y se equiparen a las muchachitas gringas que cometen locuras con el alcohol, algunas cheer-leaders o las artistas y hasta primeras damas que han muerto o han tenido que recurrir a tratamientos antialcohólicos o antidrogas.

A todas estas, que se incorporen a la bella estadística de conformar el volumen de consumidores de drogas alucinógenas -prohibidas por y para no se sabe quiénes- que sobre pasan los 40 millones de personas en USA, los mayores consumidores mundiales y se considera casi normal su consumo desde la primaria, acentuándose en la secundaria (high school) y por demás en las universidades. Que manejen con propiedad la marihuana, la cocaína, la heroína, y cuanta vaina inventen y protegen allá y desde allá en otros países y en quienes escudan su real protagonismo de consumo y producción.

O que entren en las estadísticas de aberraciones donde por excesos de licor y su consabida alienación aparecen asesinos de grupos de estudiantes, de sus compañeros de clases y otros, inclusive de profesores. Alcohol, drogas y degeneración y sangre.

Y que permitan que se formen allá, en esas tierras áridas de camellos y chilabas, las mafias en sus diferentes manifestaciones que manejarán todas las economías, desde los pueblos a las grandes ciudades, y tengan sus ramificaciones en todos los países occidentales. Es el mundo del poder de los dólares basados en el dolor de las familias y los seres individuales. Además, ya tendrán como ser calificados como los causantes del consumo en USA. Y los descalificarán, y los clasificarán y los amenazarán.

Que lleguen al libertinaje total, tapareado con unas leyes, con algunos jueces corruptos y algunos abogados también, y tengan cárceles como arroz con pranes y todo, que abundan allá. Que tengan facilidades para adquirir armas de cualquier tipo y calibre. Que haya policías corruptos. Que disfruten de la corrupción por todos lados, en el comercio, en la política, como han aparecido en novelas y películas basadas en hechos de la vida real estadounidense. Que aparezcan ciudades sodogomorrizadas, de juegos y prostitución. En fin, que los árabes, los africanos todos, los latinoamericanos, nos agringuemos hasta el alma, así seremos mejores ciudadanos.

¡Alcohol, drogas y muerte! ¡Nos agringaremos!


simnelacir@gmail.com


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Simón. E. Lacise R.


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