Final Caracas-Magallanes convertida en arena política entre revolucionarios y opositores

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Credito: Luigino Bracci

El estadio de beisbol de la UCV fue protagonista este lunes de uno de los partidos más inolvidables de la serie final de beisbol venezolano entre los eternos rivales, los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes. Pero miles de personas en sus tribunas y gradas también protagonizaron una lucha política y de consignas, luego de que la gente se cansara de que los grupitos pro-RCTV secuestraran un deporte que es de todos los venezolanos.

El canal RCTV está temporalmente fuera de las empresas de TV por cable desde el sábado, hasta que sus dueños se comprometan a acatar una norma técnica, que entre otras cosas, les pide transmitir el Himno Nacional, al que ellos parecieran tenerle asco. También deberán transmitir en territorio venezolano los mensajes de los cinco poderes públicos, y adaptar su programación para que no hayan películas violentas o con imágenes de sexo durante horario infantil. La gota que colmó el vaso de paciencia del gobierno fueron las declaraciones de Noel Álvarez, presidente de Fedecámaras (la máxima confederación de empresarios del país), a través de ese canal, exigiendo “una solución militar” contra el gobierno venezolano. Hay que recordar que Fedecámaras, con el apoyo de RCTV, también lideró el golpe de estado contra Chávez en abril de 2002, y el paro petrolero y block-out empresarial de 62 días iniciado en diciembre de ese año, también orientado a derrocar al Jefe de Estado venezolano.

Acudí al estadio junto a un grupo de jóvenes partidarios de la revolución bolivariana, unos caraquistas y otros magallaneros, quienes consiguieron entradas de todas formas posibles: unos compraron sus entradas, otros las consiguieron a través de amigos o conocidos. El punto es que todos querían ir, en primer lugar para disfrutar del deporte, pero también a decir “presente” en caso de que nuevamente los grupos políticos pro-oposición intentaran secuestrar el deporte con más fanáticos en Venezuela.

Huelga decir que hay una profunda diferencia entre el público que acude a las tribunas y aquel que llena las gradas. Los primeros compran entradas pagando entre 300 y 500 bolívares fuertes (las VIP pueden alcanzar 1.500 Bs.F), tienen asientos cómodos y numerados bajo techo, disfrutan del partido en primera fila a menos de 30 metros del montículo, y las chicas que bailan en los espectáculos entre innings lo hacen para ellos, en todo el frente de las tribunas. Las imágenes del público que se muestran en televisión son captadas principalmente allí, pues es la “gente bonita”, las chicas con grandes senos operados, y los muchachos con perfil europeo. Cuando usted escucha los gritos de “Un, dos tres, Chávez está ponchao”, los escucha sobre todo a ellos, pues es allí donde los medios privados colocan los micrófonos captando el sonido de ambiente. Hasta Antonio Ledezma estaba en el partido, tratando de posar para alguna cámara.

En cambio, el público en gradas es mucho más humilde. Compran entradas pagando 60 o 70 bolívares fuertes, se sientan en el frío cemento amuñuñados, viendo el duelo entre el pitcher y el bateador a más de 90 metros de distancia, mientras los vendedores de cerveza y tequeños hacen maromas para pasar entre ellos. Es el público que tiene más sabor a pueblo, que proviene en su mayoría del oeste de Caracas, con su piel oscurecida por el sol y el mestizaje. Aún así, esta gente lo que quería es disfrutar de su juego, por lo que pitaron a algunos de nuestros compañeros cuando intentaron gritar consignas a favor del Presidente Chávez en un momento en el que nadie había metido la política en el partido.

Pero la cosa cambió en el cuarto inning, cuando el público de las tribunas comenzó a cantar a favor RCTV. Desde las gradas, los gritos en apoyo al canal opositor se escuchaban lejanos, como si fuera algo que no tuviera nada que ver con nosotros. Nadie en gradas repetía las consignas ni se solidarizaba con sus peticiones. Muchos no comprendían cómo es que un canal cuyo presidente, Eladio Lares, instaba hasta hace poco a guardar su dinero en el “Bolívar Banco”, podía seguir teniendo algún apoyo entre los venezolanos. Dicho banco terminó quebrando a finales del año pasado y sus dueños huyeron al exterior con el patrimonio de los ahorristas. El gobierno fue quien tuvo que darle auxilio financiero a quienes confiaron en el banco publicitado por el Sr. Lares.

Ante las consignas opositoras, la sangre revolucionaria de nuestros camaradas ardió como nunca, y las respuestas rojas rojitas no tardaron en aparecer. “Uh, ah, Chávez no se va”, “las gradas son del pueblo, no de la burguesía”, “Jonrón de la revolución, jonrón, jonrón”, "No hay quien le gane, al Comandante", y “Chávez los tiene locos” fueron los coros que empezaron a sonar en el Left Field, lo que no agradó a un grupo de opositores ubicados en las gradas, que lanzaron una cerveza pegándosela a una camarada. Quienes la acompañaron pronto acudieron a defenderla. El conato de pelea fue prontamente resuelto con la presencia de la PM y afortunadamente no pasó a mayores, aunque otro joven fue lastimado en su frente por un trozo de hielo.

Pronto, cientos de fanáticos de las gradas también empezaron a repetir los coros rojos rojitos; los opositores de clase media-alta hicieron lo propio en sus tribunas y asientos preferenciales. Separados por una cerca, ambas masas duraron más de 10 minutos gritándose consignas e insultándose entre sí en el campo izquierdo, hasta que los pro-opositores se cansaron. Creo que Ávila TV tiene algunas imágenes de lo ocurrido, ojalá las pasen pronto en su informativo.

A diferencia del partido del domingo, donde los gritos pro-RCTV permanecieron por todo el partido, esta vez los opositores no repitieron sus canturreos tras esa guerra de consignas. Desconocemos si algo de esto se habrá escuchado por la televisión; el hecho es que se dejó un fuerte mensaje en el estadio: si se va a politizar el deporte más seguido por los venezolanos, pues habrá que soportar gritos de bando y bando.

El resto del partido ya es conocido por todos: los Leones del Caracas, perdiendo 7 a 2, remontaron carreras de una forma emocionante. El todopoderoso pitcher relevista Francisco Kid Rodríguez, lanzando para el Magallanes, vio un vuelacercas volar encima de su cabeza, y casi se le empata el partido de no haber sido porque se anuló una carrera de los Leones; el equipo turco lo cambió para evitar males mayores. Esto no evitó que el Caracas empatara las acciones a 7 carreras en el noveno inning, forzando a entradas adicionales. Posteriormente, una riña colectiva entre jugadores de ambos bandos dejó varios peloteros expulsados, lo que no evitó que los Leones dominaran el partido 10 a 7, empatando la serie a dos encuentros.

“Los chavistas tal vez no tengamos los recursos económicos para entrar a las tribunas, pero tampoco nos quedaremos callados viendo como ellos (los opositores) intentan politizar el beisbol, porque ¡somos mayoría!”, vi a una joven declarándole a una periodista al finalizar el partido. Otro muchacho, un poco más exaltado, gritaba que si los opositores quieren convertir el estadio en una arena de lucha política, pues lo lograrán, pero que lo que ocurra allí será su responsabilidad.

Esta noche el beisbol continúa. Veremos si los defensores a ultranza de RCTV siguen su show.


lbracci@gmail.com


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Luigino Bracci Roa

Estrecho colaborador y antiguo miembro del equipo editor de Aporrea. Bracci es un celoso defensor del Software Libre y de la libertad de expresión.

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