La cultura POPOlar

“Boina hedionda” Caballero

Una vieja canción de Daniel Santos decía…”Borracho no vale no señor, que borracho no vale…” Y papá cuando veía al señor Castor, tirado sobre el piso de la escalera de nuestro barrio, dormido, con un bojote de moscas encima y chorreado, me aconsejaba: “Mira hijo, esa no es la misión del hombre en la vida” Yo amo aún a mi viejo querido por sus enseñanzas”Dignidad, hijo, dignidad”, y siempre con su pensamiento debajo del cuero cabelludo. Yo fui amigo de un periodista de cultura de El Nacional, allende los años. Me contaba él que no sentía ningún aprecio por esos tipos que se la daban de intelectuales, porque ¿qué carajo de ejemplo puede dar alguien que vive atado a una barra, a una silla de un bar, a un lenocinio a una tasca o a cualquiera de esos sitios donde se expende licor? Ser intelectual, según estos “poetas” de la IV-R, era sinónimo de caña. Algunos creían que Omar Khayyán, poeta indio, al decir…”Bebed de mi ánfora el vino…”, estaba haciéndole honor a la caña. Ese hombrecito de rostro palúdico, ojeroso, desdoblado, senil y con aliento a ron y poncigué llamado Manuel Caballero es un seguidor de Baco y Dioniso. Qué piense esas trastadas de los pobres, de los desdentados, de Chávez, de la REVOLUCIÓN, no tiene ninguna jerarquía. Recuerden que los borrachos hablan en monosílabos e incongruencias. El pertenece a ese mundo de copas y cervezas, gritos y blasfemias. Rememora y las lágrimas se les juntan con las lagañas y los mocos, aquellos día “felices” cuando usurpando la majestad de la cultura, vivía entre orgías y bacanales, lupanares y damiselas. Odia a la REVOLUCIÓN porque ahora no puede ir con sus mentiras de “intelectual burgués” porque eso no existe, a que le den una beca para pagar su “guiski” y su chinchorro. Su tomo de la gaceta hípica, la fusta, casquillos y llegada. “Boina hedionda” es un caso. Alguien ha debido enseñarle que “En el mar…tini la vida es más sabrosa”…”Es el humo del cigarrillo y la caña el que me hacen llorar”…”Mesonero sírvame otra copa”…”Entre copa y copa se acaba mi vida” “Boina hedionda no es creíble. El tufo de su garganta elimina moscas y chiripas y cualquier vestigio de buen aliento y ejemplo. Y si bien es cierto que el señor Castor era un borrachín, no es menos cierto que el señor Castor no le hacía daño a nadie, porque a diferencia de “Boina hedionda” Caballero, no utilizaba el licor para escribir sandeces, necedades, incongruencias, que no las cree nadie. “Boina hedionda Caballero, raya páginas en El Univernalga y por eso, ¿cuánto le pagarán? Yo estoy seguro que el señor Mata, que no habla casi castellano, tal vez, le cancele esas tonterías que escribe con alguna botellita de “aprieta culo” que vende el “El señor del licor” en Catia. Y es que “Boina hedionda” pretende dar cátedra de enseñanza, de acervo cultural e ignora que él como borracho, como alcohólico, nada tiene que reprocharle a un drogómano, a un marihuanero, a un “piedrero”. “Boina hedionda tú también eres un VICIOSO. Tú y Orlando Urdaneta, no digan nada, que no sea: “Dos más, hip, hip, y un trapo pa’ la mesa, mesonero, hip, pues sí mi compae,hip…”

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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