Seboruco sigue siendo un pueblo noble

Seboruco, de centenarias tradiciones; de miel, de trapiches, envidiable rincón de la naturaleza andina; privilegio de paz, tranquilidad; y sinfonía multicolor de flores olorosas; pueblo de Cristo, humilde, sencillo y laborioso cuya hospitalidad jamás ha sido desmentida, convirtiéndose en orgullo seboruquense. Tierra grata de hermosas muchachas sonrosadas por las caricias de la brisa andina y por el sol ardiente que hace brotar con fuerza los frutos de la tierra fértil y siempre generosa. Noble región que ha dado a Venezuela una legión de hombres y mujeres que se han destacado con imagen propia en múltiples actividades, dentro y fuera de su terruño natal, de progresistas profesiones, y que conto alguna vez, para satisfacción, con una juventud que comprendió su responsabilidad futura.

Esta sería una de tantas formas o maneras para intentar definir al Seboruco, que vio andar, por sus calles de piedra donde la niebla canta a "Merarda" , con una cesta de amor, solidaridad y altruismo por el ser humano, calles de la niñez, que oyeron los versos del Poeta de la sencillez y la humildad, Rafael Molina, calles de piedra que oyeron a Mateo, defender de la modernidad de los autos, a los indefensos sapos, que vieron pasar lo osos y las gitanas del circo por los caminos de recuas, y luego a los italianos y sus maquinas, ensanchando la carretera La Fría-Seboruco, esas son las mismas calles que escucharon el llamado a los pobres de la tierra, hecho por los indios Seboruco, por Fernández Belardi, por Vicente Contreras Duque, por el Padre Oswaldo García, por el pueblo que se concentro en el Grupo Escolar, a enfrentar la inquisición fascista y a los fariseos, que olvidaron: "amaos los unos a los otros y entendieron armaos los unos contra los otros" que ahora, a falta de Cristo, pretenden crucificar la vida, el amor, la moral y luces de un centro de enseñanza.

Ese Seboruco que se enfrenta decididamente a la barbarie fascista, entre verdes montañas, es el que pretende asesinar y quemar la hez del abismo humano, representada por los cipayos del imperio norteamericano, a través de la rancia oligarquía colombiana de santos y uribe, de la letrina política de arellano, ceballos y algunos cachorros de oligarcas de Seboruco, que causan pena, como las estatuas bajo las aves. Muchos de ellos se dan golpes de pecho, cada vez que pueden, para ganar un lugar en el cielo, pero son los mismos fariseos que crucificaron a Cristo hace 2.000 años. Son los que asaltaron el Grupo Escolar, olvidando que allí estudiaron ellos, sus hijos, sus nietos, y peor aún, son aquellos que se hacen llamar en algunos casos "educadores". Solo logran reeditar la barbarie de la inquisición, que llevo a la hoguera a Giordano Bruno, por decir que la tierra y los planetas giran alrededor del sol. Que harían estos psicópatas fascistas, si encontraran en las calles a "Merarda", a Rafael Molina, si encontraran al Sacerdote Oswaldo García, harían lo mismo que hicieron contra el Grupo Escolar. Cuantos aplaudirían la barbarie, para luego ir a rezar, diciendo Dios me perdone, después de pisar a un hombre, después de pisar mil hombres.

Viva por siempre el pueblo noble, fraterno de Seboruco, verdadero seguidor de Cristo!!!



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