“Los ricos sólo quieren a los trabajadores para explotarlos”
En su mansión de niño nadie le enseñó que Venezuela es una nación llena de vitalidad y que esperaba con ansia el transcurrir del tiempo hasta que llegara EL HOMBRE. A Carvajallino, uno de los integrantes de esa fascistas agrupación Primero Justicia le dijo en estos días; “No, nosotros no somos gringos, ni explotadores, ni sentimos odios por el pueblo, ni queremos apoderarnos de las riquezas de la patria” Y quienes tienen dignidad, respeto y patriotismo que lo escucharon, sintieron asco ante estas declaraciones: el fascismo que Primero Justicia representa es algo donde no existen VALORES HUMANOS para los trabajadores ni para los pobres, ni para la clase media, lo de ellos es fingir, mentir, y ver que nuevas trampas hacen para vulnerar el sistema que representa la REVOLUCIÓN DEL PUEBLO.
Radonski es un villano, un cínico, un hombrecito sin valor ético. Pretende engañar al soberano. Se presenta con un sombrero de campesino, con una cachucha con estrellas, con una voz de mendigo buscando producir lástima entre la gente. Va a casa de los pobres y les ofrece un cheque, buscando comprarle la conciencia a quienes ya no permanecen en la oscuridad de la ignorancia porque fueron sacados de ahí por la Misión Robinson. Capriles Radonski le rinde fidelidad a su raza, a sus antepasados a su inmoral de ambicioso, a su historia de JUDAS traicionero(con la verdad ni ofendo ni temo) No es posible que sin ser un erudito de la intelectualidad, cualquier ser humano no comprenda ni entienda que es hora de erradicar a estos demagogos para siempre. Sus antepasados le enseñaron que mediante la mentira, la trácala, la doble personalidad se pueden obtener frutos y el amor y el respeto que se vaya al carajo.
Capriles Radonski y la MUD están derrotados, lo sabe él y quienes los secundan desde más allá de nuestras fronteras. Lo sabe el hombre y la mujer libre, lo entiende la comunidad, los barrios, las aldeas, la clase media y parte de esos millonarios que no están metidos en esa caja de gatos, porque son seres que siempre han vivido para los negocios y el país que en este instante les ofrece más posibilidades, es Venezuela con su llegada al MERCOSUR. La derrota de Capriles y la MUD es una derrota anunciada no por Chávez, sino por un pueblo que se desató del yugo que Alí Primera le decía en sus canciones, un pueblo que entendió muchas cosas, entre ella a no doblegarse ante la fantasía ni el tintinear de las monedas.
LA DERROTA de Capriles Radonski se justifica ante un mundo que observa el fracaso del neoliberalismo, del capitalismo, de la venta de carne humana, de la mentira, del desagravio, de creer imbéciles a los demás porque se habita entre quintas y mansiones, yates y festines. Capriles Radonski nunca ha pertenecido a ese pueblo que históricamente sufrió la humillación de su partido COPEI y de su hermano AD, en aquellos años cuando Capriles Radonski llegó al la presidencia del diputado en la 4ta-R mediante un fraude, una trácala, un engaño, tapado por los viciosos, enfermos y descarados militantes del Puntofijismo. Ellos vendían y se daban el vuelto y el pueblo observaba desde la ventana del destino, todo lo que se fraguaba desde ese Congreso Nacional por diputados y senadores quienes gozaban sádicamente con lo que les sucedía a los habitantes del dolor, del cerro, a los asesinados por las balas de la PM, la tortura de la Disip, la Digepol y el Sifa. Quienes hoy se matan en las cárceles son producto de una ira producida por los gobernantes de la 4-R que los llevó al delito ante una degradación producida por la desigualdad social.
CAPRILES RADONSKI no es pueblo, no tiene en la piel ese calor que emerge de las masas populares, porque sencillamente CAPRILES RADONSKI es un esclavista histórico. El terreno popular le queda grande y hoy más que nunca la dignidad debe arropar al pueblo en su inmensidad para demostrarles a estos perjuros, a estos pecadores sociales, a estos mentirosos, demagogos y burlistas, que no hay espacio para ellos en una Venezuela que salió valientemente del pasado aterrador y criminal para entrar con buen pie darle al mundo un ejemplo de gallardía, valor y mérito cuando lo primordial de una nación es la DIGNIDAD.
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