Ramos Allup es un corrupto que da consejos

Para defender la escasa preparación intelectual de Enrique C. Radonski, el veterano durmiente del antiguo CN fue invitado a esa cosa mediática llamada Globovisión donde le hicieron algunas preguntas que lo único que evidenciaron fue su añejo e inservible verbo de peleador pondrón. Existe una palabra llamada contradicción que bien se le pudo colocar a los que dijo el anciano adeco Ramos Allup. Por un lado el antiguo agregado a la embajada de Venezuela en San Salvador cuando aquellas muertes de unos curas y unas monjas, quien lo llamaba doctor y por el otro dos periodistas, creemos, que les hacían palabras chayoteras, es decir: insulsas, pero con el deliberado propósito de que saliera en defensa del “flaquito” cerebral.

Pero, ¿cómo defiende a un preso un arquitecto en un tribunal si no sabe nada de derecho penal, aunque se dice que Ramos Allup lo es? Con esa alcanforada voz de ultratumba en sol mayor, el vejete Ramos Allup se dedicó a emitir con su dicción propia de adeco medieval, es decir de aquellos adecos que cuando eran invitados a una fiesterita en casa de, por ejemplo, el sindicalista compañerito que vivía en La Lagunita, al llegar a la puerta de la mansión decían con finura: “güena noches don Valgas, su seguros selvidor” Y el tal Vargas que también se la daba de políglota contestaba; “wel come fren”, porque los adecos son así. Salidos. Los copeyanos, colegas de fechorías los llamaban brutos e ignorantes, al extremo que al candidato Piñerúa le encasquetaron el horrible seudónimo “Gurrumino”

Bueno el “sabiondo de curul” Henry Ramos Allup desglosó un palabrerío “made in” botiquín de carretera en el cual dijo más o menos que “Chayota”, perdón, Radonski, no es un hombre que maneja la palabra como el presidente Chávez que se la da de intelectual, porque lo de él, “embajada”, perdón, Radonski es llegarle al pueblo” ¡Dios! ¿Qué fue eso? ¿Cómo llega al pueblo si no puede hilvanar tres palabras seguidas? Además agregó el anciano Henry Ramos Allup, que Chávez es urólogo ¿? Expresó que “Chávez utiliza un verbo ofensivo para sus enemigos políticos y nosotros que llevamos encima una chorrera de años, no pudimos recordar quien fue aquel que refiriéndose a los integrantes de Primero Justicia los llamó “ Mariposones, petimetres”, lechuguinos y otras cosillas evidentemente para poner en duda el sexo masculino de estos sujetos.

Henry Ramos Allup, el adeco de la supervivencia al parecer olvida que pertenece a una organización experta en buscar en los apodos ofensivos el lugar común para descalificar a los oponentes. En verdad Henry Ramos Allup en este instante es un “tiro al piso” para ingresar a un gerontológico a echarles cuentos a los más viejos del lugar, porque Henry Ramos Allup pretende ser comediante, chistoso, agradable y simpático y eso si es que es una mentira más grande que el universo. Es posible que el nombrado hospicio de hombres que ya al final de la vida se ríen de cualquier cosa, logre un relativo éxito.

De tal manera que uno no entiende como un holgazán que se pasó toda su juventud descansando en una silla del Congreso Nacional, parándose solamente cuando lo llamaban a cobrar, ahora esté en esa situación de dar ejemplo. Nadie, absolutamente ningún venezolanos que tenga más de veinte años, podría recordar que es lo que ha hecho Henry Ramos Allup en bien de Venezuela. Quien escribe no supo de él los días 12, 13, 14 de abril de 2002. Algunos dicen que le dio un ataque de tembladera que no la brinca un venado, otros agregan que no salió de debajo de su cama y otros lucubran que ya estaba listo para la partida del país, porque Henry Ramos Allup confesó que fue parte del golpe de Estado contra un gobierno electo por la mayoría, ¿’cómo habla de democracia quien está contra ella? ¿O es qué Chávez, el luchador eterno, no llegó a Presidente con los votos de la mayoría?

Pero tiene cabida en esa poceta comunicacional llamada Globovisión, que viene siendo como Miami; cuna de gusanos, de vende patria, de seres que se imaginan que la vida es solamente poseer bienes, riqueza, robar al Estado y vicios, como los que habitan allá en Miami, que en verdad, no son más que lavadores de carros, “belboi”, vendedores de hamburgesas, “pase adelante”, cunenes hediondos a sopa, carne molida y perros calientes que gozan sintiendo la humillación que les hacen los gringos, y se jactan de escribirle a sus familiares, “Mami “tomorro” voy a Flórida”(ASÍ CON ACENTO) mientras les abren las puertas a los lujosos autos de los gringos diciéndoles que son perseguidos políticos, eunucos cobardes.

En Globovisión pernoctan los fracasados, los operados del escroto, los “niños ratas”, los escasos de estatura, pero gigantes en mala fe, las damas de la jai que llaman tierrúos a los trabajadores después que éstos les sirven en las fábricas de sus papás y sus mamás. Globovisión es un núcleo adonde acuden los políticos como Henry Ramos Allup a vomitar sus palabras mentirosas y sus oraciones rencorosas. Desde Globovisión Henry Ramos Allup, un ser que sólo es querido por su perro, declama sus poemas con olores nauseabundos, su retórica de cuchitril, su nostalgia de aquellos viejos tiempos cuando de brazo con los bandidos que asaltaron a Venezuela y se lo llevaron todo, gritaba que con “AD se vive mejor” mientras dos mesas más allá, Lusinchi, Carlos Andrés y Ledezma planificaban MALDADES DE TRES PILLUELOS contra la patria bolivariana.

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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