¿Por qué hablamos como en TV?

Recuerdo que en los años previos a la V República las entrevistas televisivas eran casi exclusividad de una élite política y económica, la cual en  su mayoría por no decir todos, eran una sarta de charlatanes. Desfilaban desde las 6 am hasta las 11 pm con continua impunidad frente a los periodistas entrevistadores. Digo impunidad ya que la manera de hablar y emitir juicios sobre cualquier materia era avasalladora, eran muy pocos los entrevistadores que se atrevían a interrumpir su sagrado discurso.

Se habían convertido en modelos o más bien vedets, a quienes todo el mundo imitaba en su hablar pero pocos sabían a qué se referían. Sólo recuerdo al escritor y periodista Don Pedro Berroeta, el cual no tenía empacho en decirles: “Discúlpeme pero yo no he entendido lo que dijo, ¿podría repetirlo?

Volviendo al presente, evidentemente que la comunicación ha cambiado, y tiene mucho que ver con aquel primer café que pidió el recién nombrado presidente Chávez en su primera alocución a la Nación. A partir de ahí se acabó lo engolado de las palabras y comenzó una nueva era, por así decirlo. Un lenguaje sencillo y directo sin rasgos de chabacanería, simplemente utilizando las palabras apropiadas.

Sin embargo no todo ha sido corregido en el lenguaje televisivo y radial, pienso que los periodistas han tenido mucha culpa al respecto, con todo el respeto que merecen. Hay una gran cantidad de palabras que nos han sido impuestas por los famosos “expertos”, que siguen queriendo recrearse con sus palabras rimbombantes, pero que a veces ni siquiera se acercan a su verdadero significado y para mayor mal, los periodistas las repiten sin consultar. Tenemos como ejemplo infinidad de disparates y otras acepciones que no satisfacen lo que realmente se quiere expresar.

Quisiera abusar del lector y referirme a algunos ejemplos:

Se “abrogan” el derecho… por “arrogarse” el derecho… Abrogar es abolir y arrogar es atribuirse.

A nivel nacional… La palabra a nivel se refiere a alturas. Por ejemplo a nivel del mar. La nación no tiene nada que ver con la altura, y se puede usar en su lugar “en toda la nación”

Una palabra que vino con las lluvias para quedarse fue “afectación” en lugar de que algo resultó “perjudicado”  Hubo “afectaciones” en toda la zona… Afectación es falta de sencillez y naturalidad, sinónimo de amaneramiento.

Hay que llevar los recaudos… Recaudo viene de recaudar o cobrar, también precaución. ¿Por qué no decir documentos o simplemente papeles?

Está la inefable “en base a” cuya forma <<y creo que los periodistas deben haber leído alguna vez un manual de estilo>> es incorrecta ya que debería ser “con base a” o “sobre la base de”

Ni que decir de hubieron por hubo. También la palabra “defenestrar” se utiliza como despotricar. Defenestrar significa literalmente arrojar por la ventana y se usa también como expulsar a alguien de un cargo.

Me asombro cuando oigo a una presidenta del colegio nacional de periodistas decir: “… ¿por qué en El Rodeo “habían” armas?... El verbo haber se usa en forma impersonal, en ese caso solo se conjuga en tercera persona del singular en todos los tiempos: Hay/ había/hubo/habrá.

Sé que “abocarse” es, entregarse de lleno a hacer algo, pero este término no podrá simplemente ser “dedicarse”, “empeñarse”, etc.

Y la última perla que escuché en el canal TVR, fue a un doctor en cardiología de un Centro Médico Docente decir: “El paciente queda como si no “fuera” pasado nada”

 El sólo hecho de escribir o hablar implica enviar un mensaje codificado, el cual debe a su vez ser descodificado por el receptor, eso parece fácil pero no lo es, y si a ese esfuerzo mental  que hay que hacer, le añadimos “piedras” en el camino, estaremos más que comunicándonos, incomunicándonos ingenuamente.


luisortega69@hotmail.com



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Luis Ortega


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