¿Se puede hablar de principios en el PSUV?

Nosotros hemos tomado el camino del conocimiento, de la cultura autóctona y propia para construir en este siglo XXI una patria libre con un pueblo libre, verdaderamente libre y además en condición de igualdad, porque no se pueden separar la libertad y la igualdad. Si se separan ocurre la perversión que ha ocurrido en este continente en estos años, y también en el mundo, en África y en Asia, en todo el mundo (Hugo R. Chávez Frias).

Los principios o fundamentos que sustentan la creación y constitución del PSUV, se sustentan en la convicción que esta es una organización política constituida por hombres y mujeres libres con alta sensibilidad social en búsqueda constante de profundos cambios en función del bienestar, libertad e integración plena de los habitantes de Venezuela, de Latinoamérica y del mundo, dentro de un ambiente de fraternidad, igualdad, equidad, humildad, empoderamiento de derechos y deberes ciudadanos y humanos en un mundo amigo de la paz universal, todo lo cual debe converger hacia la formación de una sociedad socialista de alto desarrollo político, económico, social, cultural y militar para la defensa de la soberanía nacional.

Las raíces ideológicas de este gran movimiento político se inspiran fundamentalmente en los hombres libres, artesanos y esclavos que vivían en condiciones sociales y económicas precarias, que encabezaron insurrecciones y protestas desde hace más de dos mil años en contra de los grandes imperios de la antigüedad entre los cuales, el más emblemático fue el Imperio Romano, con un poder avasallante que no permitía ningún tipo de libertad a los pobladores del medio oriente, especialmente en Judea, Palestina, las colonias Judías y el Asia Menor. Es así, que en sus orígenes, los cristianos (Cristos significa en griego ungido) celebraban reuniones o asambleas, secretamente en los cementerios, en las necrópolis o en criptas de entierro de sus camaradas muertos.

La lucha de los más débiles generó una gran esperanza en que vendría un salvador, según los profetas de esos tiempos, el que acabaría con la miseria y la injusticia terrenal, por lo que la gente comenzó a sentirse responsable de su salvación en medio de una tenaz lucha por la supervivencia religiosa y humana, a pesar de ser permanentemente perseguidos por el centro del Imperio Romano.

Estos perseguidos, en su mayoría, siguieron a Jesús Cristo, un hombre humilde con un gran liderazgo y convicción por redimir a los más pobres, el cual según la versión Bíblica nació en tiempos de Augusto, en la familia de un carpintero galileo-palestino llamado José de Nazaret. La frase “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de los cielos” fue dirigida fundamentalmente a los romanos ricos, a los gobernantes orientales y mercaderes cómplices, lo cual pone de manifiesto que el cristianismo primitivo era adverso a los poderosos económicamente y veía en ellos gente a quienes se debería cortarles el paso tanto en la tierra como en el “reino de los cielos”. Frases como “Amaos los unos a los otros” o “Bienaventurados los pobres...” o cuando en el libro de los hechos de los apóstoles, se dice: “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas (...) y vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno” (versículos 44 y 45), constituyen mensajes inequívocos de que el cristianismo primitivo sembró en los corazones de millones de personas la sed de justicia, humildad, igualdad unión e integración de la humanidad. Estas ideas fueron la semilla fundamental que iluminó a los luchadores sociales de las generaciones posteriores, independientemente del mensaje estrictamente religioso que pudiesen contener.

Otra vertiente importante que nutre los principios de este gran movimiento, se consigue en los escritos de los tratadistas de la revolución francesa ubicados históricamente en los siglos XVII y XVIII, quienes enarbolaron las banderas de la igualdad, la libertad y la fraternidad en honor a millones de desposeídos y contrarios a las poses excluyentes de la monarquía y del feudalismo imperante. Hombres como Jean Jacques Rousseau, Thomas Hobes, Barón de Montesquieu, Francois Marie Arlet (Voltairé), Maxiliem Robespierre y otros pensadores de avanzada, dejaron mensajes inolvidables para una lucha política que comenzaba a dibujarse entre la “izquierda” y la “derecha” (jacobinos vs. girondinos). Sus planteamientos invitaban a la rebelión contra los opresores, los privilegiados. La sociedad debía atender a un contrato social entre todos los ciudadanos, no sólo los más desposeídos debían sostener las cargas públicas, también los más poderosos, incluyendo la iglesia, debían aportar a la sociedad parte de sus ingresos.

Un siglo más tarde, en el XIX, tiene lugar en el continente Americano, la lucha por la independencia de las colonias de Europa. La actuación destacada y radical de hombres como Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, San Martín, Antonio José de Sucre y otros brillantes próceres, marcan una era trascendente donde bajo la inspiración de lo más avanzado del cristianismo y de célebres tratadistas europeos, Latinoamérica despierta y logra conquistar su independencia política, sembrando conciencia e ideales libertarios en contra de la dominación, la esclavitud y el atraso feudal. Documentos como la Carta de Jamaica, el Manifiesto de Angostura y la convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá, son situaciones emblemáticas y definitorias de las grandes expectativas que se tenían desde ese tiempo por buscar la unidad latinoamericana, valga decir, la integración de pueblos y gobiernos, en contra de los imperios español y portugués y con la debida cautela ante un James Monroe propiciador de su doctrina endocolonialista.

Por su parte, en ese mismo siglo, en Europa, tenía lugar el nacimiento del socialismo científico, a cargo de dos grandes pensadores alemanes: Karl Marx y Friedrich Engels, quienes fueron los autores “Manifiesto Comunista”, del Capital y de otra serie de libros donde plantean que la revolución en una primera etapa se encargaría de instaurar el socialismo “A cada quien según su capacidad” y en una etapa más avanzada, donde ya no haría falta el Estado y la policía, se instauraría la sociedad comunista “A cada quien según sus necesidades”, en otras palabras, más que un proyecto era una utopía, que por cierto, implica un alto grado de conciencia y desprendimiento que casi se hace imposible alcanzarlo. Escritores como Rosa Luxemburg (alemana), Víctor Hugo (francés) y otros, también contribuyeron con el conocimiento a fondo de la sociedad europea en el siglo en comento. Todas estas obras sirvieron de sustento ideológico para la Revolución Rusa que se desarrollaría a partir del año 1918.

Por último, el siglo XX sirvió de escenario para importantes luchas de los países latinoamericanos y de otros países del denominado tercer mundo por combatir el capitalismo explotador de pueblos y a su extensión mundial denominado imperialismo. Países como Cuba, Vietnam, Corea, Rusia y China dieron muestras de cambios significativos en la geopolítica mundial. En algunos casos se marcaron avances identificados por mayor redistribución de la riqueza, más participación de la gente, más libertad ante las multinacionales, mayor bienestar de vida, mientras que en otros, los errores y contradicciones limitaron el avance sustancialmente. En todo caso, hombres como José Martí, Fidel Castro, Ernesto Guevara, Salvador Allende, Augusto César Sandino, Jorge Eliécer Gaitán, Mariategui, Hugo Rafael Chávez Frías, Daniel Ortega y otra larga lista de enumerar, forman parte de un batallón de líderes, que han contribuido y/o siguen aportando valiosas enseñanzas por mantener y difundir los principios revolucionarios que demanda Latinoamérica y el Caribe en materia política, económica, social, cultural y militar. La lucha sostenida en América Latina y Caribeña por sacerdotes y fieles al cristianismo originario, mediante el movimiento denominado Teología de la Liberación, es otra importante fuente de principios revolucionarios que el PSUV considera como parte de su acervo ideológico fundamental.

En síntesis, la declaración de principios del PSUV, recoge las ideas y luchas libertarias, de justicia social, de honestidad, de empoderamiento e integración de los pueblos, desde los mismos tiempos del cristianismo primitivo, combinando las ideas de los grandes teóricos y luchadores bolivarianos y de izquierda que más contribuyeron a formar conciencia y transformar importantes áreas del planeta. El aporte de nuestra cultura indígena es un tesoro valioso, cuya presencia es insoslayable a la hora de enfrentar una lucha de principios contra los enemigos del humanismo militante. En el PSUV no hay un pensamiento único ni final, todo debe estar en constante ebullición, cambio, transformación hacia el progreso, a la eliminación progresiva de las diferencias económicas y sociales entre clases desposeídas y clases económicamente poderosas. La propiedad social debe ser el norte que guíe la acción de este movimiento, toda vez que esta vía es la que socializa la conciencia de la gente. Estimular la acumulación de riquezas en pocas manos, es contrario al socialismo, exactamente, es en contra del egoísmo y el acaparamiento que se viene luchando desde la era de Cristo. El principal fundamento de la acción del Partido es acortar las distancias entre la gente, es estimular el equilibrio de la sociedad, es eliminar progresivamente los privilegios y la corrupción, con humildad y con el ejercicio pleno del poder de las grandes mayorías. En otras palabras, es importante que la gente asuma derechos y obligaciones, pero más significativo e importante es que el pueblo asuma el poder, toda vez que de esto depende el funcionamiento efectivo del socialismo, es decir, cuando se ejerce el poder, se está en capacidad plena de asumir derechos y deberes, de otra manera pudiese convertirse sólo en una bella ilusión que no se compaginaría con los resultados esperados de una revolución que se califica de bolivariana y socialista, razón por lo que es necesario e indispensable mantener una vinculación estrecha de principios entre libertad e igualdad.

(yovic01@cantv.net)



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Yolí J. Núñez O.


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