Masas, ánimo y colapso

En las siguientes líneas quisiéramos refutar brevemente algunas tesis que en este mismo espacio de opinión expusiera el compañero Pedro Infante, que me parece sea un joven barquisimetano con quien hemos compartimos impresiones, sea en la universidad después de salir del curso de postgrado común, en las calles o en el aula de clase. Revolucionario de nuestra más alta estima y capaz de despachar un argumento de la manera más natural y fundamentado en datos e inferencias válidas a los efectos de sus creencias políticas y los intereses generales del Estado-Nación; por lo que esta refutación bien pudiera ser ocasión para otra buena conversa y no, por el contrario, motivo de un “distanciamiento”, como dice un sainete venezolano de antaño, llamada “El Rompimiento”, “una pieza humorística y costumbrista, escrita por Rafael Guinán, genial intérprete del genio criollo, quien trabajó un teatro realmente venezolano, popular, de calidad y categoría”, dice una fuente de fácil acceso, (rumbacaracas.com).

Bien. Recordamos que en Sociología la voz masa tiene varias acepciones. En un manual, ya en desuso que citamos de memoria había una lección completa dedicada al tema, se hablaba allí de la irrupción de las masas en la historia, luego de la revolución industrial; que, a su vez, la sociología empírica de origen norteamericano asocia la susodicha expresión masa con una clase social que acciona contra el capital. Y en el marxismo tiene también varios significados, como por ejemplo, ejército industrial de reserva, lumpen proletario o simplemente población marginal que vende su fuerza de trabajo en las fábricas o está parado, desempleado o en la economía informal.

Pero entendemos que en lo que pudiéramos llamar cultura organizacional propia de los partidos comunistas, masa es una muletilla que parece designar a la población en general. En todo caso, una fuente electrónica no académica pero muy esclarecedora señala que:

Masa fue definida por el sociólogo francés Gustave Le Bon como “Una agrupación humana con los rasgos de pérdida de control racional, mayor sugestionabilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de incompetencia y anonimato para el individuo. Asimismo, entiende el concepto de Alma de masa como un espíritu colectivo, distinto al de cada uno de los individuos componentes de este fenómeno”; de otro lado politólogos como Tony Negri, según comenta Juan Barreto, señalan que masa, en efecto, alude a la multitud. Una muchedumbre informe que, el Evangelio reza, que andan como oveja sin pastor y son dignas de conmiseración. Por eso Jesús multiplicó los panes y los peces, ( y Jesús el Cristo ofreciera palabras de consuelo y orientación trascendente); de donde se tiene  que al usar la palabra masa convendría aclarar bajo cuál acepción se debe entender esa voz en el contexto del discurso que se ofrece, en este caso el escrito de Pedro Infante no se aclara este tópico sino que queda sobreentendido.

Si es como se ha señalado aquí en el susodicho texto, esa masa poblacional es susceptible de manipulación, carece de control emocional y se sugestiona dentro de ciertos márgenes de operaciones psicológicas que  activen ciertos temores o generen actitudes de rechazo. ¿Será eso lo que explica que en un momento dado Chávez sacara en un evento electoral obtuviera un gran caudal de votos y en el otro disminuyera significativamente? El llamado marketing político  dice “trabajar” las emociones, con fines de crear actitudes de rechazo y desconfianza, de allí la guerra económica que desarrollan en Venezuela Embajada-Radonski y su combo. Con escasez, banalización de la  lucha contra la corrupción y de las revelaciones acerca de ciertos planes de magnicidio, además exagerar los efectos de la inflación que ya se está engullendo los recientes aumentos de salario acordado por el gobierno revolucionario, argumentan cabalgando hipótesis entre referentes reales y exaltaciones hiperbólicas.

Por otro lado las impresiones acerca del ánimo de las masas, efectivamente, volviendo a la sociología empírica y sus técnicas; el ánimo de las masas suelen ser medidas por las encuestas con la construcción y aplicación de instrumentos para medir actitudes, precisamente; y, más recientemente, se puede abordar con técnicas de triangulación de los grupos focales, entrevistas a profundidad u otros procedimientos de la etnografía. En Venezuela el Grupo de Investigaciones Sociales Gis21, ¿es que se llama? Ha realizado trabajos muy interesantes y que sirven de referencias a la hora de la toma de decisiones en el llamado mercadeo del voto o en la medición de los indicadores de gestión. Sin embargo, existe la tradición de que no hay mejor encuesta que el contacto día a día en la calle, típica de nuestros políticos autodidactas y militares chopo e´ piedra, como se decía antes, (Confróntese a Zanín en La dictablanda); en cuyo accionar se guiaban sólo por las intuiciones y las huellas del llamado olfato político, como los cazadores furtivos de antaño que identificaban las pisadas del tigre y sabían si éstas eran recientes o viejas y que para los efectos presentes ese tigre sería el colapso. Hay infinidad de opciones en la llamada Demosofía o sabiduría popular y cada quien escoge pero hay que estar consciente que no son procedimientos científicos.

En cuanto al gobierno bolivariano nosotros compartimos el criterio de Leopoldo Puchi y otros como Díaz Rangel, vertidos recientemente en la prensa nacional, de que el presidente Nicolás Maduro se ha venido consolidando; y hasta, con perdón, tiene mayor fluidez en el discurso, ha ganado confianza y aprecio entre las comunidades de todo el país. Nótese que hemos dicho comunidad, a nosotros no nos gusta hablar de masas. Aunque ciertos académicos como Adorno refieren que vivimos modernamente en el marco de la cultura de masas, con los medios de comunicación que nos articulan y pretender decir cómo es la realidad tal cual es; esos que a veces hacen olvidar que vale más el gobierno de calle, el contacto cara a cara y casa por casa que las comparecencias en la tv. En esto Maduro ha tenido mucho acierto, por lo que tampoco compartimos la tesis de que pueda haber un colapso del gobierno en Venezuela. Aunque claro, hay que estar alerta. Y siempre son buenas esas voces y llamadas de atención, ya como decía Bolívar en un librito de primaria que teníamos de que “El grito de un ciudadano puede advertir de un peligro encubierto”. Y en esa línea creo que se inscribe el texto del joven Pedro Infante, suponiendo que sea él quien lo haya escrito y no un tocayo.

Tengo otros amigos, entre los contertulios de la Plaza Pedro León Torres de Barquisimeto, la Plaza de los libros o también llamada Plaza de la Moneda, que padecen de esa visión catastrofista sobre la Venezuela posterior al “distanciamiento” físico del querido Comandante Hugo Chávez, y que alimentan con denuedo leyendo la denominada en un tiempo la gran prensa del país. Sin embargo, algunas de esas mismas publicaciones en ocasiones traen en sus páginas algunas opiniones e investigaciones que parecen demostrar el esfuerzo y “arduidad”, también el ardor, con que miembros de la dirección colectiva de la revolución aplican en el desarrollo de la gestión pública, todo lo cual nos deben hacer brotar un moderado optimismo. Además, no puede haber colapso mientras contemos con el apoyo irrestricto de la Fuerza Armada Bolivariana, cada vez más antiimperialista y chavista.

Igualmente creemos que quienes estudiamos de alguna manera ciencias técnicas-administrativas como la gerencia tendríamos que interpretar el entorno socio-histórico del presente que nos ha tocado en suerte vivir y padecer, como diría un poeta, y aplicar algunas herramientas gerenciales adecuadas para comprenderlo sin sobresaltos sino pragmáticamente, que para los líderes es muy importante, particularmente la Estrategia de Cuadro de Mando Integral con las perspectivas de los actores externos,  los receptores y las capacidades externas e internas y elaborar una matriz estratégica de destino con base a un diagnóstico espejo, de aquella que uno en sus clases del pregrado le llamaban entonces análisis de brechas; ya que comparando la imagen-objetivo y el diagnóstico-espejo se identifican fortalezas y debilidades de la gestión  en relación con la visión, misión y los valores de la organización que se dirige; “sin olvidar, como dice el Dr. Antonio Francés, las oportunidades y amenazas esperadas del entorno, para lo cual se puede recurrir a los escenarios a mediano plazo”,  (Francés, A., 2004. Estrategia basada en ambición. Debates IESA, Vol IX. No. 3).

Como hemos dicho anteriormente, el grupo de investigación e inteligencia corporativa que realiza estudios científicos en este sentido en Venezuela es Gisxxi, Grupo de Investigación Social Siglo XXi, y recientemente ha comunicado algunos hallazgos que conviene tener en cuenta. Señala que “Venezuela, por poseer  la fuente energética de mayor demanda bajo su subsuelo, recibe una parte de la ganancia del capitalismo mundial, como renta petrolera. Ésta durante la historia, benefició especialmente a las empresas multinacionales que lo extraían y comercializaban, en menor medida a algunos grupos reducidos de venezolanos que se aprovechaban de gran parte de esa renta y una minúscula proporción era utilizada por el Estado  y sus gobiernos para su sostenimiento e inversión pública”, (Perspectivas y Realidades, “Romper la brecha”, Gisxxi., en Correo del Orinoco, 1° de septiembre de 2013. P. 48). Seguidamente agega que:

“Con el dinero de la renta, Venezuela compraba la mayor parte de lo que consumía, teniendo en cuenta que las grandes mayorías recibían sólo migajas de ello”, (ídem).

Sigamos con las citas y las comillas: “Solo algunas actividades productivas se emprendieron intensamente para satisfacer las necesidades de la población, pero, como lo dice Antonio Francés, -se sospecha que las empresas son una forma de disfrazada de aprovechamiento de la cosa pública…La empresa nacional, privada y pública, disfrutó de grandes oportunidades, sobre todo a partir de 1958, cuando el Estado adoptó una política activa para su promoción y protección”, (citado por Gisxxi, op cit).

La conclusión es como sigue: “La renta, entonces se utilizó  en ebenficio de unos pocos, y en la práctica, como lo manifiesta Uslar Pietri, muy poco se sembró de actividad económica autónoma y poco dependiente. La actividad productiva, además, con las nuevas tendencias globalizadoras y neoliberales, en la década de los 80 del siglo pasado, se fue desmantelando. Muchos de los empresarios y burgueses prefirieron sacar sus “reales” del país, en una actitud bastante “patriótica”, los grupos que quedaron, también buscaron ampliar sus empresas en el exterior, hacer sus alianzas con los capitales internacionales o dedicarse, por vía de la continuidad de sus privilegios, a crear empresas de maletín en paraísos fiscales y otras prácticas, a la importación y comercialización con visos de especulación, al capital financiero y/o, en su momento, a la propiedad inmobiliaria”, (ídem).

“Esta situación fue haciendo de la sociedad venezolana una especie de isla en el contexto del capitalismo mundial, ya que la fuente de sus inversiones, comercio exterior y mantenimiento del Estado dependía de la fluctuación de los precios de los hidrocarburos. Sin embargo, lo que parecía una excepción era la muestra más clara del engranaje del país a los intereses del capital globalizado”, (ídem).

Lo anterior viene a ser, naturalmente, parte del entorno y de las amenazas. Porque, en la actualidad,  “El peso de las divisas por exportación de los hidrocarburos sigue siendo primordial y las divisas por ello  generadas son el sostén  de las importaciones y de buena parte del proceso de la economía (…). Sin embargo, el proceso revolucionario y la intervención del Estado y del gobierno bolivariano durante los últimos 14 años, logró desconectar, en alguna medida, buena parte de la dependencia de factores como el capital financiero globalizado o de las políticas imperialistas de control de los recursos y materias primas. Lo que ha permitido, evitar los traumatismos más graves de las crisis ficcionales y peródicas”.

“El gobierno bolivariano, a través de la inversión social, impulsó el consumo de grandes sectores de población y en alguna parte de la inversión productiva; de las alianzas con países de la región con criterio bolivariano (el Alba) y con otros de la multipolaridad (China, Rusia, Irán, Bielorusia), logró capear crisis como la posterior  al golpe de Estado de 2002, el sabotaje y Lockout patronal de 2002-2003 y la caída de los precios del petróleo en 2008-2009”, estas citas in extenso de la fuente antedicha producto de una investigación documental  y análisis e inferencias permiten comprender de dónde venimos, hacia dónde vamos y con quién estamos, para decirlo así, parafraseando a Miguel Otero Silva en un documento de los años treinta.

Ahora bien, y para cerrar tenemos que decir que las denuncias insertadas en el escrito de Pedro Infante cabe concluir que en la perspectiva de los actores con poder de decisión final (presidente Maduro, ministros, fiscalía, jueces) deberían aumentar sus capacidades ( y de allí la necesidad de una ley habilitante) y aumentar sus capacidades de aprendizaje ( y no nos referimos a Maduro sino a todo su tren ejecutivo y todos los poderes públicos) a fin de disminuir la brecha entre la imagen-objetivo formulados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las metas alcanzadas y el Plan de la Patria.

En otras palabras, y siguiendo a Antonio Francés (op cit) “Las fortalezas y debilidades se pueden determinar en relación con las oportunidades y amenazas del entorno y la imagen objetivo a la cual se aspira. El análisis DOFA de mediano plazo constituye, junto con el análisis de brechas, un mismo insumo para definir el destino estratégico”, (P. 159). En nuestro caso ese destino estratégico no es otro que la independencia y seguridad y defensa de la nación, para lo cual se requiere continuar y fortalecer la revolución bolivariana y el legado del Comandante Chávez; por eso, como dijo el ministro Haiman El troudi “La guerra económica la vamos a ganar”, “La guerra económica la vamos a ganar. Que no se llame a engaño quien quiera seguir en sus pretensiones de apostar a la inestabilidad, desasosiego y desabastecimiento de los productos necesarios en la dieta de los venezolanos”, (en El Impulso, 17 de septiembre de 2013, p. A 6); de todas maneras diremos también que masa  es una de las magnitudes fundamentales de la física y es la cantidad de materia que tiene un cuerpo, pero recordante a Chávez con sus fórmulas conviene agregar que a esa masa en estado de inercia y para ponerla en movimiento se requiere aplicar una fuerza o energía, que metafóricamente en política vendría a ser las ideas-fuerza de la revolución que ponen las “masas” en movimiento hacia objetivos superiores (que recuerda siempre el presidente Maduro).

 

 luissaavedra2004@yahoo.es

 



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Luís Saavedra

Docente, Trabajador popular.

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