Las expulsiones de estudiantes universitarios de ayer y hoy

En el año 1994, después de una Asamblea Nacional de Farmacéuticos, donde cuatro estudiantes de Farmacia de la Universidad de los Andes Mérida, denunciaron una serie de irregularidades que venían ocurriendo en esa facultad y donde la expresión más fuerte que utilizaron los estudiantes fue “Reclamamos un trato Igualitario” dio pie para que el Decano de entonces, les aplicara una medida disciplinaria de expulsión por cuatro años. Y que los estudiantes tenían el derecho a defenderse, pero luego de aplicada la medida. Esto nos dice que en las universidades la justicia es al revés. Primero eres culpable y luego te defiendes, y no la esencia del derecho individual, de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Esas expulsiones de Farmacia-ULA llevaron a una reacción contundente del movimiento estudiantil de la época. Desde manifestaciones callejeras en todas las facultades, hasta una huelga de hambre que duró 165 horas, fue necesaria para evitar que la burocracia universitaria permitiera que la injusticia reinara en la casa que vence las sombras. Finalmente y en menos de lo que había previsto el fascismo, los estudiantes fueron reintegrados a sus labores ordinarias. No sin antes dar la batalla a sangre y fuego.

Para esa época no corrieron con la misma suerte estudiantes como Giovanni Peña, hoy diputado a la asamblea Nacional y Haiman El Troudi, hoy presidente del metro de Caracas, que fueron expulsados de la ULA, por retaliaciones políticas y que detrás de sus causas, estaban las altas autoridades universitarias de la época ligadas a las mafias Adeco-Copellanas que todavía hoy controlan las Universidades Autónomas en Venezuela.

Como ustedes pueden ver, las expresiones fascistas de la derecha universitaria, como la del Consejo Universitario y el interés político de la rectora de la UCV, no son nada nuevo. Esa ha sido su más natural actuación, a través del tiempo y la distancia universitaria. Los expulsados siguen siendo los mismos, Cualquier estudiante universitario que con dignidad, amor a la patria y amor por su universidad se atreva a contradecir o denunciar los desmanes y/o tropelías de los que ostentan el poder universitario, es un firme candidato para ser expulsado por uno, dos, cinco y hasta de por vida de la universidad Venezolana. Si, exactamente así, porque si eres expulsado de una universidad en Venezuela, no puedes inscribirte, ni cursar estudios en ninguna otra, mientras la medida esté activa, sea cual fuere la causa y poseas o no poseas la razón.

Hoy reivindico la actuación de la justicia venezolana. Ya que sin necesidad de que los estudiantes entregaran sus vidas en las calles de Venezuela, quedaran ciegos por perdigonazos en la cara o lisiados de por vida, se le hacen valer sus derechos al compañero Kevin Ávila, expulsado injustamente y quien está comprometido con la causa universitaria, a tomar por los votos cuando las condiciones sean propicias, los organismos de cogobierno universitario, para desde allí impulsar los cambios impostergables en la universidad.

La universidad “autónoma” tiene que dejar de ser lo que ha sido hasta ahora, la guarida de políticos frustrados o usada como trampolín, para plegarse al desarrollo social que impulsa la revolución Bolivariana y que se la está llevando en los cachos, como decimos los llaneros. Si la universidad no se actualiza a la realidad del país, seguirá creciendo como un cascaron vacio, agrandando matriculas estudiantiles ficticias para justificar los altos presupuestos, haciendo investigaciones ajenas a las necesidades de la población o inventando maquinas para matar mariposas, como dice el panita Alí Primera en su canción Alma Mater.

Ex representante Estudiantil al CU-ULA.
Ex representante Estudiantil al CNU.
cajeripe2001@yahoo.com.ar


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Carlos Jesús Rivas Pérez


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