El panorama del Pedagógico de Maracay, núcleo de la UPEL, es espeluznante

IUPEMAR, 33 años: ¡Qué no te pase como a Cristo!

¡Oh, pedagógico de mis desvelos! ¡Te tienden el lecho para una crucifixión ética!
En verdad que al conmemorarse en noviembre 2004 los 33 años de fundación del Instituto Universitario Pedagógico Experimental Maracay, me vino a la mente el mártir del Gólgota, no sólo por los años cumplidos sino también por el calvario que sobrelleva, ante la casi insensible ausencia de dolientes, con salvadas excepciones.

Uno de los grandes males que aqueja a nuestras comunidades en particular y al país en general, es que hay muy pocas personas dispuestas a asumir. Hay mucho “tira la piedra y esconde la mano” propios de cafetines universitarios, antesala de teatro o cuenteros de velorios...pero a la hora de dar la cara...”si te he visto no te conozco”. Esto viene a colación porque son muchos los colegas con quienes he hablado y todo se dispersa en un después, “mañana nos reunimos” y no se concreta nada. Amenacé, que si para está semana no se cristalizaba nada, lanzaría la primera piedra, daría la cara y asumiría mi riesgo. Que conste no es afán de figurar es que no puedo permanecer en silencio, hacerlo sería complicidad, lo cual no es mi estilo.

Al fin de cuentas, hemos sobrellevado suficientes adversidades como para encaracolarnos a esta altura.

“Un hombre mocho, jorobado, tuerto, un brazo torcido y para colmo desdentado, se tropieza con una señora encopetada y ambos ruedan escalera abajo; repuesta del impacto, la dama en cuestión se despepita en insultos, improperios, maldiciones y el consabido “ojalá Dios te castigue, ” a lo que el remagullado parroquiano, sin descomponerse más de lo debido, revira: ME IRA A EMBARAZAR”

Este artículo completa la trilogía iniciada hace 19 años en “UPEL, POBRE FLOR QUE MAL NACISTE” y “UPEL, LA FLOR QUE NO MUERE” en los cuales prevenía del destino de nuestra universidad, victimizada por la politiquería clientelar representada en esa momento por Acción Democrática, que tomó por asalto todos los cargos
gerenciales en las instancias académicas y administrativas, con algún grado de complicidad de COPEI.

El panorama específico que vive hoy el Pedagógico de Maracay, núcleo de la UPEL, retrata una realidad que éticamente es espeluznante, por decir poco; si no, saque usted sus conclusiones. ¡Ah! Con un agregado político curioso, por aquello que el Maestro Prieto denominaba “injerto de morrocoy con guacamaya”, entra en el juego Bandera Roja, organización que de las montañas bajó directamente al juego libre de la democracia y a las delicias de los repartos burocráticos con sus antiguos perseguidores adecos. ¿Qué tal?

¿En qué ambiente arriba el IUPEMAR a la edad de Cristo? ¡Agárrese! Hay para todos los gustos.

En noviembre pasado, estaba en pleno desarrollo el proceso de concursos para proveer cargos docentes y/o “legalizar situaciones” en una atmósfera “No te inscribas que esos concursos están arreglados” “Se privilegiará a hijos(as) de profesores(as)” “Aquí no entra ni un solo chavista” “Chávez quiere intervenir el Pedagógico”, aunado a la duda que asaltó el pensamiento en torno a la designación de jurados en áreas distintas a su competencia académica; ejemplo, un sociólogo jurado en Filosofía. Llama la atención que de 42 cargos en concurso cerca de 40 adecos resultaron favorecidos, con la correspondiente cuota de B.R. Sobresale el caso del departamento de Física donde gana el concurso un profesional, contrariando los “pronósticos reservados”. La profesora que clasifica de 2da. solicita una revisión de pruebas, el Consejo directivo,” muy a la torera, pero se le ve el bojote”, en uso de la mayoría adeca, decide anular el concurso, violando la
reglamentación institucional.

Lamento mucho, porque seguramente muchos de esos (as) jóvenes que ingresan están debidamente capacitados, pero un fantasma de duda recorre el ámbito académico, y a ellos les afecta. No Juzgo. Es más, estoy claro en el costo de amistad que esto me acarrea, por ese creer que los demás no tienen conciencia de lo que pasa.

Aquí no dudo ni por un instante de mis principios, no es la primera ni será última vez que me arriesgue.

Por cierto, tengo una curiosidad que comparto con ustedes: Los avances en genética, sobre el Genoma Humano y áreas afines ha llevado a la conclusión que la humanidad tuvo 7 troncos comunes, es decir existieron 7 Evas. Tengo la impresión que aquí hay una 8va. que no solamente se da en el campo docente, sino también el
administrativo y quien sabe si el obrero. El presagio es que de seguir esta tendencia, en unos veinte años se circunscribirá a unos diez apellidos la comunidad iupemarista, con lo cual estaremos configurando definitivamente el “genoma adecus paideia”

No se ría, que todavía falta. Respire profundo. Ahora viene lo de los nuevos ingresos de estudiantes.

Un día, llegando al instituto, observo una escena propia de Fellini. Un profesor que tras él lleva una longaniza de jóvenes, a quienes repartía cupos a discreción. La primera imagen que se me representó fue de esas perras en celo con su arreo de canes perturbados por sus humores.

Le solicité a uno de los directivos nacionales de admisión, una explicación convincente. La respuesta: “hay un orden de clasificación que debe ser respetado en función de la puntuación obtenida...y así por el estilo..y los cupos no asumidos por seleccionados, se asignarán con la aplicación del “Corretaje”...que si patatín.. que si patatán.

¡EUREKA! Comienzan las inscripciones y se arma la de San Quintín. Ni hubo tal orden de clasificación, ni hubo tal corretaje, no se informó debidamente a los aspirantes su ubicación.......pero si hubo reparto de cupos a fracciones políticas, denuncias de ventas de cupos, todo esto reseñado por la prensa local. Gracias a que un grupo de estudiantes hizo públicas y contundentes denuncias, incluso en la Defensoría del Pueblo, aparecieron sacados de un sombrero,300 cupos. Ahora quedan muchas interrogantes. Muchas, pero muchas dudas, a las cuales mis colegas directivos deberán dar satisfactorias respuestas a la Academia. Queda para los profesores(as) activos(as) una responsabilidad grande de dar la cara por la universidad nueva, creativa, abierta, solidaria, de elevada solvencia ética, investigadora, productiva, en fin, humana.

Extraño el silencio de los gremios que ni siquiera “esta boca es mía” han dicho.
Saben ustedes amigos (as) lectores(as), dentro de esa comunidad pedagógica hay mucha riqueza humana y académica, mística de trabajo, sensibilidad por el prójimo; hay gente emprendedora, creativa; jóvenes cargados de un gran espíritu de superación. Muy significativos aportes han salido de allí, muchos colegas upelistas prestigian otras universidades nacionales y extranjeras. Eso es lo que duele al presenciar estos arrebatos hegemónicos que no tienen paz con la miseria.

Es necesario que esa fuerza moral-académica se imponga. Es necesario modelar para nuestros discípulos.

Es necesario decirlo, gritarlo, denunciarlo, arriesgarse, proponer, actuar. Es necesario, por encima de todas las circunstancias y dificultades, ser humanos y asumir esa condición.

El educador es un ser humano que lidera la siembra de utopías.....aunque haya que robarse el fuego.............. y acarrear sus consecuencias.......y que salgan las jaurías.

Las líneas precedentes se escribieron con dolor en el alma.

Rafael Gustavo González Pérez es profesor titular jubilado de la UPEL-Maracay
rgustavogonzalezp@yahoo.com


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Rafael Gustavo González Pérez


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