Hiperinflación o Hiperespeculación. Escasez o Acaparamiento

"El verdadero significado de las cosas se encuentra al tratar de decir las mismas cosas, con otras palabras".

Charles Chaplin

Las palabras nos poseen. Nuestras palabras están estrechamente relacionadas con nuestra actitud, y esta a su vez con nuestras creencias. En la economía clásica hay muchos mitos, estribillos y pequeñas capsulas dogmáticas que se repiten como un leitmotiv. Toda esa madeja de cuentos, tiene como propósito principal, esconder una realidad concreta o simplemente encubrir las acciones perversas de actores pseudo-económicos ruines y culpar de todo al estado. La mayoría de esos cuentos o explicaciones económicas, solo funcionaría en un escenario experimental, teórico o casi ficticio. El ejemplo más claro, es la definición express clásica de la inflación: "es el aumento generalizado y sostenido del nivel de precios existentes en el mercado durante un período de tiempo". En este sentido, pareciera que el aumento de los precios se da de forma mágica o automática, ya que en el concepto no se refleja quien sube los precios y que causa ese aumento generalizado. Ahora bien, si tratamos de descubrir cómo se genera la inflación o quien es el culpable de la inflación encontramos lo siguiente: "desequilibrio entre oferta y demanda", y la preferida de nuestros economistas venezolanos; "emisión de dinero inorgánico". Ahora bien, ¿Quién emite ese dinero inorgánico?; nada más y nada menos que el gobierno, a través del Banco Central. Pero hay otro actor que emite diez veces más dinero inorgánico que el gobierno, que no se nunca es responsable de nada; la banca. Casi nadie explica que el banco central solo es responsable de la emisión primaria hacia los bancos y estos emiten hasta diez veces más de la emisión primaria. Otro asunto es el desequilibrio entre la oferta y demanda, es decir, que hay pocos productos y muchos demandantes. Si este es el caso, la solución lógica sería producir más para que aumente la oferta. La pregunta para los economistas es: ¿De dónde va a salir el dinero o préstamos para materia prima, maquinarias y equipos y contratar más personal, para aumentar la producción; sino es mediante la emisión inorgánica?.

En todo este entramado de teoría económica y frases repetitivas, pareciera que en el mercado, solo actúa el gobierno; es decir la banca, los productores, los importadores, distribuidores y comerciantes, son actores inocuos, inocentes, inertes que en las mañanas, cuando llegan a sus empresas, se encuentran con la sorpresa que los precios de sus mercancías subieron durante la noche. Un fantasma con una etiquetadora le subió los precios a los productos. Lo cierto que es que desde los años 60, los empresarios venezolanos vienen adoptando la cultura de la especulación como vía rápida de recuperar la inversión, aumentar sus ganancias e invertir lo mínimo posible. Los empresarios han adoptado la estrategia de mantener los niveles de producción al mínimo y aumentar los precios, ante la presión del aumento de la demanda. Lo más lógico, patriota y empresarial, hubiese sido aumentar la producción para aprovechar la presión de la demanda. Aunque parezca contradictorio, este escenario económico actual, sería una tremenda oportunidad para verdaderos emprendedores; ya que no se requiere el posicionamiento de marca para captar una porción de mercado; debido a la altísima insatisfacción de la demanda en casi todos los renglones de mercancías; debido a que la mayoría de nuestros empresarios han preferido invertir en el mercado negro de divisas, el acaparamiento, el contrabando o bachaqueo, la minería digital clandestina sin pago de impuestos y la conspiración política.

La responsabilidad del gobierno en el aumento de los precios o en la verdadera inflación no sería mayor al 10% o 15% anual; claro está, sin el efecto de los actores externos e internos que nos atacan constantemente, pero nunca salen a luz como responsables. Todos los otros elementos que no son gobierno, causan el 90% de la inflación. Por lo tanto no sería correcto ni económicamente, ni mucho menos políticamente hablar de una hiperinflación; el fenómeno que estamos presenciando día a día es una hiperespeculación, que se va generando durante toda la cadena de agregación especulativa desde la producción o importación, distribución y comercialización.

Otro termino económico que oculta los verdaderos culpables es la llamada "escasez", sobre ella se configura una suerte responsabilidad del gobierno para proveer de alimentos y medicinas al pueblo; sin embargo los importadores y distribuidores, no aparecen en la escena de la escasez. En este sentido tenemos un gobierno culpable de las dos cosas más terribles que atacan al pueblo; la inflación y escasez. Esto razonamiento fácil es extremadamente conveniente para quienes pretenden acabar con la revolución. Y es que en este sentido, el gobierno podría ser culpable también, si tu esposa te monta los cachos con el vecino y si pare tu abuela.

La hiperesculación necesita fundamentalmente del acaparamiento. Estas dos prácticas ruines pseudo-económicas, son mutuamente necesarias para crear la libertad de operación de estos actores viles, ya que el escenario de desespero que provoca la escasez por acaparamiento, crea un escenario de mercado, donde el precio puede ser cualquier monto, que esté dispuesto a pagar el demandante por cualquier mercancía.

olgafynestorm@yahoo.com



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