“Yo soñé un circo inmenso, donde de los payasos poderme reír”

Payasos y maromeros

Los payasos llevaban meses maquillándose. El panqué de sus rostros era púrpura. Sus ojos destilaban fuego y de sus bocas emergían serpientes y ratas ulcerosas. Vestían costosos trajes negros en vez de bragas de múltiples colores. Y se abrió el circo, que tenía varias carpas por La Florida, Colinas de Los Caobos, Quinta Crespo. Pude verlos. El presentador Marcelako Mariquín anunció: “Y ahora lady and gentleman con ustedes nuestro primer Clow, Mikel Ángelo Rodríguez, quien acaba de llegar de Patolandia, su sitio de veraneo, donde los patos son felices y nada más”. Y apareció el susodicho. Con rostro de pederasta castrado, el nombrado payaso comenzó su actuación: “Hoy estoy triste. Las lágrimas se me balancean en las retinas, quieren caer para ahogar mi boca, ay de mí.

Siento un nudo en la garganta -aclaro que no sé por qué tenía ese nudo, aunque me dicen que a él le ha gustado siempre ese nudo vertical ahí-. Mi corazón no quiere palpitar… -aprovechaba para mover sus dedos como enviándole órdenes a alguien-. Estoy compungido, una aguja hipodérmica me vacía veneno en la barriga, siento una pena en el alma, siento una pena de amor, desde que no puedo verte…-. En una pantalla se veía la imagen de varias personas que gritaban -…quiero llorar, quiero llorar y ya no puedo, quiero sentir que existes tú, que existes tú…” De pronto se hizo visible Marcelako Mariquín y le gritó delante de todos: “Mira payaso de la mierda, estiércol del demonio, hueco séptico, inodoro de cuchitril, ¿no tienes idea, la puta idea de cómo se actúa? ¡Suelta las lágrimas de una vez estúpido!... tenemos que hacerles ver a quienes nos observan, que lloras, que tenemos un intenso dolor…” El payaso, con lentes de choro, alzó la cara y gritó presa, perdón, preso de la arrechera: “Ah no mijo, a mí no me estés gritando, yo no sé dónde carajo puso utilería el colirio”.

Y salió de escena, moviendo las nalgas locas, que según dijo Pólipo, un ayudante de tramoya del circo, son de silicona. Minutos más tarde apareció de nuevo Marcelako Mariquín. Se atizó el bigote de totona y dijo: “Lady and gentleman, ahora con ustedes otro de nuestros payasos estelares. El más ratón de los últimos tiempos”. Se oyeron rechiflas y flatulencias (Aclaro que peos y flatulencias no es lo mismo, porque “lomismo” es una enfermedad del lomo) y apareció Escobar Ratón. Este payaso es casi un enano. Su boca siempre presta a mamá…gallo, parece pintada con un rouge de lenocinio francés. Se nota un tanto desgarbado, según cuentan debido a un castigo divino, porque cuando no está en escena, es más malo que un trago de “apreta culo” a las 12 m.

Este payaso era uno de los estelares del circo “Adekus Inmorales Bello” de rancia vivencia en los años de la IV-R. Marcelako Mariquín antes de salir de escena le dijo en tono jocoso: “El gobernador no quiere dejar palacios”. Y contestó Escobar Ratón, muy contento: “Metánmelo preso, suave y con estilo”. Y empezó su actuación: “La gente tiene que salir en cambote a protestar… el pueblo quiere irse a la calle” (voz del coordinador en off ) “¿Cuál pueblo, Escobar Ratón, si la mayoría está en contra de ustedes?”

Y prosiguió agarrando con lascivia el pasamanos del mueble: “Estamos cansadas, perdón, cansados de esas muertes, de esos crímenes, de esas violaciones…” (Otra vez la voz en off: “Coño, Escobar Ratón, no hables paja que tú eres un golpista que no se sabe por qué andas libre, ¿acaso durante tu estadía en el circo Adekus Inmorales Bello no sucedió lo de Cantaura, El Amparo, los TO5, las torturas en la Digepol, la muerte de centenares de jóvenes en el 23 de Enero y en todo el país, la muerte de Livia Gouverner, LOS LANZAMIENTOS DESDE HELICÓPTEROS que les hacían a los jóvenes que atrapaban en la guerrilla? Escobar Ratón dificultosamente se puso de pie. Le torció los ojos al payaso portugués Falo Fernandes quien vino a sembrar la tierra a Venezuela y decidió meterse a golpista, y se marchó dejando tras de sí el divino aroma de su colonia Jean Marie Fariña.


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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