Quisiera comenzar este escrito con esta frase:

"Cuando uno ve que lo que constituye la base de la soberanía popular y la democracia, que es el voto popular y que se expresa a través de la voluntad de cada ciudadano, y de repente dos jueces deciden anular la voluntad de cientos de miles diciendo que hay algunos que no pueden o no saben votar porque son pobres, creo que estamos retornando a épocas predemocráticas".

Cristina Fernández de Kirchner.

En cualquier país democrático medianamente civilizado la forma de dirimir las diferencias políticas es a través del voto y de la aplicación de la justicia, sin embargo en la República Bolivariana de Venezuela la demostración de la fuerza política se hace través de las convocatorias a marchas. En este sentido, cabe preguntar: ¿Qué se esconde detrás de este mecanismo, un poco excéntrico para medir mayoría? ¿Qué hay dentro de ese conjunto de hipótesis científicas acerca de cuántas personas caben en un espacio? ¿Qué hay detrás de las fotos que muestran un volumen impactante de personas? ¿Se compara ese despliegue colosal de personas al desembolso de recursos financieros?

Basta observar la uniformidad de ropa por instituciones, la cantidad de banderines, gorras, tarimas, etc., para saber que el poder popular se quedo ahogado entre las élites gubernamental y opositora, alienado de su cotidianidad para cumplir con su único deber : "SOBREVIVIR".

Sin temor a equivocarme... soy consciente de que las cifras a presentar pueden ser más de siete veces mayores a las consolidadas a nivel nacional, ya que todas estas compras se realizan de forma "urgente" y no planificada, no sujetas a ningún mecanismo de control, con sobreprecios, comisiones y de forma independiente entre cada una de las instituciones y organismos, por la vía generalmente de las "transferencias y donaciones", ante la ignorancia o quizás la mirada apacible y cómplice de la Contraloría General de la República, Poder Moral "Desmoralizado" con su nepotismo "positivo" y complaciente.

Sin tomar en cuenta los anteriores elementos de control o descontrol nombrados, me permito realizar unas estimaciones de lo que puede implicar este gasto –no inversión social-

 

 

Terrible si consideramos que marchas de este tipo son realizadas dos y tres veces a la semana, esto debe implicar al menos 984 mil millones de Bolívares al año, cifra tal que no estimula nada a enfocar los esfuerzos de políticas públicas hacia una labor eficiente, que se refleje en la aceptación de las mayoritarias, porque ahí no está el negocio, el mantener buenos servicios de salud, educación, seguridad, no allí no.

Es por ello que las marchas se constituyen en el negocio redondo, que les permite a los saqueadores del erario público esconder sus otros tantos negocios y su falta de eficiencia bajo la máscara de autobuses llenos o de franelas compradas.

Y después de las marchas en "Defensa de….." qué queda: por un lado la foto para la prensa y el escenario propicio para el espectáculo, y por otro lado, un ejército de funcionarios públicos expropiados de voluntad y consciencia, comunidades enteras sin atender y personas en espera de que se le dé repuesta a una solicitud y mas allá, en el estado invisible - en ese en que damos la vuelta a la cara para NO VER -una masa cada vez más creciente de hermanos y hermanas venezolanos buscando en la basura, buscando un espacio donde dormir donde no estorbe a esta sociedad indolente y cómplice.

Me pregunto ¿quiénes serán los verdaderos traidores? Los que se lucran de la desgracia económica del país a través de estas compras de las instituciones o de las ventas de Bonos a precios de regalía, los que se benefician del diferencial cambiario o las compras de comida y medicinas, los que negocian la explotación de nuestros recursos naturales a pesar de saber que por este mecanismo no superamos la pobreza pero si comprometen la vida en el planeta. Ser traidor no es señalar estas prácticas inmorales, ser traidor a la patria es quedarse silente. La unidad no significa complicidad, la revolución debe de ser sobretodo ética, moral y sensible ante el dramas de todos los venezolanos, con critica y con muchísima autocritica.