En los actuales momentos, en Venezuela, el salario mínimo es alrededor de los cinco dólares mensuales ( 5,oo $), el más bajo de Latinoamérica.
Hasta los buhoneros venden en dólares, los servicios públicos se pagan en dólares, entonces resulta que el salario es en bolívares, pero un salario bajísimo, que recuerda: ¿y dónde está el dinero de la renta petrolera, dónde está el dinero de las toneladas de Guayana cuando explotan el oro, el diamante, el hierro y el acero?
Se preguntó Gustavo Vallenilla, Secretario General de la Asociación de Jubilados del Transporte y continuó: ¿será que todo se lo llevan los chinos, los rusos, y los árabes que están explotando nuestros recursos naturales?, ahí le dejo eso al presidente Maduro.
No importa los que vengamos, todos representamos a los trabajadores jubilados y pensionados de Venezuela y todos tenemos que dar un paso al frente.
Yo por eso, acabo de invitar a aquellos compañeros que se quedan en sus casas, que vengan a participar, a defender su salud y la salud de su familia.
A defenderlo, para no morir de hambre en nuestras casas porque el salario no alcanza, indudablemente, para sobrevivir en esto que según dicen estos señores del gobierno, solo se ve en revolución.
Nosotros lo que planteamos es que, nosotros teniendo todas las riquezas del mundo, somos un país bendecido por Dios, tenemos la riqueza que no tienen otros países, pero a nivel latinoamericano los países que menos ganan con salario mínimo, por ejemplo, es Colombia y Brasil y sobrepasan los doscientos dólares y hay como Panamá, Uruguay, hay como Chile, que sobrepasan los cuatrocientos dólares.
Si esos países no tienen estas riquezas que tenemos nosotros, ¿cómo es posible, entonces, que vamos a sobrevivir con cinco dólares?
Esos compañeros trabajadores latinoamericanos a lo mejor creen que nosotros somos magos, para sobrevivir con cinco dólares.
Y tenemos que seguir luchando y tenemos que seguir peleando, no es posible que un grupito, muy pequeño, disfrute de la riqueza del país y la mayoría estemos muriéndonos de hambre y estemos con un salario mísero.
Lamentablemente, en la lucha hay que seguir y llamo a los compañeros que se incorporen a esta lucha.
Ojalá que el gobierno, de una vez por todas, tenga un poquito de sensibilidad humana y se digne a dar lo que contempla La Constitución en su artículo 91, que naturalmente es un salario digno, que permita cubrir los pagos de la cesta básica y las demás necesidades que tenemos la gran familia de trabajadores activos, jubilados y pensionados de Venezuela.