Conciencia para luchar y vencer: Dios proveerá la victoria

La lucha política es un proceso que viene acompañado con altas y bajas, como en cualquier guerra. Ante la imposibilidad de los escuálidos de vencer a las fuerzas revolucionarias por la vía democrática, en tiempos de Chávez, y ahora con Maduro, se hace visible, de factum, que el gobierno de Estados Unidos y sus élites, pasen a encabezar a la oposición contra el presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros. Lo dijo claramente el Canciller Jorge Arreaza en la Organización de Naciones Unidas (ONU), en donde los mismos gringos convocaron al Consejo de Seguridad de ese organismo y que luego abandonaron dicha reunión ante el abrumador apoyo que le dieron los países que lo conforman. Es noticia que no quieren recordar los Opositores al gobierno del Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros.

El imperio no es invencible, el mismo se desmorona, así pasó con el Imperio Romano (27 A.C – 476 DC., se sostuvo por 503 años), el español llevó lo suyo en el siglo XIX, en tierras suramericanas y más recientemente, después de mediados del siglo XX el estadunidense sufrió una contundente derrota en Vietnam. ¡Que éste último imperio, en los estertores de su caída prepare una guerra contra la República Bolivariana de Venezuela, no es de extrañar, se habían tardado mucho! Tanto da el agua en el cántaro hasta que por fin lo rompe, dice un adagio popular.

Para hacer un poco de remembranza, es importante indicar que la Doctrina Monroe buscaba anexarse las tierras de este continente para sus colonos, aprovechando el desgaste del imperio español, al que todavía le tenían un poco de respeto y entendiendo que no podían contar con los favores de los ingleses, por haberse tomado todas sus colonias en América, en un proceso de independencia de los anglosajones que finalizó en 1783, año en que nacía el Libertador Simón Bolívar.

Aterrizando de nuevo en estos tiempos, desde que llegó Hugo Chávez al poder, y al darle el carácter socialista a la Revolución Bolivariana se inició el proceso de desestabilización por parte de la derecha nacional, internacional y las oligarquías, contra la patria de Bolívar. Lograron una victoria parcial el 11 de abril de 2002, cuando por 47 horas le dieron un golpe de estado y cayó la revolución, claro está que en ese momento la Fuerza Armada estaba llena de traidores a la patria. Como mango blando, esos que se alzaron en armas, fueron cayendo, pasaron a retiro o se declararon exiliados políticos, y desde el exterior aun rumian sus dolores, porque en Venezuela, la tierra que los vio nacer, ya se les conoce, se sabe que son capaces de vender a sus propias madres por unos pocos dólares, con el perdón de las señoras madres que no tienen la culpa de lo que hagan sus hijos.

Así era la anterior Fuerzas Armadas de Venezuela, en la IV República, una institución conformada por puros pillos, cuanto más alto era el escalafón del militar en esa institución, por supuesto con sus honrosas excepciones. Era obvio que el objetivo era portar las armas que garantizara el sistema democrático que supuestamente decían defender, pero que realmente utilizaban para enriquecerse y corromper al resto que se prestaba para hacerle daño al ente que representaban. Tenían el monopolio de las armas, para hacer uso de ellas en cualquier contingencia que afectara el territorio nacional o sus instituciones, es decir al Estado venezolano. Pero en realidad era para defender a una casta política que solamente se acordaba del pueblo cada cinco años para que les legitimara la pseudo democracia a la medida de los gringos.

Los adecos y copeyanos dejaron para la posteridad, y así lo expresaban los militares patriotas, entre ellos Hugo Chávez, en sus exposiciones en los foros nacionales, la siguiente descripción de la más execrable condición de un representante de la fuerza armada nacional de esos tiempos, entre las décadas de 1950 a 1999: "A los militares solamente hay que darles Centavos, Casas y C… (Las famosas tres C) para que se queden tranquilos".

Con Chávez se acabó la injerencia de los militares estadounidenses en Venezuela y se creó la Doctrina Bolivariana y Chavista, que ha mantenido desde entonces una estructura militar leal al pensamiento bolivariano y de completo respaldo al pueblo venezolano, porque es desde allí, de su seno, de donde salen los que hoy garantizan la soberanía e independencia, único legado que se pudo recuperar, de la fallida independencia que trastocaron Páez en Venezuela, Santander en Colombia y Juan José Flores en Ecuador. Gracias al Comandante Eterno Hugo Chávez hoy existe una Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que los opositores al gobierno revolucionario detestan, pero a la que le piden que los acompañen en darle un golpe de estado a quien dirige los destinos de la patria por la voluntad de la mayoría de venezolanos que salieron a ejercer su derecho democrático del voto, el 20 de mayo de 2018.

No se puede negar que ahora están en la fase final de la arremetida contra Venezuela, como la metástasis, que esperaban los escuálidos con ansiedad que se produjera, de rodillas le imploraban al imperialismo yanqui que aplicaran medidas extremas para tumbar al gobierno revolucionario. Como en Libia, e Irak, se están robando las propiedades petroleras como la empresa CITGO, y las refinerías venezolanas en Estados Unidos, robándose las reservas de Oro depositadas en Gran Bretaña y todo aquello que se puedan coger de las riquezas de la patria, empleando la fuerza que les da ser la potencia militar más grande del mundo. Pero como todo en la vida cae, también existen fuerzas superiores contra las que nadie puede, y los aupadores de que este país se hunda a en la miseria, irán muriendo, sin ver que Venezuela se postre ante ellos, como tienen que morir aquellos que le hacen daño a la población venezolana que siempre ha querido la paz y la armonía entre todos en este planeta, irán cayendo Donald Trump, Marcos Rubio, Jhon Bolton, Mike Pompeo, Michael Pence, Abrams Elliott, entre otros, que han acabado con muchas vidas inocentes en la patria latinoamericana y el mundo.

Las palabras anteriores no son hechas con odio, ni arrepentimiento al pronunciarlas, es la fuerza interna del desvalido David, ante el Goliat, por la invocación al Dios todo poderoso que le concede la victoria a quien se la merece; y ante la fuerza del Diablo, que en este caso la encarna el Imperio estadounidense, Dios los vencerá, porque quien hace daño sin importarle el sufrimiento de toda una nación, no merecen morir en la cama de viejos, porque todos los que oran para que las cosas se resuelvan, solo les queda la esperanza y la fe en que así será.

La conciencia de que esta patria se defienda a cualquier costa es la consigna que consolidara la unión de todo el pueblo, civil y militar, que al fin y al cabo es uno solo, porque de él provienen todos los que habitan en Venezuela; además aquellos que vinieron a estas tierra a hacer compañía, cuando decidieron buscar un rumbo que los llevara a la prosperidad, los propios y extraños que tienen sus descendientes aquí y por consiguiente son venezolanos, ellos no están de acuerdo con invasiones y genocidios como lo planifican desde Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Estados Unidos y Perú.

Si la guerra viene, bienvenida porque así se deja de una vez por todas sentado que a los venezolanos le asiste la razón, de que empezaron por una Guerra Económica, que se argumentó suficientemente, y que ahora ejecutaran por los medios militares, con tal de apoderarse de la reserva de petróleo más grande del mundo y otras riquezas que por voluntad divina están en estas tierras. Pero entiéndase bien que se defenderá la patria, como en sus orígenes para tener una República.



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Omar José Hernández Borges

Ingeniero Industrial. Máster en Agroecología y Desarrollo Endógeno.

 omarhdez78@gmail.com

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