Luego de ser engañado por la ultraderecha venezolana y los Halcones liderados por Marco Rubio

Donald Trump fue derrotado por Nicolás Maduro.

Tras ser engañado por Marco Rubio y por la ultraderecha maltrecha de Venezuela, a Trump entrampado solo le quedan tres opciones, en un laberinto enmarañado con salidas empantanadas:

Invadir Venezuela: La peor de todas las opciones. Ya que implica el inicio de una guerra de guerrillas con mínimas posibilidades de salir airoso, como ocurrió en Vietnam y Afganistán. Se trata de un territorio tres veces superior a Vietnam y un tercio mayor que Afganistán; de urbes dotadas de un enrejado submundo urbano dominado por sus pobladores militares y civiles bien armados, que será poco accesible para las fuerzas de seguridad del imperio, selvas amazónicas y montañas con animales salvajes, algunas de ellas nevadas y ríos repletos de caimanes, anacondas y pirañas.

Una Huida Inaceptable: Retirar el despliegue naval del Caribe y regresar a sus bases sin botín y con el rabo entre las piernas. Inconcebible para Trump ya que heriría el orgullo de EEUU como potencia hegemónica y cedería espacio territorial a China y Rusia.

Negociar con Maduro: La opción más probable para lograr una derrota aceptable mediante una narrativa triunfal, aderezada con las mentiras que normalmente se usan para disfrazar la verdad. Una opción que ya se encuentra en pleno desarrollo.

Para Trump está claro que la primera opción significaba repetir una historia de fracasos, ignominia y heridas abiertas que nadie en EEUU desea. En Vietnam y Afganistán el imperio estadounidense tuvo que huir vergonzosamente tras dos décadas de muerte en cada uno de esos territorios, sin resolver nada.

Luego de la conversación telefónica entre Trump y Maduro hay varios hechos que los vendedores de humo y un sector de la población que se deja engañar nutrido por los fake news de periodistas Palangristas. Así tenemos la mentira del cierre del espacio aéreo, el cual terminó siendo un bluf que solo engañó a pocos, como lo demuestra el vuelo que llegó hace pocos días a Maiquetía en un avión de Eastern Airlines, cargado de venezolanos deseosos de regresar a su pais ante el acoso bestial de la Gestapo de Trump que persigue a los inmigrantes, sin aviso y sin protesto. También llegó otra aeronave proveniente de México, con pasajeros que incluían niños, quienes residían en el pais gringo del norte, todos salvados por Maduro.

En ambos casos, la causa fue la sorprendente conversación telefónica, que también parece haber asegurado que la concesión a Chevrón se volviera permanente y con ambiciones de una mayor producción petrolera como lo predijo el empresario del petróleo y analista Alejandro Terán. De hecho, es muy probable que muy pronto aparezcan nuevas sorpresas respecto al posicionamiento de los intereses comerciales estadounidenses en territorio venezolano. Esto responde a la muy conocida Realpolitik, ajena a los delirios fantásticos y a los sueños infantiles del liderazgo de la ultraderecha opositora venezolana, que nunca comprendió la naturaleza del problema que tenía entre manos.

Esta presencia repotenciada de Estados Unidos será aceptada por China y Rusia, deseosas de mejorar la situación económica de Venezuela, que al final sé traduce en mejores posibilidades para que Venezuela honre sus compromisos crediticios con esos países.

Estados Unidos ya comienza a asumir que hoy vivimos en un mundo multipolar, donde las sanciones económicas son sorteadas gracias a ciertos ejes de influencia que prestan sus canales financieros y comerciales para que los sancionados sobrevivan y se unan a sus intereses geopolíticos y económicos.

Aunque esta tercera opción tampoco deja bien posicionado a Trump, al menos reduce el costo inconmensurable de la primera opción y de la vergüenza de la segunda. Desde que volaron el primer Peñero hace tres meses, asomamos que dicha acción anulaba todo viso de legalidad de sus protagonistas y ponía en jaque la credibilidad del gobierno estadounidense.

Dicho y hecho, con más de ochenta personas ejecutadas sumariamente (sin pruebas, sin juicio ni defensa), el gobierno de Trump se enfrenta a un posible juicio marcial de su Secretario de Guerra, por crímenes sin causa verificable ni justificación alguna.

Por su parte, el Secretario de Estado, Marco Rubio, tampoco se encuentra en una situación ideal. El descendiente de cubanos que escaparon de la dictadura de Batista, no de Castro, se sumó a la inhumana razia migratoria ejecutada por la Gestapo de Trump, además cayó en las redes de políticos venezolanos de la ultraderecha que sacrificó el destino de un país a cambio de una dudosa riqueza material. Una clase política que traicionó a los militares desertores cuando los abandonó a su suerte en Colombia, e hizo un botín pirata de la Ayuda Humanitaria, de las empresas Citgo y de Monómeros, para vivir en el exilio en los mejores barrios de Miami y Madrid, con sus riquezas robadas de CITGO y Monómeros, y que puso a un anciano agente de la CIA, asesino de religiosas en El Salvador de los 80, como el "presidente legítimo", quien pretende cínicamente gobernar a Venezuela.

Y es esa clase política la que convenció a Marco Rubio y a otro par de senadores cubano americanos para que compraran el premio Nobel (Guerra) de la patética ganadora Machado Parisca, también les aseguraron que en Venezuela existen militares esperando una orden para alzarse y darle la bienvenida a un nuevo gobierno. Fue esa una intentona fallida la que hizo que Trump cayera en la trampa, azuzado por la mediocridad de sus asesores, de la que ahora lucha por salir airoso, luego de ser engañado víctima de su impulsividad, en la creencia de que podía doblegar al pueblo chavista.

Pronto estos casi cuatro meses de incertidumbres y humos noticiosos serán cosa del pasado. Se dirá que Maduro aceptó cooperar con el combate a las drogas, aunque la verdad que saldrá a la luz en los futuros documentos desclasificados es que la lucha sin cuartel de Maduro contra los intentos de traficar droga por territorio venezolano de los cárteles de los Noboa y sus cómplices, fue lo que verdaderamente enojó a Trump, Rubio y a sus compinches al atacar la inmensa fuente de recursos que mantiene al sistema financiero estadounidense, es ese el motivo del ensañamiento tan cruel contra Maduro.

También podemos concluir con certeza que Venezuela no tiene una clase política de la oposición de la ultraderecha maltrecha, capacitada para tomar las riendas de Venezuela, debido a sus malsanos deseos de poder y de riqueza, por lo que tendrán que aceptar que el gobierno de Maduro no está allí por casualidad. Es el producto de un gran esfuerzo político del comandante Chávez, un proyecto histórico que ha asumido la responsabilidad de conducir a su pueblo a un destino socialista, sin el perverso acoso del imperio.

Gracias a Chávez y a Maduro, en los años por venir habrá paz y buen vivir, sin que los misiles imperiales caigan del cielo para dejar todo en escombros, como aún sucede en la franja de Gaza.



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Omar Marcano

Trabajador jubilado del MPPCTII, Militante del PSUV, Ingeniero Eléctrico (USB, 1976)

 marcanoomarj@gmail.com      @pueblopatriota

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