El remordimiento es un cargo de consciencia que patea constantemente, que no da ni paz ni tranquilidad, hostiga, y al que no, le mantiene en zozobra, desde lo recóndito de ella el subconsciente le aturde, la culpa está siempre presente para acusar y reprochar conductas, un vivo ejemplo le vivió en su vejez José Antonio Páez. Dentro de la política ésta aparenta ser un mitigo; pero sólo le es momentáneo, quien lleva culpas de consciencia tarde o temprano implosiona. Disfruta de los frutos de su traición y hasta logra creer que engaña y se auto-engaña, pero la culpa acosa sin descanso y puede que le oculte hasta la hora de morir, mucho peor y duradero será el cargo de consciencia. Habrá un auto-castigo del subconsciente que no le dejará dormir ni en paz con su consciencia. En política se deja ver su mayor suciedad traidora al compañerismo partidista; y por ética, no se divulgan nombres que pueblo conoce bien, pero Chávez fue muy traicionado por algunos/as que estuvieron muy cercanos a él y que hasta fueron confidentes de su alta estrategia política y en los cuales depositó su máxima confianza. Clavaron la puñalada en lo más hondo de esta revolución.
Y no ha de ser extraño que quienes estén en esa condición le veamos este 1ero de septiembre haciendo filas aupantes dentro del golpismo terrorista o con declaraciones alusivas o con un canalla silencio; aquellos/as que dirigieron políticas con Chávez y después de ensuciarse la consciencia ahora le quieren lavar librando culpas; es fácil y de cobardes despotricar de quien está ausente físicamente para defenderse y descubrirles su vileza tracción, pero esa es naturalidad del alacrán, te pica el lomo al legar a la orilla de su felonía.
Chávez; integro hombre de la amistad y el compañerismo, no miro atrás en su entera confianza y creyó en todos los felones confiado de la altura y formación política, erró al igual que Bolívar aunque el pueblo se lo dejó ver tan igual hizo Manuelita con Bolívar ante la traición de Santander; y se repitió la historia, y hoy la patria está herida del malagradecido y traidor hijo/a. Pero que no se crean quedarán impunes, el pueblo los conocen con nombres y apellidos y puede que pueblo tarde en juzgar, pero será segura la condena y será perpetúa en su historia. ¡No más traiciones a la patria, justicia y tendremos la paz!