Fernando Mires: "hay que hacer algo, aunque sea una mala apuesta"

Sentía un gran respeto intelectual por el sociólogo chileno Fernando Mires, todavía recuerdo las clases universitarias en donde dialogaba con mis estudiantes sobre un texto suyo muy bueno, "La revolución que nadie soñó". Pero la vida no se detiene, de simpatizante de la Unidad Popular y Allende, posterior exilio en Alemania, residencia en este país como docente universitario, Mires –como todos— ya no es el mismo, ahora predica una suerte de "izquierda light" que se identifica con el libre mercado y elogia embelesada a la nueva derecha latinoamericana.

El intelectual chileno estuvo en el país, en el VIII Festival de Lectura en Chacao, pero me interesa una entrevista que dio a un periodista de Prodavinci, así como sus comentarios sobre la visita que publicó en su Blog.

Comencemos con una frase: "Quienes piensan que en Venezuela hay "solo" dictadura, en su propósito de descalificar al gobierno, lo único que logran es descalificar a la oposición." Esta afirmación nos sirve de marco para destacar un diagnóstico inicial que el autor chileno indica: en el país no hay dictadura, existen "espacios dictatoriales" y al mismo tiempo tenemos "espacios democráticos". Donde el chavismo gobierna están los primeros, donde hegemoniza la oposición, los segundos. Por ejemplo, desde el 6-12 la Asamblea Nacional es un espacio democrático, en contraste, el Poder Ejecutivo es dictatorial. Así de creativo y esquemático es el análisis situacional expresado.

Mires "explicaba" la situación política del país de una forma más coherente, cada vez que le preguntaban si en el país existe una dictadura --lo hicieron en Chacao-- respondía que no, porque si así fuese él no pudiese estar diciendo lo que dice en un espacio público. Claro, horas después se arrepintió de tal afirmación e ideó un nuevo discurso: lo de los espacios dictatoriales y democráticos.

Me he detenido en esta caracterización de la situación política del país porque el escritor chileno refleja las ideas absurdas con que la nueva derecha latinoamericana ve al país: es democracia pero no lo es totalmente, es una democracia formal pero no existe "equilibrio e independencia de poderes". Y otras genialidades por el estilo. Vienen a observar los procesos electorales y concluyen que no hay democracia, que el ventajismo electoral del gobierno impide la "participación libre y democrática" de la "sociedad" venezolana. Paremos en presentar argumentos "aquilatados", pero, lamentablemente, eso es lo que "venden los políticos opositores" representantes de los "espacios democráticos" en el exterior, también es lo que quieren oír sus selectos auditorios neoliberales e imperiales, el discurso se acopla a sus intereses y hasta ahí llega. Por eso Mires corrigió sus argumentos, tal vez alguien le susurro algunas ideas en voz baja.

Pasemos a otro asunto que el profesor universitario chileno expresó: sus recomendaciones a la MUD. Comienza, antes de aconsejar, caracterizando las "veleidades contradictorias" de esta agrupación opositora: "Yo no quisiera estar bajo la piel de Chúo Torrealba, que a veces tiene que adoptar posiciones eclécticas. Lancemos las cuatro vías y eso no se puede en política. Nadie entiende cómo se va a transitar por cuatro vías. La del referéndum revocatorio, la de la enmienda (bloqueada por el TSJ), la renuncia y la asamblea constituyente y para dejarlos contentos; y en política, cuando se quiere dejar contento a todos, no se deja contento a nadie."

Coincido totalmente con el profesor, pero lo que me asombran de verdad son "sus consejos para el futuro":

  • Creo que lo mejor que le puede pasar a la oposición es que zanje sus diferencias en forma independiente.

  • Yo creo que Venezuela es un país tripartidista, con dos partidos de oposición, me refiero a Primero Justicia y Voluntad Popular, que tienen que buscar un acuerdo mínimo, frente al enemigo común, en la concertación de acciones conjuntas.

  • Ha llegado la hora de pactos bilaterales entre Primero Justicia y Voluntad Popular y que hagan unas concesiones por último.

  • Bueno, que la apliquen en el momento preciso (se refiere a la salida). No después de unas elecciones para gobernadores y alcaldes y además, llamar a una insurrección después de unas elecciones perdidas, es una locura. Pero si ellos creen que fue una cordura, déjenlos, total es una cosa de ellos. Y no traten de convencer a los demás de que es lo mejor que pudo haber pasado. Yo creo que sobre eso ya se ha discutido bastante y nadie va a cambiar de opinión

Como se ha podido comprender, la línea política que predica Mires es construir una oposición más coherente, por ello, en los hechos, propone que la MUD como organismo colegiado muera de inanición o repentinamente, para él es lo mejor. Luego resalta el papel de los partidos que representan a la nueva derecha del país, más ligada a la coalición neoliberal global: Capriles y López. Tal vez le angustia la lucha enconada que protagonizan estas dos organizaciones por las apetencias de sus respectivos caudillos.

Pero lo escandaloso es el "plácet" que Mires le dio a la salida, que en Venezuela es simplemente una insurrección política fracasada. El invitado especial del Alcalde de Chacao le parece natural que se haga (pero "que la apliquen en el momento preciso"), le mereció el calificativo de "locura" porque se intentó "después de unas elecciones perdidas". La insurrección contra un gobierno legítimo no es mala en sí misma, es negativa cuando se hace en un momento no favorable. ¡Vaya demócrata se buscaron! Visto así, ahora Mires considera que el golpe de estado contra Allende no fue una locura, fue bueno porque eligieron un buen momento.

La coalición de la nueva derecha latinoamericana anda en la prédica de salir de Maduro "como sea". Transitar vías democráticas es bueno cuando conviene a sus tácticas políticas, buscar alternativas inconstitucionales también es favorable porque logran el objetivo de desalojar al chavismo del poder. Los valores de la democracia se vuelven un traje que sirve a la medida de sus ambiciones. Todavía recuerdo que Carmona (el breve) anuló la Constitución, destituyó a diputados, gobernadores, alcaldes y concejales todo en nombre de la "libertad y la democracia". Allí desfilaron las organizaciones "democráticas" que hacen oposición a Maduro: la iglesia, los partidos, alcaldes y gobernadores de los "espacios democráticos", empresarios, representantes de los medios y paremos de contar. La democracia es legítima cuando gobiernan los sectores oligárquicos, lo demás es comunismo y gobierno de forajidos. En el fondo piensan que la democracia es favorable cuando ellos gobiernan. En Brasil lo estamos viendo como acontecimiento en pleno desarrollo.

Es de terror que un pensador de la nueva derecha latinoamericana, la que "usa la democracia" de acuerdo a sus intereses, invite al pueblo venezolano a salir a la calle: "Llegó el momento de movilizarse para cambiar a Venezuela". También pienso que llegó la hora de que los sectores sociales que han luchado por un cambio profundo en la sociedad venezolano nos unamos para evitar que la "calle sea de la derecha". Otra vez Brasil, el ejemplo de la nueva derecha es aleccionador.

Maduro, el Psuv y el Gran Polo Patriótico debe tomar las iniciativas del caso, también las revoluciones eligen mal los momentos para reaccionar. Más tarde tal vez sea imposible. A nosotros también nos llegó la hora de pasar a la iniciativa.





 



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Nelson Suárez

Docente/Investigador Independiente (Literaratura, Ciencia, Tecnología y Sociedad)

 suarez.nelson2@gmail.com

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