El socialismo, en sus inicios, impone un doble tarea: por una parte, el esfuerzo teórico para romper con el infantilismo de izquierda y la falta de reflexión de quienes de hecho niegan la aplicación del materialismo dialéctico e histórico como guía para la acción revolucionaria. Un infantilismo que se refugia en el dogmatismo fervoroso que estimula el aparato ideológico capitalista a través de la academia, de los círculos de estudios de muchos partidos de “izquierda” y de los medios de comunicación capitalistas, para postular un retroceso en la historia humana hablando de trueque o de citas marxistas descontextualizadas, cual si fuera la liturgia del día. Por otra parte, el socialismo impone la tarea de desarrollar acciones que viabilicen la circulación y acumulación de capital bajo relaciones de producción socialista que permitan el crecimiento de empresas productivas creadoras de bienes y servicios orientadas a satisfacer las necesidades materiales de la clase trabajadora; pero, también creadoras de un sistema financiero que dinamice la circulación de capital entre las empresas socialistas para garantizar el nacimiento y desarrollo de otras empresas de esta misma naturaleza en los diferentes sectores de la economía nacional.
Sin esa circulación de capital socialista en todo el sistema económico capitalista sería imposible la instauración de una economía socialista hegemónica en la sociedad que sirviera de base a la construcción de super estructuras verdaderamente socialistas y no socialdemocracias que pretender engañar a la clase trabajadora usando y abusando del nombre de socialismo. En un primer momento el sistema financiero capitalista puede apalancar empresas que se auto denominan socialistas bajo el supuesto que eso es propio del auto engaño de la clase trabajadora; pero, cuando se demuestra la viabilidad de las relaciones de producción socialistas y la eficiencia de estas relaciones para crecer y distribuir mercancías de calidad en la clase trabajadora ese financiamiento desaparece y nace la guerra para destruirlas. De aquí la necesidad de que las empresas socialistas planifiquen acumular capital no solo para aumentar su producción sino para crear un sistema financiero paralelo al capitalista que permita financiar (hacer circular capital) en otras empresas socialistas en ese o en otros sectores de la economía nacional.
Las empresas socialistas no solo tienen la tarea de crear riqueza para la clase trabajadora y campesina; sino que, están llamadas a proveer de líderes, gerentes y supervisores, así como, capital para desarrollar experiencias socialistas en otras áreas productivas. No se trata de auto satisfacerse con una empresa socialista o del trueque entre dos samaritanos. Se trata de cambiar las formas de relacionase social, política y espiritualmente de una sociedad, de un país, de una región y del mundo, cambiando las relaciones de producción existente de forma hegemónica. De allí la figura del capital en esta etapa de desarrollo de la sociedad para apalancar relaciones de producción socialista que, posteriormente, permitan aumentar la circulación de valor en la sociedad y en la producción de las empresas sin la presencia del capital como fetiche para impulsar la acción humana en todos los sectores económicos de la sociedad donde se necesite.
De aquí la necesidad de acumular capital socialista; pero, también de hacerlo circular lo más rápido posible por toda la economía capitalista a fin de desarrollar millones de iniciativas socialista, que con mucho esfuerzo se conviertan en exitosas. Sin un sistema financiero socialista la construcción de una economía socialista será limitada y poco competitivo frente al capitalismo; así como, poco viable para sostener las necesidades materiales de la clase trabajadora. La disponibilidad de recursos del sistema económico socialista debe ser suplida por su propio sistema financiero socialista, a fin de competir en condiciones que le permitan ganar la hegemonía en la sociedad.
El conocimiento y la habilidad de nuestros líderes y gerentes para desarrollar un sistema financiero exitoso es la clave para desarrollar el sistema económico socialista. De allí la necesidad estrechar el vinculo entra la ideología socialista, el compromiso revolucionario, el conocimiento, la habilidad y el capital para apalancar empresas socialista, un sistema económico socialista y un sistema financiero socialista que le de sostenibilidad económica a la clase trabajadora para auto transformarse material, ideológica y espiritualmente, produciendo así el cambio de una sociedad capitalista a otra socialista.
Se requiere de empresas socialistas para iniciar y desarrollar un sistema económico socialista; como también, se requiere de núcleos financieros socialista que permitan la circulación de capital para apalancar ese sistema económico. Es tarea de la vanguardia económica revolucionaria construir con sus propias manos, como parte de la clase trabajadora, empresas socialistas, economía socialista y sistema financiero socialista para hacer realidad la ideología que sirva de base a la sociedad socialista. Viviremos y venceremos, que viva el socialismo, Carajo!