Eso de “Mérida, Ciudad de los Caballeros venida a menos”, es una estafa ideológica

Mi optimismo expresado en el artículo pasado se vino al piso. La solución del problema de la basura en Mérida está lejos de darse. Por lo que percibo, el alcalde y su combo plantean más de lo mismo, y la gobernación, gobierno nacional y comunidades organizadas estudian la creación de una empresa (ANDES, Empresa Andina de Desechos Sólidos), ajustada a los parámetros socialistas. Ambas posturas podrían generar un conflicto de competencias e intereses que retarde la solución del problema.

De todas maneras, he expresado dos características que debe cumplir quien pretenda ser candidato a alcalde revolucionario de Mérida: lidiar con las ferias hasta transformarlas en un período de entretenimiento para crecimiento del pueblo y saber gestionar problemas como el de los desechos sólidos con soluciones que repercutan en la implantación y fortalecimiento del socialismo.

Tras el regreso del averno, Lester B. planteó más problemas no solucionados como objetivo de los cuatro meses que le quedan en la alcaldía, como si no hubiesen transcurrido cuatro años, abriéndonos el camino para la crítica y su extrapolación a una gestión revolucionaria. ¿Qué hizo Lester B. en cuatro años? ¡Nadie lo sabe! Es que ni una de sus pacatas promesas electorales se hizo realidad (¿recuerdan la de cubrir a Mérida de fábricas de pantaletas?) y por falta de hacer algo, todos, todos los problemas se agravaron. Ni olió ni hedió, pasó como un ectoplasma sobre una ciudad que ya no aguanta más acumulación de problemas y puede estallar. Y al escribir esto, remito a artículos futuros el enfoque de esos problemas no resueltos, para atender en primera instancia una responsabilidad profesional.

En lugar de “una ciudad que no aguanta más acumulación de problemas”, pude haber escrito (y quizá lo haya empleado a la ligera en otro momento) una ciudad que ya no aguanta más deterioro. Pero es que desde mi posición de historiador socialista rechazo las añoranza del pasado como tiempos mejores, la historia rosa como manejo de clase contra la irrupción de futuro, la prevalencia de su ideología y su aprovechamiento sistemático para el mantenimiento de su hegemonía. Los problemas que acogotan la ciudad no son fuego celeste caído sobre una ciudad inerme, sino que fueron apareciendo en la medida en que las clases dominantes los provocaban y se beneficiaban de ello. En esto incluyo todas las modalidades de deterior ambiental y cultural, estropicio patrimonial, caos urbanístico, calidad de los servicios, transporte público, tráfico. . . y las secuelas de violencia en todas sus manifestaciones, pobreza y miseria, exclusión, desarraigo, comercio informal, suciedad. . .

Eso de Mérida, Ciudad de los Caballeros cada día más venida a menos, es una estafa ideológica, y tras ello continúan los tiros de numerosos analistas que desde la izquierda piensan la ciudad y sus problemas. Los entiendo porque la historia disponible es una historia tramposa, cómplice, positivista, profundamente ideologizada; inspirada y propagada por las clases dominantes para entretener y provocar catilinarias (y muy buenas) que se desvían de la esencia de los problemas hacia lo periférico, para ponernos a mear fuera del pote. Culpa de nadie, porque es la historia que mamamos, con la que nos criamos, la historia como arma de la oligarquía (clases dominantes en ejercicio del poder) para imponer su dominio de clase. No es fácil luchar contra esto y convertir la historia en arma para la liberación, más, cuando quienes lo comenzaron a plantear derivaron hacia nebulosas ortodoxias ininteligibles para el pueblo e inaplicable a su realidad inmediata. De esta preocupación surgió mi blog Historia para Fundamentar, que comienza a mostrar resultados.

Por eso me muestro escéptico cuando en este mismo foro leo a camaradas que arremeten brillantemente contra lo más superficial, contra manifestaciones epidérmicas de resultados transitorios de la lucha de clases presente en Mérida desde la colonia hasta hoy, como bien corresponde a una ciudad erigida sobre la explotación, la opresión, la injusticia, la iniquidad, la doble moral.

Con lo dicho no estoy dando lecciones de nada. Quizá quisiera que nos unamos para pensar a Mérida en conjunto, desde la perspectiva de la liberación, del socialismo que desesperadamente buscamos alcanzar.

Y para terminar, confieso alegría por los correos que provocan mis artículos, sobre todo por el recibimiento de materiales que refuerzan posiciones, pero, que también provocan reflexión. A recibidos sobre el artículo ¡Basta de alcaldes…” http://www.aporrea.org/regionales/a157709.html de parte de anti taurinos militantes, le voy a dedicar parte de mi próximo artículo. (220113/20:10)



osoriof@cantv.net

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Fermín E. Osorio

Historifabulador socialista y antiimperialista.

 osorioc@gmail.com      @FrontinOso

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