En ese cúmulo
de sospechas, desde lo anticristo que son; enemigos del reparto equitativo
como los avaros, se incluye el odio contra Chávez y todo el pueblo
que, en su mayoría lo apoyamos, hasta el punto de no conectar en los
circuitos ningún faro ahorrador. Al contrario, son capaces de conectar
los filamentos a masas de generación “muerta” para que se incremente
el despilfarro que en el caso de que la medición sea fiel, no les importa
cancelar el exceso con tal de que la nación entera sufra el recalentamiento
de manera que el gobierno se vea obligado a interrumpir el servicio
para refrescar el sistema y así evitar el colapso. Menos mal que el
pueblo ya esta avisado.
Lo que no quiere
decir que, simultáneamente, los activistas políticos con contactos
con mercenarios del sabotaje hayan desactivado su red antipatria como
ellos mismos. Es que aprovechan que no es suficiente el número de efectivos
de seguridad del Estado para vigilar la cantidad de kilómetros que
compone la red hidro y termo eléctrica de la nación. Pero por la misma
seguridad, sí se debe incrementar con carácter de emergencia, el despeje
del trazado y tenido de línea, palmo a palmo y con ocho metros a cada
lado de la posteadura, donde se acondicionen sitios para helipuertos.
Y en cuanto al despilfarro de los potentados antichavistas, una sugerencia
que de ninguna manera les afectaría en sus programaciones. Fíjeseles
un tope máximo prudencial con lectura inalcanzable a sus dominios con
un dispositivo que haga funcionar la planta auxiliar que estarán obligados
a instalar con recursos propios. Y mosca con el incordio de los infiltrados
que, según los mismos trabajadores de Corpoelec, nos tienen minados.
Y sin persecución, pero cuidado con los ex-policías.
Por otra parte,
uno acá, disiente de los que pretenden exculpar a los saboteadores
de “cuello blanco” porque “el mismo gobierno es culpable de lo
que está pasando”. No negamos que en algunas entidades regionales
exista indiferencia, donde se prefiera que el peso del problema caiga
y recaiga en los hombros de Chávez, Elías Jaua y Alí Rodríguez,
para que se revienten. No negamos tampoco que en algunos sectores nuestros,
por lo mismo de las hidroneumáticas y secadoras se presenten de improviso
algunos excesos que, comparados con los de “cuello blanco”, son
un pequeño lunar. Pero lo que sí es criticable, revolucionariamente
hablando, se refiere al hecho de no haberle dado importancia a los “moños”
de cables de escaso grosor del cual se surten del fluido eléctrico
los barrios más pobres del país entero. No creemos que sea muy costoso,
si comparamos con el exceso por causa del recalentamiento que origina
por lo escaso de filamentos en esos cableados, si conjuntamente con
los vecinos sustituimos esas redes con cableados de mayor grosor. Es
de su consideración, Ministro y camarada Ali Rodríguez.
Patria, Socialismo
o barbarie.