El 11 de septiembre es un día que tiene muchos significados pero que al final todos apuntan hacia el problema del terrorismo. Entendiendo el terrorismo como el accionar que busca inmovilizar al oponente por la vía del miedo, podemos entender que lo que vivió el pueblo chileno, un 11 de septiembre de 1973 fue un genuino acto de terrorismo. La voluntad democrática de todo un pueblo fue torcida por un Golpe de Estado, prefabricado en los laboratorios del terror, en los EEUU, y aplicado con ferocidad y crueldad. Hace tres años, los mismos EEUU fueron sacudidos por un acto terrorista que destruyó la sede del World Trade Center. Las conocidas torres gemelas cayeron ante la mirada atónita de millones de personas que pudieron ver los hechos por televisión. El horror de esa acción perdura en nuestros días. Este 11 de septiembre de 2004 se cumplen también seis meses del reciente atentado contra contra cuatro trenes en las estaciones madrileñas de El Pozo, Eugenia y Atocha, en los que perdieron la vida y resultaron heridos muchísimas personas. En los tres casos que mencionamos, la verdad se intentó manipular. En Chile se habló de que no había Golpe de Estado sino restitución del régimen de libertades y lucha contra el fantasma del Comunismo. En los EEUU, al momento de ser impactada la primera torre, sin que hubiera sido impactada la segunda, ya se decía que Al Qaeda era la responsable y que el autor era Osama Bin Laden. En España resultó otro tanto cuando se acusó a la ETA de ser la responsable del atentado, costándole esa mentira las elecciones siguientes al Partido de Aznar. La lección que nos deja estas tres fechas es que el fenómeno del terrorismo es mucho más complejo de las simplificaciones que muestran los grandes medios de comunicación. El terrorismo incluso se expresa en esas campañas de terror y adoctrinamiento que llevaron a cabo las cadenas televisivas estadounidenses que lograron convencer a muchos de la necesidad de declarar la guerra a países inocentes, o en las campañas que intentaron vendernos a un dictador sanguinario como Pinochet, como el líder de una nueva democracia fuerte y el héroe de la "recuperación económica" de Chile. Pero es en Venezuela, en donde el Terrorismo de los medios de comunicación han llegado al clímax, logrando que muchos venezolanos sientan el terror hacia sus mismos compatriotas, generando odio y manipulando la verdad. Este es un día para reflexionar sobre lo ocurrido en otras partes del planeta, pero sobre todo, en nuestro país.
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