Nadie pensó que después de la II Guerra Mundial, ningún país volvería de nuevo con las mismas ideas totalitarias y destructivas de Hitler; que se gastarían tantos recursos e ingenio inventivo en armas para matarnos como salvajes, exactamente como en la prehistoria.
Estamos en realidad frente a una ley establecida llamada pena de muerte, lo que es bueno para el comercio, o sea para los comerciantes; pero nocivo para el homo sapiems.
Pero en si, la pena de muerte queda definida con la compra, hasta en la Farmacia Mella, de armas de fuego. Cualquier carajo, con dos tragos en la cabeza o sin ellos, se puede constituir en tu verdugo.
Él no va a pensar en tus hijos , en tu madre, ni en Habeas Corpus. No, él puede decidir eliminar a quien guste, como ocurre a diario, como lo demuestran las estadisticas de los miles de homicidios, feminicidios y demas cidios del ''suceso de hoy'', ese que que sigue ''su agitado curso''.
Cualquier desquiciado o delicuente analfabeto puede darse el lujo de sentenciar a quien sea y asesinarlo. Pienso en la cantidad de jóvenes soprendidos, acorralados por uno de estos frustrados personajes en cualquier aula, o pasillo escolar.
Por eso cuando me hablan del modelo democrático de los norteamericanos, me gustaría reirme creyéndome que es un chiste; pero la repugnancia es mayor como sentimiento dominante.
La manera rutinaria y sin el menor estupor de decir que en un bombardeo hubo pequeños daños colaterales es mas que una enfermedad mental. Por pequeños daños colaterales entienden masacres injustificadas a niños y civiles inocentes.
Y es que cuando se habla de los muertos se pretende cuantificar el dolor como proporcional al número de víctimas, como si para Cindy Sheehan, uno solo no le bastase para que el dolor de madre no la arrope con el manto de la amargura eterna por la pérdida de UN SOLO HIJO. Uno solo, no cuatro mil.
El balance de terror sembrado en cinco años en Irak es incalculable. Empezando por los cuatro mil soldados invasores que habría que multiplicarlo por 3 porque '' las partes de guerra no pueden dar a conocerse, para no alentar al enemigo, ni los miles de heridos, ni los cientos de suicidios'', sólamente refiriéndome al agresor. Del lado de Irak, ¿cómo contar la cantidad de gente sepultadas por los poderosísimos y terroríficos bombardeos? ¿Cómo saber cuántas personas han sido capturadas y fusiladas cuando ni siquiera se conoce el número de cárceles clandestinas? ¿Cuántos habrán sucumbido al ''submarino'' aprobado como válido por el excelentísimo Sr. Presidente?
Con Bush y su sistema inquisidor de tortura Estados Unidos ha retrocedido a la época de Torquemada.
¿Cómo medir el dolor de los miles de niños huérfanos, el dolor de las miles de viudas, de las madres, de los padres... ? ¿Cómo sanar el dolor del amigo perdido?
¿Es ese sistema, que jactanciosamente nos estrujan en la cara , el modelo a seguir como sociedad civilizada ? ¿Es esa sociedad la que le importa el ser humano? ¿Esa sociedad dirigida por ricos petroleros insaciables de bienes ajenos y sin alma?
Por esa carrera loca regida por unas leyes sin fundamentos es que se destruye paulatinamente en miles de suicidios anuales. Y no vaya nadie a créer que los delitos lo comenten los civiles con las facilidades de adquisicion de armas de fuego de todos los calibres; la cantidad de barbaridades que comete la policia sin inmutarse sabiéndose protegida en su ''patrioterismo'' y acciones ''antiterroristas'' son incontables. Todo en función del desprecio a los valores humanos.
Las estadísticas del Departamento de Justicia del propio Estados Unidos revela que entre 100,000 y tres millones de niños menores de 18 años están involucrados en prostitución.
Entonces, ¿ es esa sociedad la que puede preocuparse por la higiene y preservación del planeta ?
¿Se puede creer en republicanos y demócratas cuando ellos están en contra de la guerra sólo si ello implica una ganancia de puntos en la campaña electoral y no como un principio de ética y moral? Una burla al ser humano.
¡Qué me importa los billones perdidos, o el petróleo no robado! Todo junto no vale el bracito, la piernita o el ojito de algún niño sorprendido en su inocencia.
Esa misma guerra de Irak es la que quiere Bush en Colombia, usándola contra Ecuador y Venezuela. Les jode que Venezuela impulse un verdadero proceso de paz y que encabece un movimiento para formar un bloque de países sin su control. La democracia que Estados Unidos quiere traernos a América latina es el mismo terror impuesto en su guerra absurda y demencial alla en la cuna de la civilización, hoy saqueada y violada.
Para esto ya han vendido a Colombia aviones y armamentos sofisticados sin que los colombianos lo aprueben o lo sepan. ¡ Vaya democracia !
Para defender esa democracia es que viene la SIP a Venezuela porque ademas de armas se necesita mucha lengua, larga, larga , laaarga.
Cinco años después Estados Unidos es menos segura, el mundo es menos seguro, gracias a las desquiciadas medidas guerreristas aplicada por un sicópata instalado en la Casa Blanca.
Por todo esto, la guerra llevará a Estados Unidos a la peor crisis económica de la mano de un solo muerto: el hijo de las 4,000 madres que lo han perdido allende el mar.
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