Cuando recorremos la Historia de Nuestra América, no podemos dejar de mencionar la rebelión de los esclavos, víctimas de la crueldad de los blancos españoles y criollos, que no tienen comparación en depredación y miseria, en estás tierras.
Debemos entender que las rebeliones de estos seres humanos arrancados de sus tierras y cazados como animales fueron múltiples y duraron muchos años.
Comenzarían la insurgencia de Miguel en 1552 y terminarían con las de José Leonardo Chirinos, para no mencionar la Guerra Social de 1813 y 1814.
Un promedio de 243 años de duros enfrentamientos contra los que se hacían llamar sus dueños .
El tráfico de esclavos significó un gran negocio para traficantes, latifundistas y comerciantes.
Estadísticas hablan de un promedio de 13 millones de personas que fueron condenados a la esclavitud, solo por el color de su piel.
Arrancados de sus hogares y de sus familiares en África para ser transportados en barcos hacia América, en dónde la mayoría moría.
Sentí como un deber escribir sobre los que sufrieron nuestros hermanos, que con un grito valiente de rebelión se enfrentaron al poder del imperio español, que los trataba de una manera tan salvaje, en un comercio que se llamo esclavitud.
Desde cuándo invadieron los españoles la América Nuestra, buscando sustitución para la mano de obra esclava de los indígenas, que se encontraban diezmados por la crueldad hispana y las epidemias, comenzaron a importar esclavos africanos .
Nos referiremos a la rebelión de Miguel de Buria, que fue un americano que había nacido en Puerto Rico.
Trabajo como esclavo para Pedro del Barrio, hijo de Damián del Barrio, quien había descubierto una veta de oro en las márgenes del Río Buria y fundó el Real de Minas, en San Felipe de Buria, en el actual estado Yaracuy.
Fue descrito por el Padre Aguado como " resabiado y bellaco", para justificar su rebeldía al mal trato que recibía.
Miguel no pudo aguantar más la crueldad del mayoral de las minas y en diciembre de 1552, huyó a las montañas de Sorte en Yaracuy.
Anteriormente Miguel había sido traído de la isla La Española a mediados del siglo XVI.
Desde las montañas este bravo guerrero preparó una insurrección contra los españoles, pero fue denunciado por uno de los suyos.
Miguel cuenta con el apoyo de su mujer de nombre Guiomar y logró con 20 de sus compañeros atacar el Real de Minas y dar muerte al capataz y a varios españoles que lo habían tratado con crueldad.
Se salvó el Alcalde Diego Hernández de Serpa que huyó a Nueva Segovia, la actual Barquisimeto.
Miguel con su gente construyó un pequeño poblado a orillas de río San Pedro, que llamó Curdubare.
Se alió a los bravos Jirajaras para oponerse a los españoles, fabricando lanzas y con las espadas que había robado a los españoles , armó a sus huestes.
Cuenta la leyenda que el negro Miguel era conocedor de algunos secretos de magia africana y traería estás creencias que mezclaron con las creencias de nuestros indígenas, siendo su esposa Güimar la primera espiritista de estás tierras en el culto a la Diosa , que adoraban los indígenas en la montaña.
Se dice que Güimar fue una mujer bondadosa, que se dedico a atender al grupo que lideraba su esposo.
Miguel atacó Nueva Segovia, pero fueron rechazados por los españoles.
Los habitantes de Nueva Segovia pidieron ayuda al Tocuyo, en dónde organizaron una expedición comandada por Diego García de Paredes y Diego de Lozada.
Según el testimonio del Capitán Diego de Ortega, Miguel fue muerto por Paredes.
Según la historia narrada por los vencedores, Miguel se había coronado rey, Güimar reina , su hijo príncipe heredero y nombró a uno de sus camaradas obispo.
Pero está rebelión exterminada por los españoles no pudo acallar la rebelión de otros esclavos, que por más de dos centurias se levantaron en contra de la crueldad de los blancos.
Cuenta la leyenda que Miguel se refugio en una montaña de nombre Curduvare, dónde se encontró con María Lionza y pasó a formar parte de su Corte , en la montaña de Sorte.
Se narra igualmente que vivió en una cueva en la localidad de Quebrada Honda, estado Lara, dónde se metió con tres mulas cargadas de oro, producto del saqueo en las Minas de Buria y no se volvió a ver.
Miguel de Buria encarna el grito de rebeldía de nuestra Afrovenezolanidad , de la cual nos sentimos orgullosos de su valentía combatiendo la crueldad del invasor.