El intento de robo de oro más importante del siglo XXI

Pasadas unas décadas si algún curioso quisiera conocer sobre el intento de robo del oro a Venezuela por los ingleses de principio del siglo XXI, necesariamente tendrá que volver al siglo XVI.

Fue por esta época cuando surgieron los piratas especializados en el robo marítimo y en el saqueo de ciudades y puertos que disponían de licencias expedidas por el rey, los llamados corsarios. Estas licencias eran conocidas como “patentes de corso” y se popularizaron a partir del reinado de Enrique VIII y la reina Isabel I tendría gran prestigio como “empresaria marítima” otorgando licencias a cambio de parte del botín conseguido.

El intento de robo del oro a Venezuela ahora tiene poco que ver con travesías marítimas y la forma como súbditos ingleses, licenciados por sus monarcas, abordaban embarcaciones, las saqueaban y robaban para luego compartían el botín con la corona. Pero tiene mucho que ver cómo las potencias imperiales, al día de hoy, sigue apropiándose y saqueando las riquezas ajenas como desde hace más de cinco siglos atrás.

Cuando los tesoros ya no deben hacer largas y riesgosas travesías marinas, como en el siglo XVI, porque permanecen en formas de lingotes depositados en “bóvedas” bancarias, supuestamente seguras, se han inventado nuevas formas de apropiarse de estas riquezas. Veamos, el caso siguiente.

El Banco de Inglaterra fundado como una institución privada en 1694 y nacionalizado en 1946, después de la segunda guerra mundial, es el medio a través del cual intenta ejecutarse el robo de 31 toneladas de oro a Venezuela. Este oro permaneció en resguardo en esta “prestigiosa” entidad, sin novedades aparentes, hasta que en el 2019 comenzó el proceso que al día de hoy podría considerarse el intento de robo de oro más grande que haya ocurrido en la historia de la humanidad.

No fueron requeridos camiones blindados, ni hombres armados, ni sistemas de inteligencia artificial sofisticados, de esos que vemos en las películas, para vulnerar las infranqueables bóvedas del banco de Inglaterra y sustraer las 31 toneladas de oro venezolano. Nada de esto ha hecho falta. Simples argucias legales han servido para que el Banco que mantiene más de 5.000 toneladas de oro en sus bóvedas y al que más de 30 países le han confiado sus reservas en oro, intente robarle a Venezuela las 31 toneladas de oro que desde 2008 mantiene en custodia.

Simplemente con argumentar que no reconocen al gobierno legítimo que gobierna en Venezuela y a las autoridades del Banco Central de Venezuela (BCV) designadas es suficiente razón para negarse a entregar el tesoro que pertenece a la República Bolivariana de Venezuela. No les ha importado que el gobierno venezolano haya planteado estar dispuesto a recibir los más de 1.000 millones de dólares, equivalentes a las 31 toneladas de oro, a través de la ONU, para atender las terribles secuelas de la pandemia, por covid-19.

Bastó que se sumarán a la farsa de un diputado quien en 2019, atendiendo los mandatos imperiales de los EE UU, se autoproclamó “presidente interino” para que los piratas ingleses que regentan el Banco argumentaran que no podían entregar el oro a Venezuela porque no reconocen a Nicolás Maduro, único presidente constitucional y legítimo del país.

Ya en el 2021, cuando la abrumadora mayoría de países integrados en la ONU se desmarcaron de la patraña imperial del 2019 y reconocen la autoridad legítima y constitucional del Presidente Maduro y su gobierno, aún los ingleses persisten en su tozudez de negar entregar el oro que pertenece a Venezuela. El representante de Venezuela en la ONU, Samuel Moncada publicó la siguiente reseña en twitter “En 2019 el esclavo colonial (Juan Guaidó) creado por EE UU para saquear a Venezuela tuvo el apoyo de 60 países. Hoy (2021) en la Asamblea General de la ONU solo 16 de 193 países se negaron a reconocer al Presidente Maduro, es la victoria del derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos”.

A pesar de la decisión mayoritaria de la Asamblea de la ONU, la Corte Suprema de Reino Unido falló a favor del “esclavo imperial” (Guaidó) admitiendo que éste es el presidente interino del país reconocido por la Corona inglesa.

Es decir, se mantienen las patrañas que desde 2019, incluso antes, se urdieron contra Venezuela, para asfixiar mediante sanciones, bloqueos y robo de patrimonio en el exterior de la nación, con el fin expreso de imponer un cambio de gobierno.

Estos imperios que suman siglos saqueando las riquezas de otros, serán derrotados por los pueblos que se niegan a ser siendo sometidos y aplastados por estos imperios que amenazan la paz y la seguridad de los pueblos libres e independientes.



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Carlos Luna Arvelo


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