La soga del terror, Aznar y Condoleezza

No mencionaremos el nombre ni la casa de quien actualmente tiene el mecate agarrado por el cabo, pues no se debe nombrar la soga en la casa del ahorcable. Ni siquiera desde la distancia que nos separa de la morada provisional del condenable, a quien se le revertirá el tiro por la culata del lazo corredizo. Así es que, adivinen ustedes lectoras y lectores, dónde se encuentra esa casa, y deducirán quién es el inquilino. No será difícil verle la « manzana de Adán » y calcularle la talla.

Ahora bien, ¿por qué una inanimada cabuya puede ser terrorista? Sin mucho detalle, la explicación la obtuvimos de los crímenes televisados contra Hussein y sus colaboradores allá en el Irak y su pueblo invadidos. Claro que una de esas cabuyas no sería terrorista, si quien la agarra por el cabo no aterrorizará primero para atemorizar la mente y el cuerpo, de manera de dejar el cuello en indefensión. A lo que se agrega el hecho de que los verdugos en decadencia pretenden enarbolar el lazo para que sirva de amenaza a la rebelión contra el verdadero terrorismo que los imperios les aplican a los pueblos. Imperios que se erigen en guapetones, validos del « poder » que dan la pólvora y el gatillo. No se dan cuenta (la soberbia obnubila) que el lazo corredizo de la cabuya, cual cobra erecta en el desierto arábigo, se devolverá contra el cuello del intruso, y antes que el lazo rebote, la corbata se le convertirá en uno de esos ofidios.

En cuanto al españolito José Aznar, heredero empresarial de los antiguos consorcios astilleros y de los cabotajes, no podemos decir menos como no sea que sigue siendo el terrorista de la insidia, ahora agazapado y con la mirilla por mampuesto. La soberbia en público se la guardó en el bolsillo posterior y le dejó una copia a su incondicional Rajoy, con la encomienda de no cesar en el enfrentamiento contra la política internacional del presidente Zapatero.

Al descendiente de Eduardo Aznar Coste se le fueron los tapones cuando quiso aprovechar, para su reelección, la desgracia de los españoles y muchos visitantes de la península, después del trágico acto terrorista contra un ferrocarril el 11-04-2004. Le salió el tiro por la culata. De paso, uno desde acá se pregunta: ¿Quien provocó ese accidente terrorífico, si nadie más tenía motivos para acaparar el descontento?

Ahora el resentido y prejuiciado contra los mismos españoles, desde su bunker y con la mirilla puesta en la oreja del hablachento Rajoy, continúa en la servidumbre de los intrigantes contra los revolucionarios de este continente suramericano. Cree, el enano mental, que ya se nos olvidó el atentado terrorista en las embajadas de Colombia y España acá en Venezuela; actos en los que no se llegó a la autoría intelectual, dada la complicidad y el diabólico propósito de los ejecutores. Además de esto último, se seleccionaron las representaciones diplomáticas de dos de los países que, al menos en ese año 2002, no condenaron los actos criminales contra el Gobierno elegido democráticamente acá en Venezuela. Se frotaron las manos de regusto.

Desde acá, con nuestro mayor respeto por el presidente de todos los españoles, un alerta al Gobernante Zapatero. Pues a nuestra humilde manera de ver las cosas, según experiencias, no son descartables el auto atentado con tiros rasantes y otros actos provocados en los que al provocador no le importa la vida ajena. Averigüe, Presidente. Particularmente el último bombazo en el aeropuerto de Barajas el 30-12-2006.

A otra cosa. No será de gran trascendencia el último comportamiento de Condoleezza Rice después que los verdugos asesinaron a otros dos iraquíes en el cadalso. Como es sabido por todo el mundo, a esos dos hombres se les aplicó la pena de muerte con la soga al cuello, en las primeras horas de la madrugada del 13-01-2007. Fue tan cruel y brutal el acto que a uno de ellos se le desprendió la cabeza, pero se le « respetaron todos los derechos humanos », según la Condoleezza, cuando dijo el mismo sábado que ella, como su gobierno, estaban satisfechos por cuanto « se cumplió la sentencia sin que se hubieran atropellado los derechos humanos de los ajusticiados ».

Te la comiste con todo y rabo, Condoleezza. Si no fuera porque se ofendería la consorte de Clinton, desde ahora mismo te nombraríamos Bárbara. Pero, de todas maneras, desde acá te recomendamos un mea culpa en la Santa Iglesia de Martín Luther King, quien fue asesinado por los mismos que se escudan en el paraban de la Casa Blanca y que desde allí mueven los hilos de los títeres. Y a pesar que la Condoleezza que fue secretaria está contaminada de azufre, sacúdase el polvo Mi Negra, antes que Negroponte la empantane y la reemplace, como es el propósito velado de su inmediato superior para enviarla de nuevo al antiguo barco petrolero que lleva su nombre.

pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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