¿De qué nos quejamos?

Somos el mejor país del mundo, aunque estemos por el suelo, pero por debajo hay muchos quietos lagos de petróleo. Tenemos además, dos presidentes y, un imperio que nos resguarda de todos nuestros males que, ningún país del mundo goza de esa acción fructífera y nada desmedida de los gringos que, nos mantiene en la órbita de Venezuela libre para los americanos y, lo más insólito, pero, por nuestro bien, es de suponer, que uno de los presidentes, por nuestra solidez política además, de autoproclamado es presidente de la AN y, allí con toda la cordura de su ingenio, aprueba y desaprueba, lo que al país le conviene y, lo que no debe hacer el otro presidente que, según opinión meditabunda progresista de Heinz Dieterich, sustenta firmemente que, el otro presidente está colgando de lo que a futuro decida un "acuerdo entre Washington y el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino" que, a nuestro entender será el nuevo Judas venezolano como "chavista vende patria" por dólares que podrá contar como los cuenta Guaidó soñando.

Y, desde ningún punto de vista, así no se puede gobernar, al tener que vivir pendiente que su juicio final anda por el aire como el presidente constitucional que no es de ellos, que no tiene de que afincarse, desde que Trump lo declaró tirano impostor por tener en sufrimiento desvelado al pueblo venezolano, por no hacerle caso a él que, así no se obliga a ninguna nación a sufrir, razón que favorece al otro con las dos presidencias que posee como jefe legislativo y del ejecutivo de sustituto improvisado, apoyado como está: duerme tranquilo, no se babea, no ofende, llama a golpe, reparte ejemplos de equidad, quiere a Venezuela libre, y se pasea libremente por el Territorio Nacional, donde su presencia y su verbo como orador flamígero lo exija, que calme la ansiedad de poder de la oposición y extienda su mandato a las órdenes de un pueblo prisionero, por no acatar las humanitarias actividades que salen desde la Casa Blanca a su favor que, como un río de soluciones nos llevaran a la felicidad sin límites de nada de que quejarse, con la bandera de la libertad ondeando por el mundo, que hoy día no tiene como chavista-madurista, en que los compatriotas del trasatlántico de Guaidó tienen mejor futuro cuando, el otro depende de Cuba y, él tiene la fuerza del mando del Comando Sur que, cuando lo decida Trump, acá los tendremos por Guaidó a través de Vecchio.

Pero, no todo está perdido, si tenemos por delante dos potencias que están a favor del presidente Maduro como, son Rusia y China, por lo que Dieterich afanosamente nos dice: "Sin duda. La política responde a intereses, y no a personas. Los intereses que están en juego tanto por parte de Trump como de Rusia y de China, y en menor medida Cuba, son tan grandes, que van a sacrificar a Maduro, es lógico. Van a llegar a un acuerdo en el que Washington podría respetar las inversiones de Rusia y China a cambio de que Maduro se vaya, y se puedan convocar nuevas elecciones. Lo ideal sería que fuera bajo la supervisión de la ONU; hay que ver si esto es posible". Claro, todo es posible por el interés de la ONU y, no de las personas, tiene su lógica, es mas, las personas no deberían contar, ni existir en el mundo capitalista, sino sus interéses que es lo que mueven en lograr sus interéses, por eso al pueblo no se puede consultar y, a Guaidó y Maduro al carajo a joder sus ratos, sino tienen interéses y, quiénes mandan, nada más que Washington, Rusia y China y, los venezolanos no existen por no tener interéses, quién dijo, si nosotros somos fantasmas y, Dieterich un ghostwriter, a no ser que ese día amaneció mal, soltando gases sofritos de una indigestión de amargura sutil proimperialista.

Quejarse no tiene remedio y ni bien que lo resista cuando, esta de por medio los Estados Unidos con su tráfico de interéses que ni Cuba se salva a, no ser que Rusia y China muevan sus interéses por el bien de Trump.

Lo que no sabemos, es qué, papel juega la Unión Europea dentro de los interéses de Washington, Rusia y China en Venezuela que afanosamente se les ve de comisión en comisión y hasta vendrá una comisión al país, posiblemente por unas elecciones libres donde a juro el chavismo tiene que perder y, como dice H.D, sea la ONU quien la liderice sin objeción, para que no nos quejemos, ni ellos tampoco, aunque la Unión Europea en el ajedrez mundial -como lo dice, Dieterich- no juega ningún papel, ni proactivo, ni protagónico, ni decisivo. A lo mejor, el de la gallinita ciega, que le encaja de lo mejor si nos atenemos a Dieterich, a no ser que todavía sigan pensando en pajaritos preñados y tengan sus tres carabelas listas a zarpar sin la guía ni de Trump, ni de Putin, ni de Xi Jinping.

Mientras, como anda de boca en boca en voz presente, razón de muchos: ni con Guaidó, ni con Maduro, que pudiera ser, con Trump quieren otra tipo de libertad para Venezuela y, así nadie se quejará.



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Esteban Rojas


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