Chávez-Maduro, González-Zapatero, y el emperador armado pero “desnudo”: Donald Tramp (1)

 
"Pido el apoyo de la clase obrera y de todo el pueblo
 para que no dejemos que esto continúe. El que no pueda
 cumplir con las obligaciones de la Revolución,
 que lo diga y se vaya"
(Marcha antiimperialista en Caracas el día 20 de septiembre)
 
Nicolás Maduro
 
 
   Como todo el mundo sabe, Chávez es el padre político de Maduro de la misma forma –pero en un orden de importancia mucho menor-, que Felipe González es el padre político de Rodríguez Zapatero.
 
El sistema político y económico
 
   Los dos primeros –los líderes venezolanos-, representan la democracia representativa, directa e igualitaria, y la democracia participativa y protagónica. Los segundos –los políticos profesionales españoles, González y Zapatero-, la democracia representativa de voto fuertemente desigual y el sistema político del bipartidismo cerrado, permanente y “permanentemente corrupto”.
 
   Los venezolanos se identifican, a su vez, con la fidelidad a su pueblo y a los pueblos de América Latina; y el cambio del sistema constitucional neocolonial, dependiente y oligárquico, para asegurar la democracia participativa y protagónica. Los segundos responden a la fidelidad con las élites, la estabilidad constitucional, las leyes de excepción y el estado policial (hacia las que caminan, ahora -en “alianza constructiva con el Partido Popular y con Ciudadanos-, inexorablemente, en Cataluña), el neoliberalismo salvaje, la prioridad del pago de la deuda sobre las necesidades de los ciudadanos. 
 
   Toda una política enfrentada, necesariamente, a la política distributiva e igualitaria de Chaves.
 
   La política de Chávez y de su sucesor Maduro (designado por Chávez y elegido como presidente por el pueblo en elecciones libres), supuso, y supone, la búsqueda y la profundización de la enorme huella histórica rebelde y antiimperialista de su pueblo y de América Latina. 
 
   Como dice Guillermo Cieza en Resumen Latinoamericano:
 
   “El antecedente independentista nos proporciona una clave para tratar  de entender el chavismo, un movimiento político que como bien dice Reinaldo Iturriza, nació del encuentro de una gran rebelión popular, el Caracazo, y una vanguardia al principio militar, y después cívico-militar liderada por Chávez” (…) “El Caracazo fue una gigantesca rebelión popular contra el ajuste neoliberal, que puso en crisis a la política burguesa de la IV Republica y deslegitimó a los partidos que habían venido  gobernando desde hacía décadas.  Pero también pareció un hecho que ingresaría en la historia  solamente por el recuerdo de su saldo trágico de 3000 muertos.
 
   (…)Podría decirse entonces que un pueblo en rebeldía sin liderazgo político y un grupo de militares  con objetivos patrióticos y justicieros pero sin pueblo; los protagonistas de dos grandes batallas que, aún siendo derrotadas, impactaron la vida política del país empezaron a encontrarse, a vincularse y a influenciarse mutuamente. (…)Los chavistas no vacilan en identificar como primer momento de identificación(sic), el escaso tiempo que le permitieron a Chávez hablar al país por televisión para hacerse cargo de su derrota “por ahora” de la rebelión del 4 de febrero de 1992.  Pero esa primera simpatía o adhesión, se empezó a convertir en encuentro, en las recorridas por todo el país que empezó a realizar Chávez al salir de la cárcel”.
   
   En el sentido más político e institucional el proceso comenzó con la elección presidencial que ganó Chávez, con un inmediato desacato constitucional en el momento de la toma de posesión como presidente y con la aprobación  de la convocatoria de un Referéndum para la convocatoria de Elecciones Constituyentes.
 
   La Constitución estableció un modelo avanzado de democracia protagónica y participativa. Después del cambio constitucional realizado, Chaves dimitió, ante el poder constituyente, de su cargo de Presidente de la República y lo mismo hicieron, por acatamiento a la nueva Constitución Bolivariana, los antiguos poderes constituidos. Se reeligieron los nuevos poderes constitucionales Ejecutivo, Legislativo y Judicial y se eligieron los nuevos poderes creados en la Constitución Bolivariana. 
 
   Chávez sometió su presidencia a una nueva votación y volvió a resultar vencedor.
 
   Utilizó entonces las leyes habilitantes que le permitía la Constitución para realizar una profunda reforma agraria de los latifundios -4 millones de hectáreas-, y para anunciar la próxima recuperación de la renta petrolera en manos de compañías transnacionales y de la oligarquía nacional. Las compañías se repartían el bocado del león y la oligarquía petrolera las “migajas” que correspondían a Venezuela en conformidad con los contratos petroleros firmados por la III República. 
 
   La nacionalización de PDVSA, contra la mafia petrolera que permitía el expolio de las compañías trasnacionales, fue el momento de la ruptura, que se confirmó con el golpe triunfante del 11 de abril. Tres días después, el pueblo que todavía no había mejorado visiblemente sus condiciones de vida pero que se había identificado con el Presidente Chaves, con su programa y con su valor, bajó de los cerros y liberó a su líder encarcelado. Apoyaron al pueblo algunas unidades militares.
 
  A partir de entonces, derrotado provisionalmente el golpismo militar que se había unido al golpe de Carmona y a las guarimbas y asaltos de Leopoldo López y de Henrique Capriles, el golpismo derivó hacia la desestabilización continua de los militares de la Plaza de Altamira, y a la huelga general, alimentaria y petrolera de PDVSA. Chaves aguantó porque aguantó su pueblo.
 
Militarotes intentan le estrategia del “golpe continuo” en la Plaza de Altamira”
 
   En todo este proceso el apoyo mediático al proceso de desestabilización fue continuo. Se trató siempre y así fue denominado por los propios medios “golpe mediático-militar”  
 
González y Zapatero
 
   González y su pupilo, Zapatero, han incurrido en delitos de lesa humanidad. 
   El primero al asociarse y participar en la algarada previa al golpe del 11 de abril del 2002, que fue prevista y ejecutada según una precisa orden de operaciones mediático-militar. 
 
   González y sus medios instrumentales: El País, Prisa, la agencia EFE, unidos a su calidad de Presidente del Gobierno, le posibilitaron asociarse en el nivel político, diplomático, y mediático a la gran guarimba que asaltó Miraflores el día 11 de abril del 2002. La guarimba armada que desvió una manifestación hacia el Palacio Presidencial fue  culminada por un golpe militar que anticiparon incluso en sus detalles y argumentos los grandes medios de comunicación privados. 
 
Cena de estrategas españoles decidiendo, presumiblemente, el futuro de Venezuela
 
   González se convirtió en el gran líder occidental con influencia directa en América Latina que utilizaba su gran poder mediático (Prisa, El País y la Agencia EFE) y diplomático (subordinados ambos a los correspondientes de los Estados Unidos), para transmitir y realizar el apoyo de Washington a los sectores oligárquicos y dependientes de América Latina.
 
   El asalto al Palacio Presidencial fue apoyado por los grandes medios de comunicación,  fundamentalmente las grandes cadenas de televisión. Gracias a ellas los militares golpistas no solo realizaron y ejecutaron el golpe sino que “anticiparon” los detalles del mismo.
 
Capriles animando las Guarimbas armadas y pidiendo la intervención de los EEUU 
 
   Después del golpe, pero antes de la reacción popular contra el mismo, los medios de desinformación y el propio golpismo militar falsearon los tres principales argumentos para la entronización de Carmona Estanga, presidente de Fedecámaras como nuevo Presidente de Venezuela: primera, los “desarrapados”, partidarios de Chaves, habían disparado desde Puente LLaguno contra la multitud desarmada que se dirigía a Miraflores;  segundo la “dimisión voluntaria” del propio Chaves; tercero el del “vacío de poder” consiguiente a la renuncia de Chávez. Todos ellos justifican o constitucionalizan y legitiman el propio golpe.
 
Capriles animando la huelga petrolera en PDVSA y alimentaria en los principales monopolios
 
   La intervención del presidente español colabora directamente en el “golpe mediático” y en el “golpe diplomático” y también en la aparición de las condiciones para la aparición de una verdadera guerra civil en Venezuela. 
 
   El proceso hacia el golpe de estado de la extrema derecha venezolana continuaría con las presiones militares en la Plaza de Altamira, el intento de realizar una huelga general, fundamentalmente dirigida al sector alimentario, y la realización de una huelga y un bloqueo petrolero desde la empresa PDVSA. 
 
   Todos ellos fueron apoyados por Felipe González y el Partido Socialista.
 

viejomarinero86@gmail.co

 


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Antonio Maira


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