Clinton y Trump reflejan un imperio en total decadencia

Todo imperio llega a su fin, así ocurrió con el bizantino, el romano, el inglés y el español; y así pasará con el estadounidense que comenzó a finales del siglo XVIII para sucumbir en el presente siglo de forma irremediable. Veamos cómo surgió y porqué fenecerá:

El liberalismo clásico del inglés John Locke y la doctrina capitalista del escoses Adam Smith se conjugaron en el texto de la Constitución de EEUU elaborada en 1787; donde se estableció un contrato social por influencia de la ilustración europea, con una sociedad civil consagrada "a asegurar para nosotros mismos y para nuestros descendientes los beneficios de la libertad" (preámbulo). ¿Pero quiénes eran "nosotros"? Eufemísticamente dicho preámbulo comienza con: "Nosotros, el pueblo de Estado Unidos,….."; pero en realidad se refería a la clase alta machista que resultó favorecida por quienes la redactaron; entre ellos, los latifundistas y esclavistas James Madison, Thomas Jefferson y George Washington, y el banquero Alexander Hamilton. ("La otra historia de EEUU de Howard Zinn"; pág. 66)

Ahí están: la segunda sección del artículo No. 1, señalando: "No será representante (de la Cámara) ninguna persona que no haya cumplido 25 años de edad y sido ciudadano de los Estados Unidos durante siete años"; la tercera: "No será senador ninguna persona que no haya cumplido 30 años de edad y sido ciudadano de los Estados Unidos durante nueve años"; y la primera sección del artículo No. 2: "Solo las personas que sean ciudadanos por nacimiento o que hayan sido ciudadanos de los Estados Unidos al tiempo de adoptarse esta Constitución, serán elegibles para el cargo de Presidente". ¿Pero quiénes eran esos "ciudadanos"?

Era la sociedad dividida en ricos y pobres. En las mismas secciones y en la enmienda XIV de 1868, refieren respectivamente a "personas libres" y "varones", excluyendo mujeres, indígenas y a los esclavos considerados por la Constitución como "3/5 partes de persona"; razón por la cual se ha cometido y se sigue cometiendo tanto maltrato, vejaciones y asesinatos en contra de los afrodescendientes.

Fue en esa misma enmienda de 1868, casi cien años después de crear la Constitución, donde se redefine el concepto de ciudadano: "Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sometidas a su jurisdicción son ciudadanos de los Estados Unidos". Mientras las premisas discriminantes y segregacionistas se mantuvieron igualmente por cien años para ejercer el derecho de los ciudadanos al sufragio; condicionado inicialmente a requerimientos de cada Estado (segunda sección del artículo No. 1) y ampliado en 1870 con la XV enmienda constitucional: "Ningún Estado podrá desconocer o menoscabar tal derecho, por motivo de raza, color o de su condición anterior de esclavos". Y en 1920, la XIX enmienda constitucional: "el derecho de sufragio no podrá ser desconocido ni limitado por razón de sexo".

Otras disposiciones constitucionales son terribles si volvemos atrás. En 1791 la II enmienda establece que "no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas", sufriendo por décadas el pueblo estadounidense los rigores de la violencia asesina y criminal en todos los espacios públicos; sin poder el mismo pueblo re-enmendar la Constitución, debido a los grandes intereses de los fabricantes de armas que se oponen con éxito a tal iniciativa, utilizando el lobby (soborno) parlamentario.

Desde ese mismo año, la V enmienda contempla la pena de muerte: "Nadie estará obligado a responder de un delito castigado con la pena capital o con otra infamante si un gran jurado no lo denuncia o acusa, a excepción de los casos que se presenten en las fuerzas de mar o tierra o en la milicia nacional cuando se encuentre en servicio efectivo en tiempo de guerra o peligro público".

Sobre el régimen comicial, la Constitución de EEUU establece que el presidente es elegido de manera indirecta a través de los colegios electorales de cada Estado, con un número de electores igual al total de senadores y representantes que dicho Estado tenga en el Congreso; excluyendo de ser elector a los funcionarios públicos (primera sección del artículo No. 2). Siendo el presidente quien nombra a los magistrados del Tribunal Supremo (segunda sección del mismo artículo); lo que implica una clara subordinación del poder judicial al poder ejecutivo.

Hoy en día, uno pudiera pensar que después de tantas enmiendas, 17 en total sancionada la última en 1992, EEUU como Estado-Nación, debía cambiar en cuanto a mejorar los derechos políticos, humanos y civiles de los ciudadanos; pues no, si escuchamos a los candidatos presidenciales Hilary Clinton y Donald Trump, nos damos cuenta que los varones siguen vejando a las mujeres y la discriminación continua en contra de los afrodescendientes y latinos; mientras la violencia se hace presente en el discurso de ambos, atacándose en cuestiones de droga, sexo, robo, extorsión, soborno, mentira y chanchullos.

Especialmente el ricachón Trump con su carga misógina, con lo cual cualquier candidato sería rechazado por la sociedad entera; pero no es así, EEUU aún preserva la sociedad machista muy sumisa a la clase rica.

Pero veamos algunos detalles de cada uno de estos personajes. Por un lado, Clinton recibiendo el apoyo financiero del Citigroup, JPMorganChase, Goldman Sachs y Morgan Stanley, en su carrera política; así como donaciones de contratistas militares y las pretensiones comerciales expansivas de la industria militar a cambio de su apoyo en el Congreso. Recordemos la injerencia militar de EEUU en Irak y Libia; siendo en este último país, brutalmente asesinado Muammar Al-Qaddafi, para después declarar Clinton muy reída: "Vinimos, vimos y él murió" (We came, we saw, he died).

Por su parte Trump nos recuerda insistentemente que EEUU es el ápice del mundo capitalista, un "país-negocio"; donde toda actividad emprendida por cualquier estadounidense, busca siempre obtener el mayor interés o beneficio propio. Conducta heredada por el ya nombrado Thomas Jefferson; quien proclamaba con suma vehemencia, la igualdad entre los hombres, siendo un cruel racista abusador de esclavos, entre ellos, la joven Sally Hemings, con quien tuvo varios hijos; mientras siendo presidente en 1802, compró con dinero del Estado, a Luisiana (1/3 de EEUU y parte de Canadá) por 15 millones de dólares. Negocio considerado todavía por los gringos, como "el más rentable de la historia en los dos últimos siglos". Otros presidentes de EEUU continuaron la heredada práctica comercial, comprando en 1848 la mitad del territorio mejicano para conformar el estado de Nuevo México y Alaska a los rusos en 1867.

Clinton y Trump predican la misma ética, ambos dirigiendo el mayor de sus esfuerzos en hacer "buenos negocios"; sin ningún remordimiento de conciencia para explotar el trabajo ajeno, vulnerar el patrimonio de otros, cometer arbitrariedades e injusticias, y desequilibrar el ambiente. Por ejemplo, Clinton haciendo negocios millonarios en el 2010 con la empresa transgénica Montsanto para facilitar el despojo de tierras a campesinos e indígenas en 59 países visitados por Clinton; sembrando millones de hectáreas con cultivos genéticamente modificados. Y Trump negociando en la década de los 80 la construcción de numerosos edificios con el Club del Cemento, un cártel de contratistas mafiosos que controlaba sindicatos cementeros, Entre tales edificios estuvo el rascacielos Trump Tower en Nueva York.

Es la ética gringa del negocio miserable, con normas morales que siempre han regido la conducta de los capitalistas estadounidenses desde inicios de la independencia y la Constitución; y que quieren ahora imponer en el mundo, ahora supuestamente globalizado. Pero muy en contrario, lo que se observa es una total decadencia del imperio; con esa ética que carcome día a día los cimientos de la doctrina liberal y capitalista de Locke y Smith, fundadores ideológicos del imperialismo estadounidense.



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Sergio García Ponce

Ex-vicerrector de Desarrollo Territorial de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).

 sagarciap@yahoo.es

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