No le hagamos el juego a los oscuros intereses de la CIA

He leído con detenimiento el artículo “Chávez aplica el Método Mao para controlar todo el poder”, escrito por el periodista venezolano Oscar Yánez en la Revista Zeta de Rafael Poleo, publicado el lunes 13 de abril pasado en la página de www.soberania.org. En este artículo se refieren al libro escrito por el tránsfuga político Eudocio Ravines, traidor de amigos, de partidos y de ideas y que fue financiado por la CIA, organismo que ha reclutado y financiado a intelectuales del “mundo libre” para su programa de control ideológico en su etapa de guerra fría cultural. La CIA ha elevado el embuste a la categoría de ideario filosófico, ha acuñado la doctrina de “la mentira necesaria”, ha puesto los dólares y aportado la retórica sobre “libertad” y “cultura”.

Este libro que resulta por demás ridículo e irrisorio narra supuestos acuerdos y declaratorias de algunos dirigentes comunistas y latino americanos reunidos en Moscú a fines de 1934. El libro busca, de acuerdo a las estrategias de la CIA, amplias masas de lectores, de los menos preparados, entre los que nunca, antes, habían leído, fabricándoles obras a su medida. El lenguaje de Ravines es el que usan los anarquistas para pasar por alto la coyuntura internacional y defender así, disimuladamente, los intereses de una cúpula fascista de USA, esa que representa intereses trasnacionales a los que el mismo pueblo americano se opone hoy. Para ellos, la existencia y la resistencia de los pueblos a sus políticas imperiales son un mal ejemplo para los regimenes “puppets” de su patio trasero.

Ahora, ¿quien es Ravines?, es un periodista peruano, astuto y solapado. Al amparo de la CIA y a la sombra del árbol de los dólares del Tío Sam, traicionó muchas veces la lucha de los trabajadores de América Latina. Primero como miembro del Buró Latinoamericano del KOMINTERN, que funcionaba en Buenos Aires. Luego a su propio partido, el Partido Comunista Peruano del cual fue Secretario General una vez muerto su fundador José Carlos Mariátegui, del cual fue expulsado y denunciado como traidor en 1942, junto a la Fracción Browderista (de 'Browder', nombre del comunista norteamericano traidor a las ideas del internacionalismo proletario) grupo que capitaneaba en favor de los intereses norteamericanos, para quienes trabajaba como agente infiltrado. Con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, perteneció al KOMINTERN, del cual fue miembro del Buró Latinoamericano fundado en Buenos Aires a fines de los años veinte, adonde llegó a colocarse por medio de engaños y argucias pseudo
revolucionarias. Después de recorrer extensamente las sedes de los partidos comunistas latinoamericanos y de ser expulsado del movimiento internacionalista peruano, desaparece de la escena política por algunos años. Se le encuentra nuevamente en México, en 1952; en el Perú, en 1964 y en Chile 1970, ahora trabajando para la CIA. Escribió por encargo del Departamento de Estado en 1952 su libro distribuido en español como “La Gran Estafa”. Este libro es reeditado en Chile por la Editorial del Pacífico en 1957 con el objeto de ser utilizado en la campaña presidencial por la Democracia Cristiana y su candidato Eduardo Frei (El Padre), contiene un fuerte y engañoso ataque a las ideas marxistas en América Latina y a sus líderes. El "The New York Times", define a Eudocio Ravines como uno de los agente de la CIA en Chile para el golpe militar, junto a otros, entre los cuales figuran los dirigentes pinochetistas de Patria y Libertad, Pablo (Con H) Rodríguez Grez y Armado Fernández Larios.

El señor Yánez, al servicio de los intereses de la oligarquía, manifiesta una neutralidad engañosa en su artículo y le pone piquete al hacer recomendaciones y advertencias a la oposición escuálida de este país sobre la aplicación de la estrategia del “Camino de Yenan” y a la cual califica de espantosa realidad.

La CIA ha publicado millones de ejemplares tratando de imponer la ideología imperialista. “Los libros son diferentes a todos los demás medios de propaganda -escribió uno de los jefes del Equipo de Acciones Encubiertas de la CIA-, fundamentalmente porque un solo libro puede cambiar de manera significativa las ideas y la actitud del lector hasta un grado que no se puede comparar con el efecto de los demás medios, (por lo que) la publicación de libros es el arma de propaganda estratégica (de largo alcance) más importante”.

Hacer que se publiquen o distribuyan libros en el extranjero sin que aparezca la influencia de los Estados Unidos, subvencionando de forma encubierta a las publicaciones extranjeras o a los libreros ha sido uno de los objetivos de la CIA. Hacer que se publiquen libros que no estén "contaminados" por ninguna vinculación pública con el gobierno de los Estados Unidos, especialmente si la situación del autor es "delicada".

La CIA no ha abandonado su misión y en Venezuela a través de sus organizaciones privadas sin fines de lucro “para promover la democracia” y periodistas como Oscar Yánez y Rafael Poleo concientes o inconcientemente siguen siendo manejados por sus intereses, promoviendo la conspiración contra el gobierno de Hugo Chávez.

Como el juego sucio no ha terminado, la historia tiene abierto el final. ¿Cuántos profesionales de la comunicación en Venezuela trabajan para la CIA?. Algunos lo hacen inconcientemente y son miles, otros están en la nómina y son pocos, a estos últimos hay que desenmascararlos.


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