Estados Unidos: la peor catástrofe es el capitalismo

La señora Bárbara Bush, la mamá de George Bush, declaró a la CNN que a los evacuados amontonados en el estadio Astrodome de Houston, Texas, "les está resultando muy bien" porque "de todas maneras son indigentes".

Por otra parte parte se informó también de una gran alza de las acciones de Halliburton, que espera buenos negocios a partir de la catástrofe. Cabe recordar que es la empresa a la que está asociado el vicepresidente y que es la principal contratista en Irak ocupado.

Las dos noticias constituyen una lección de marxismo. Si alguien no entendía que es una clase dominante privilegiada en su fase más decadente y explotadora, pues lea eso de vuelta.

Pero hay más. "La buena noticia es que de este caos surgirá una fantástica costa" (George Bush, Clarín 3/9). La reflexión surrealista de Bush, muestra hasta que punto perdió hasta la noción de que está ocurriendo una espantosa catástrofe humana y que la gente se está dando cuenta que su gobierno es el principal responsable. Y de que, además, como digno hijo de su señora madre y de su señor padre, le importa un comino la suerte de unos pobres negros del sur. Y, lo que es peor, le importa un comino la suerte del 90% del planeta, siempre que sigan llegando barcos y aviones cargados con todas las riquezas del planeta al Gran Ladrón del Norte.

Evacuar y rezar

Solo se ven pobres y casi todos negros en las fotos de los damnificados. "Evacuar y rezar" fueron los dos consejos de Bush tres días antes de la catástrofe, con el ciclón tomando fuerza y avanzando por el Caribe. El gobierno ordenó la evacuación de Nueva Orleans. Pero no implementó ningún servicio gratuito de transportes, ni alojamiento sin costo, para los que se fueran. Por eso se fueron los que tenían auto y nafta, o podían pagarse el pasaje en ómnibus. Los más pobres y desamparados, con casitas más precarias, y sin un dólar para sobrevivir en otro sitio, se quedaron. Solo los rezos eran la "solución" para los pobres...

Llegó el ciclón con fuerza pocas veces vista. "Grado 5", dicen los expertos. Arrasó con todo, y rompió los diques que impiden que Nueva Orleans quede bajo el agua. No hay informes oficiales, pero el periodismo habla de más de 10.000 muertos y un millón de damnificados directos.

"Tiren a matar"

Ya con la ciudad de Nueva Orleans sumergida, Bush seguía de vacaciones. Y cuando por fin, el miércoles 31 abandonó su rancho de Crawford, Texas, hizo un discurso hablando de otra cosa... de la "libertad" de Irak...

Increíblemente en el país más poderoso del planeta, capaz de enviar tropas invasoras al otro lado del mundo, no había ómnibus ni helicópteros suficientes para evacuar a los damnificados. Tres días después de la inundación, el alcalde de Nueva Orleans, hacia un desesperado e indignado discurso por radio: "Dicen que la ayuda está en camino. Acá no llegó nada. Se muere gente por centenares. Me faltan 500 autobuses. Que se requisen todos los jodidos micros del país y me los envíen. Perdón, estoy muy enojado..."(Clarín, 3/9). "Tiene usted idea de donde están todos nuestros helicópteros", le escribió el cineasta Michael Moore una carta abierta a Bush.

Y la verdad se comenzó a hacer evidente para millones de norteamericanos: los helicópteros están en Irak, matando irakíes, al igual que miles de guardias nacionales cuya función principal es precisamente prevenir y socorrer en las catástrofes.

Al cuarto día, cuando por fin llegaron los guardias nacionales, traían la orden de "tirar a matar" contra los saqueadores. En una ciudad bajo el agua, con la gente muriendo ahogada, de hambre, sed y mugre, en vez de llevar comida y agua potable, en vez de evacuar a los damnificados, la principal preocupación del gobierno fue preservar la propiedad privada. Para eso "tirar a matar"... Que eso no era una metáfora, lo comprueba el hecho de que efectivamente han asesinado a varios supuestos "saqueadores". Una pareja de turistas españoles contaron, espantados, a El País, su sorpresa y miedo cuando después de varios días de desastre, en vez de llegar ambulancias, médicos y carros de bomberos, llegaban tanques llenos de soldados armados hasta los dientes que apuntaban a todo el mundo. "Era como una guerra", dijeron.

Ahí cerquita está Cuba, que también sufre los espantosos huracanes del Caribe. Y hace solo un año debió evacuar a dos millones de personas, un 20% de su población, sin que hubiera un solo muerto. Y, por supuesto, con mil veces menos medios materiales, que los que cuenta el Gran Ladrón del Norte.



No hubo plata para los diques

La catástrofe fue prevista hace años por organismos oficiales. La Oficina Federal de Control de Emergencias la previó en el 2000 y el diario "The Houston Chronicle" describió que un huracán en Nueva Orleans sería la peor catástrofe que se podía producir en Estados Unidos en diciembre del 2001. En el 2002, el jefe del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, encargado del refuerzo de los diques, renunció después de criticar los recortes de presupuesto de su dependencia. En junio del 2004, Jefferson Parish, director de Emergencias de Luisiana (el estado más afectado), decía "parece que el dinero destinado a reforzar los diques... se va a dedicar a la seguridad nacional y la guerra de Irak... Nadie en la zona se siente feliz porque no se terminen los diques".

Además de la guerra, el otro motivo es la rebaja de impuestos a los más ricos, apenas el 1% de la población, decidido por Bush.

¿Se acuerdan de Kioto?

Desde hace años se discute internacionalmente las consecuencias del calentamiento global del planeta, producido por la emisión de gases producto de la quema de combustibles derivados del petróleo o carbón.

Este calentamiento terrestre, y en particular de los mares, produce un aumento de los ciclones tropicales y de su potencia. Otros efectos son la desertificación de grandes regiones, derretimiento de glaciares y un posible derretimiento de los hielos antárticos con inundaciones de todas las ciudades costeras.

En la ciudad japonesa de Kyoto se llegó al acuerdo en 1997, firmado por la gran mayoría de los países del mundo, de una reducción gradual de la emisión de gases, cambiando las fuentes de energía. Muchos expertos dicen que este acuerdo es totalmente insuficiente para detener el calentamiento global y que hace falta una reducción mucho mayor.

Pero ni siquiera Kyoto se cumple. Estados Unidos, que es responsable por sí solo del 25% de los gases que emite a nivel mundial, retiró en el 2001 (bajo presidencia de Bush) la firma del Protocolo de Kyoto.

El desastre climático es producto directo del crecimiento irracional del capitalismo que destruye más de lo que produce. Que crea una minoría de super ricos atiborrados de consumo y una mayoría de hambrientos expuestos a las catástrofes naturales y humanas. Solo una revolución socialista a escala mundial, que le quite el poder a la minoría irresponsable de capitalistas que está destruyendo a los seres humanos y al planeta, puede revertir esta catástrofe climática y lograr una economía al servicio de las mayorías y en armonía con la naturaleza.


Indignación



"Nadie se fijaba en la situación de mucha de la gente negra en estos municipios cuando el sol brillaba", afirma Milton D. Tutwiler, alcalde, negro, de Winstonville, Misisipí. "Por tanto", prosigue, "¿estoy sorprendido de que ahora nadie haya venido a ayudarnos? No" (El País, España).

El popular rapero Kanye West aprovechó un programa de TV en directo a beneficio de las víctimas, transmitido por las principales cadenas, para gritar su indignación: "han dado permiso para que vayan y nos maten... a George Bush no le importa la gente negra", dijo entre otras cosas, antes que atinaran a quitarle el micrófono y la cámara.

Pero las críticas vienen también de los principales diarios y congresistas, incluso republicanos, que temen un estallido de la indignación popular. A la bronca por el huracán se une la bronca por la guerra. La situación está derivando en una crisis política de impredecibles consecuencias.

Lo que quedó al desnudo es el fracaso del capitalismo para asegurar una existencia decente a millones de personas, incluso en el país más poderoso de la tierra y al que van los recursos que roba en todo el mundo. El desprecio total por la vida y el sufrimiento de los pobres y más si son negros en Estados Unidos. La mayoría de los damnificados ya estaban desamparados, con sueldos de miseria o sin trabajo, antes del huracán. Esos millones de trabajadores, pobres, negros, aplastados por el capitalismo, de Estados Unidos, son nuestros hermanso. Son los aliados naturales de los trabajadores del resto del mundo, del pueblo irakí, y de todos los pueblos sometidos por el imperialismo como el argentino. Hay un nuevo motivo, ahora, para repudiar la prevista visita del genocida Bush a Argentina en noviembre y repudiar al gobierno de Kirchner que trae a este gonocida..

*Miguel Lamas. El Socialista, Movimiento Socialista de los Trabajadores (Argentina)
mlamas@elsocialista-mst.org



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