Centroamérica con un 70% de su población viviendo en la pobreza, 30% de ellos en la miseria arroja una tasa de homicidios de 44 por cada 100000 habitantes, situación que hace de Centroamérica una presa fácil para el narcotráfico mexicano, colombiano y para los carteles CIA y DEA.

Desde Naciones Unidas hasta ONG calculan que más de 1000 toneladas de cocaína cruzan anualmente Centroamérica por tierra y mar hacia los EEUU y Europa, sin ser detectadas mientras nos entretienen con la guerra de los carteles en México.

La ONG grupo de Apoyo Mutuo de Guatemala, calcula que mas de 2 millones de armas de asalto y ligeras circulan por la región, el 80% de ellas fabricadas en EEUU.

Desde hace 5 años Felipe Calderón, respaldado por EEUU militarizo el plan Mérida similar al plan Colombia, para enfrentar al narcotráfico y, supuestamente, al narcoterrorismo convirtiendo a Centroamérica en la zona mas violenta del mundo “un tercio de los homicidios ocurridos en América ocurrió ahí” dice la oficina de la ONU contra las drogas y el delito.

Ese incremento coincide con el combate al narcotráfico en México en los últimos 5 años y no solo por el efecto balón que comienza a rodar hacia Centroamérica por la guerra contra los carteles en las ciudades mexicanas, lo mismo sucedió en Colombia, desplazando la guerra a México, ante la fuerte parada que hicieron los presidentes Chávez y Correa a Uribe, se rompió relaciones diplomáticas en esos tiempos entre esos países; dos vecinos estratégicos para la mascarada de Washington, lucha contra el narcotráfico, este requería de un escenario de guerra en la región para regar las drogas utilizada como arma que incrementa la violencia y desata protestas políticas para desgastar a los gobiernos.

El títere utilizado fue Calderón, el lucharía contra la droga y antes de irse regaría por toda la región su fracaso, EEUU proporciona recursos económicos, materiales y entrenamiento a tropas especiales mediante acuerdos con cada país para no perder la poca influencia política que le queda en la región.

Dos meses atrás en Yucatán, Felipe Calderón se reunió con los presidentes centroamericanos, firmaron convenios para enfrentar el narcotráfico, además, solicitaron a Washington “regular el consumo de drogas y frenar el traslado de armas hacia grupos del crimen organizado en Centroamérica”.

Inmediatamente después de esta cumbre se destapo la olla podrida que involucra a los carteles CIA y DEA, estas organizaciones contrataron estadounidenses para que vendan armas a los carteles mexicanos, y funcionarios estadounidenses de estos carteles están involucrados en el lavado de dinero del narcotráfico. Los carteles estadounidenses aducen que en los dos casos “fueron operaciones encubiertas para infiltrar los carteles mexicanos”.

René Jiménez, especialista en violencia social del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México dice, “el incremento de la violencia pone de manifiesto el fracaso de la estrategia para combatir a los carteles”. Opinión compartida desde hace años por todos los pueblos latinos.

No solo equivale a un fracaso anunciado porque es una estrategia diseñada para el fracaso de la política local, busca que los gobiernos centroamericanos y algunos sudamericanos se vean débiles y corruptos, esos gobiernos se venden por unos cuantos millones de dólares como ayuda para combatir el narcotráfico. Esos convenios con Washington son una mascara utilizada para infiltrar FFAA, policía y Cortes de Justicia en cada país.

Muy poco se sabe sobre la cantidad que la CIA y DEA dejan pasar para satisfacer a los cocainómanos estadounidenses y para lavar dinero suficiente para sus operaciones mas aun en época de crisis global; unos hablan de 400 a 800 toneladas de cocaína, pero, por que no podrían ser 1200 toneladas, al final mientras mas dinero exista mejor para la Agencia de Importación de Cocaína (CIA).

Allá por los 80 la CIA abrió nuevas rutas para el narcotráfico triplicando los envíos de cocaína para comprar armas para combatir a las guerrillas de El Salvador y Nicaragua con aprobación de la casa blanca de Ronald Reagan, no se ha sabido que esas rutas ya no se utilicen, hasta el 2000 según la DEA esas rutas seguían abiertas ¿quien las controla ahora?

William Brownfield, ex embajador estadounidense en Caracas, luego embajador en Colombia, hoy, subsecretario de Estado adjunto para la lucha contra el narcotráfico dijo “el 95% de la droga que llega a América del Norte desde América del Sur pasa a través de Centroamérica”.

En manos de Brownfield, esta la guerra que implica el narcotráfico, descomposición social por el incremento de la violencia, infiltración de militares, policías, jueces, políticos, banca e industrias; guerra sucia aumenta la inseguridad por la impunidad de la mayoría de hechos violentos que no son investigados cuando corresponden a las fuerzas del orden influyendo en el fortalecimiento de la seguridad y justicia, es una escala matemática que se multiplica porque el estado no esta en capacidad de aplicar las leyes cuando la corrupción invade las instituciones de un país.

La Agencia de Importación de Cocaína (CIA) permite el paso de armas desde las tiendas situadas en Texas, Arizona, Nevada, California, es la cuota republicana para los gastos de campaña, en este mismo contexto cabe preguntarse ¿Por qué la lucha contra los carteles en México desarticula algunos carteles hasta su extinción y se fortalecen dos los Z y Sinaloa? Porque es mas fácil entenderse con dos que con 8. Lo que pasa ahora en México es, que hay 4 carteles Z, Sinaloa, CIA, DEA, disputándose unos 4 millones de dólares diarios que deja el narcotráfico, esa la pugna que origina la guerra.

Narco cultura de apoco esta reemplazando la música, el teatro, la danza, la creatividad, la arqueología turística e investigativa en el diario vivir de la gente y en los medios de comunicación; la violencia continuara mientras la CIA y DEA interfieran para evitar las alianzas entre carteles y organizaciones criminales que, de acuerdo a la experiencia internacional, suele reducir los niveles de violencia.


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