Guerras moralizadoras

Descifrar, des mistificar, bien se sabe que a la moda están las palabras con la varita mágica intelectual, pero siempre, la política es descifrada en económica mas bien que lo económico en político. El análisis conduce a la pasión política de dominio, siendo una pasión, esta subyacente en la actividad y en las preocupaciones económicas sumisas, principio de realidad de las guerras que Estados Unidos, impone en la cultura mundial.

Doctrina de Seguridad Nacional, fanatismo político que glorifica el combate por el combate, que se debilita rápido, se concibe fácilmente en la casa blanca, en el pentágono, en el Departamento de Estado, donde los hombres y mujeres que las dirigen compulsan sus guerras en cifras, motivo por el que se retiran de Irak, ya ese país produce con las petroleras estadounidenses cerca de los 4000000 de BPPD, militarmente, es una guerra que no tiene fin, es mejor salir antes para que no ocurra lo de Afganistán, derrota militar, en ese país de nada servirá incrementar las tropas más del 75% del territorio afgano es montañoso, los veteranos de combate se necesitan más para Venezuela, ya que con Corea del Norte, se arriesgan a un conflicto nuclear, y con Irán, la militarización del estrecho de Ormus, por donde circula más del 40% del petróleo que consume el mundo. Sin lugar a dudas, la presión diplomática y militar aumentara considerablemente contra Caracas.

La posesión de bienes tentadores por el saqueador, de la mano de la ideología militar imperial, la metafísica militar, choca con su utilitarismo nacional, salvo, si se trata de la industria de armas aceptada por el poder. Burguesía bélica al servicio de la industria y del comercio es funcionalmente pacifista, no solo mucho mas que los militares en tiempos de paz, sino mucho mas que los políticos intelectuales como Obama, que mientras sean algo jóvenes y a medias ociosos no sueñan mas que con las guerras por tanto poder entre manos, misión subversiva para el mundo y su gente por el desprecio de la economía del resto de naciones ubicadas en el sur del planeta, complejo psicológico como pantufleros y como cínicamente sanguinarios.

En el mundo en desarrollo a los responsables económicos no les gusta ponerse en manos de los militares, las dictaduras son una latente lección, pero, en los EEUU, los militares controlan la economía y la democracia mundial a través de los ejércitos, peligrosos no solo para el propio gobierno como para sus enemigos. Su utilitarismo, su sentido de proteger los intereses imperialistas, los lleva al compromiso de dejar una guerra comenzada para el próximo gobierno. Los inquilinos de la casa blanca deben continuar por la moral de la seguridad nacional, honor militar, los obliga a continuar con las guerras hasta el suicidio económico.

La seguridad nacional de EEUU, aprendió, que las sanciones económicas si no están acompañadas de la fuerza militar no sirven, lección aprendida con Carter, acusado por Regan, de debilitar militarmente a la nación, las sanciones económicas se quedan en el regateo de la esfera económica. Lo paradójico, con Venezuela, Irán, Corea del Norte, es que no pueden salir de ese regateo diplomático. Las guerras moralizantes se dan porque pasiones económicas se mesclan con los intereses financieros del capitalismo.

El hombre o mujer estadounidense político, militar o económico, es sádico, loco, orgulloso, esta imbuido por la ideologías militar, vanidoso, gusta del poder de las armas que incrementan la violencia aun en las escuelas y universidades, en toda la nación y, que ningún presidente puede regular sin que le salgan al frente poderosos intereses federales.

Los estadounidenses impulsan la belicosidad con pretextos para justificarse y satisfacerse reactivando las querellas diplomáticas, sin que la diplomacia sea determinante, es una predisposición psicológica a la intransigencia. En otros términos, para que una situación económica deseada provoque la guerra, es necesario que se convierta en un instrumento moralista de su cultura, racismo, xenofobia.

Guerras moralizadoras de la política norteamericana “por la democracia, por la libertad, por la justicia”, es el pretexto de la seguridad democrática difundida por la propaganda política mezclada con la situación económica de la clase de una nación que busca controlar el mundo con las guerras.

Lo que basta para decidirlas, no son los hechos los que imponen las guerras, sino la interpretación que dan de ellos los políticos estadounidenses: armas de destrucción masiva, lucha contra el terrorismo, narcotráfico, pretexto de moda para la doctrina de seguridad nacional estadounidense, con ella, la sumisión y la dependencia se sostienen para el capitalismo bélico, millones de dólares se mueven para los países que conforman el Consejo de Seguridad Permanente de la ONU con la venta de armas para los ejércitos del mundo encargados de sostener la democracia.

Los militares controlan el mundo, no es la democracia, peor, que los militares estén subordinados al poder civil, es una gran ilusión, porque no se trata de creer que la guerra paga, sino creer que las guerras se las crea porque pagan. Por siglos se nos ha hecho creer que las guerras han sido acontecimientos desinteresados del hombre relacionados con la defensa: ministerios de defensa, armas para la defensa, ejércitos para defendernos. Esa es la ideología defensiva en la que se funda la ofensiva del G8.

Esta ofensiva de las naciones desarrolladas provoca la defensiva de las naciones pobres. La historia esta llena de catástrofes y horrores, no solo por las guerras, por los presupuestos invertidos para sostener los ejércitos, sueldos, armas, cursos, logística, invierten los países pobres de un PIB que no alcanza para el desarrollo industrial-económico para lograr la igualdad, la seguridad social, elementos castigados siglo tras siglo por el fanatismo político-religioso que persigue las guerras, recomponer la democracia y valorar a la libertad, sin embargo, este periodo feliz y productivo, paréntesis antes de las guerras, es lo que se denuncia como monstruoso.

La filosofía militar utilitarista, según algunos creen, es la más beneficiada de todas las filosofías sociales, porque trata de luchar contra todo lo que disminuye la felicidad y la justicia en sus intenciones, pero se vanagloria de las crueldades inútiles de la guerra, de los lujos vanos en tiempos de paz con armas defensivas, es decir, las artes parasitas, y sin embargo, no hubo nunca institución menos prestigiosa mas relacionada con la Iglesia, por su “valor, lealtad, disciplina, moral”…y quien sabe que mas.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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